Las lluvias del monzón plantean un dilema sobre el rescate de los 12 niños atrapados en Tailandia
El ministro del Interior dice que se les debería evacuar antes de que suba el nivel del agua
Los equipos de rescate bombean tan rápido como pueden el agua de la cueva. Los buceadores han llevado ya los primeros alimentos y auxilios. Los doce niños tailandeses extraviados en la gruta inundada de Tham Luang, en el norte de Tailandia, junto a su profesor, están ya estabilizados, y podrán hablar con sus padres tan pronto los submarinistas logren tender una línea telefónica que les comunique con la base de operaciones. Lo más fácil, como apuntan los expertos que participan en estas tareas de salvamento, está hecho. Ahora los trabajos se centran en lo realmente complicado: lograr sacarles de la manera más segura y lo antes posible. La previsión de lluvias para los próximos días plantea un dilema sobre la conveniencia de acelerar un rescate que en un primer momento se consideró que podría alargarse durante meses.
Por el momento, los expertos se inclinan por esperar mientras se intenta que bajen las aguas y los niños reponen fuerzas. Aunque todos están bien, y no corre peligro la vida de ninguno, alguno de ellos presenta alguna herida que hay que tratar. Un médico de la Marina y un psicólogo se encuentran con ellos para asistirles mientras se van recuperando. Mientras tanto, se les irán dando clases de buceo por si finalmente se opta por este método para evacuarles. Los equipos de rescate han solicitado equipos de submarinismo de tallas pequeñas para que los pequeños futbolistas los tengan disponibles.
“Con este tipo de máscaras, lo único que hay que hacer es ponérselas y empezar a respirar. No tienes que saber cómo bucear. Se conectan directamente con el tanque de oxígeno”, ha explicado Supanat Titikarn, de la Fundación de Rescate Ruam Katanyu, en declaraciones que cita el portal de noticias Khaosod.
El buceo es una opción por la que parecía inclinarse el ministro del Interior, Anupong Raojinda, ante el pronóstico de lluvias para los próximos días en la zona, que podrían según él volver a elevar el nivel de las aguas. “Bucear no es algo fácil. Quienes no lo han intentado nunca lo encontrarán difícil, porque hay pasadizos muy estrechos en la cueva”, ha comentado en declaraciones a la prensa en la capital tailandesa, recogidas por el diario “Bangkok Post”. “Tienen que ser capaces de usar equipos de buceo, y si pierden el equipo en algún momento, puede ser peligroso para sus vidas”.
Pero, ha insistido el político, puede no haber más remedio. “Hay pronóstico de lluvias para los próximos días y hay que acelerar la evacuación. Si se eleva el nivel de las aguas habrá que recurrir a los equipos de buceo, y será un trabajo difícil. Tenemos que sacar a los niños antes de eso”.
Lo que parece perder fuerza, en todo caso, es la posibilidad -conjeturada en un primer momento por la propia Marina- de mantener a los niños allá abajo cuatro meses hasta que pase el monzón, allá por octubre.
El comandante de los infantes de Marina tailandeses, el almirante Apakorn Yuukongkaew, -cuyos buceadores cubren el grueso de las tareas de asistencia dentro de los túneles sumergidos- ha indicado que, pese a las lluvias, se intentará aguardar a que se haya podido extraer una cantidad suficiente de agua. No obstante, si se determina que no se puede esperar debido a la lluvia, “lo haremos de otra manera”, ha declarado a la prensa. “Tenemos un plan A y un plan B, y al final todos volverán con sus padres”, ha prometido.
Una vez se encuentren a salvo, los niños serán trasladados de inmediato al hospital regional, donde ya se ha habilitado un pabellón con camas para ellos y para 54 acompañantes.
El hallazgo, cuando ya la esperanza había empezado a flaquear tras diez días de búsqueda, ha galvanizado a toda Tailandia. El rey Vajiralongkorn ha expresado su interés personal y ha enviado impermeables y cocinas móviles a los equipos de rescate. El primer ministro, el general Prayuth Chan-Ocha, ha dado las gracias públicamente a todos los que participan en las tareas, tailandeses y expertos extranjeros de países tan distintos como Estados Unidos, el Reino Unido, China, Israel o Japón. “Todo el mundo es un héroe y los unos han ayudado a los otros”, ha dicho.
Otros ciudadanos de a pie manifestaban su júbilo de los modos más variados. En la escuela a la que asisten los niños, este martes se celebraba una ceremonia de homenaje y acción de gracias. En las calles de Bangkok, algunos restaurantes anunciaban espontáneamente que su comida este martes sería gratis. Las cadenas de televisión retransmitían en directo los trabajos de salvamento, y una y otra vez el vídeo, ya convertido en viral, del momento en el que dos submarinistas británicos se encuentran en una isleta de la cueva a los niños. Más delgados, hambrientos como lobos, pero en buen estado de salud.
“Somos trece”, explican los niños a los buceadores. “¡Fenomenal!”, responden los expertos. “Habéis estado aquí diez días. Sois muy fuertes”.
Los niños, miembros de un equipo de fútbol, y su monitor, de 25 años, habían participado en un entrenamiento en las cercanías el día 23 de junio y decidieron acercarse a la cueva, una atracción turística de la zona. Una fuerte tormenta se desató mientras se encontraban dentro e inundó la gruta, bloqueándoles la salida. Desde entonces, y hasta el hallazgo de los buceadores de rescate, no se había tenido noticias de ellos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.