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Duque ve insuficiente la liberación de seis secuestrados para reanudar el diálogo con el ELN

El presidente colombiano exige a la guerrilla "la suspensión de todas las actividades criminales"

Francesco Manetto
Los seis secuestrados liberados por el ELN, en una imagen cedida por la Defensoría del Pueblo de Colombia.
Los seis secuestrados liberados por el ELN, en una imagen cedida por la Defensoría del Pueblo de Colombia. EFE

El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla activa más grande Colombia después de la desmovilización de las FARC, liberó este miércoles a seis personas secuestradas la primera semana de agosto. Se trata de un grupo formado por tres militares, dos contratistas y un policía. Así lo confirmó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que participó en el operativo. "Hoy en Chocó acompañamos la comisión humanitaria que facilitó la liberación de seis personas que estaban en poder del ELN desde agosto. Nos alegra saber que pronto podrán reencontrarse con sus familias", informó. La entrega se realizó en uno de los departamentos de la costa del Pacífico donde la organización insurgente sigue cometiendo secuestros y atentados.

Esta liberación era precisamente una de las condiciones condiciones centrales que el presidente colombiano, Iván Duque, fijó para reanudar el diálogo, que el pasado mes de mayo se trasladó a La Habana (Cuba), tras más de un año de conversaciones celebradas en Quito (Ecuador) sin apenas avances. El mandatario celebra el gesto del grupo armado, sin embargo, no lo considera suficiente para volver a negociar. "Si hay genuina voluntad de paz, ahí estará el Gobierno, pero el principio de una genuina voluntad de paz empieza con la liberación de todos los secuestrados", enfatizó en un acto con jueces. Exigió al ELN que "informe con precisión del estado de esas personas, indique cuándo regresarán a sus casas" y agregó: "Si queremos construir una paz con ese grupo armado organizado, ellos mismos deben empezar por la más clara de las voluntades, que es la suspensión de todas las actividades criminales".

La brújula de Duque en este proceso difiere de los principios empleados por el Gobierno de Juan Manuel Santos. Este aceptó negociar "en medio del conflicto", lo que él mismo bautizó como doctrina Rabin, en referencia al ex primer ministro israelí. El actual Ejecutivo, que asumió las riendas hace poco más de un mes, lo rechaza. "Si no empezamos por ahí", continuó Duque incidiendo en sus peticiones, "lo que terminamos es validando la violencia como un medio de acceso a la negociación con el Estado. Ese ha sido un error histórico que se ha cometido en Colombia, pero no estoy aquí para reprocharlo". Con esta aproximación, si el ELN no cede y accede a dar los primeros pasos hacia una desmovilización, es posible que las conversaciones, que por el momento se encuentran aplazadas sin fecha, queden definitivamente atrás.

La organización guerrillera liberó la semana pasada a tres soldados secuestrados en agosto en el departamento de Arauca, en la frontera con Venezuela. Sin embargo, todavía hay algunas personas en su poder y, sobre todo, esta guerrilla, que cuenta con alrededor de 1.500 hombres armados, continúa perpetrando ataque contra las autoridades. Según un informe realizado por el alto comisionado para la paz, Miguel Ceballos, en los últimos 17 mese, durante esa negociación que durante el mandato de Juan Manuel Santos se desarrolló "en medio del conflicto", se registraron 462 acciones del ELN y 148 atentados contra las infraestructuras petroleras que causaron alrededor de 100 muertos.

A los episodios de violencia se añaden los problemas habituales de control jerárquico de este grupo, menos cohesionado que las FARC y todavía dependiente de una lógica bélica. Nació en 1964 -al mismo tiempo que la antigua guerrilla- con una ideología que en sus inicios trató de fusionar postulados del cristianismo y del marxismo, aunque con el paso del tiempo el pretexto ideológico quedó difuminado. Actualmente, opera en un contexto en el que se disputa el control de algunos territorios rurales y de la producción de hoja de coca con otras bandas armadas y mafias de narcotraficantes.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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