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Liga y 5 Estrellas proponen a Giuseppe Conte, un profesor sin experiencia política, como primer ministro de Italia

Giuseppe Conte posee un currículum académico brillante y con un perfil absolutamente técnico será el quinto 'premier' consecutivo que no sale de las urnas

Giuseppe Conte (derecha), el día de la presentación del equipo de Gobierno del M5S para las elecciones de marzo.Vídeo: FILIPPO MONTEFORTE (AFP) / REUTERS-QUALITY
Daniel Verdú

Después de 78 días de negociaciones, faroles y pactos de última hora, el profesor Giuseppe Conte es el elegido para ocupar el puesto de primer ministro de Italia. La Liga y el Movimiento 5 Estrellas se lo comunicaron el lunes por la tarde al presidente de la República, Sergio Mattarella, que ahora deberá confirmarle. Docente universitario, 54 años, exvotante de izquierdas y con un absoluto perfil técnico —pese a que se negó repetidamente esa posibilidad durante las elecciones—, tendrá la misión de ejecutar los 38 puntos del acuerdo de Gobierno alcanzado por las dos fuerzas antiestablishment. Los mercados le recibieron anunciando tormenta.

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Giuseppe Conte, profesor de Derecho Privado de la Universidad de Florencia, completamente desconocido para la mayoría de italianos y para un amplio sector académico, se pondrá al frente del país con mayores cambios de humor de la UE. Si Mattarella da su aprobación definitiva —el optimismo de Luigi Di Maio y Matteo Salvini a la salida indicarían eso—, será el primer ministro número 65 en 72 años. La media en la que un premier sobrevive en Italia se situa en una franja alrededor del año y dos meses. A Conte se lo recordaron una prima de riesgo en alza (185 puntos) y la amenaza creciente de tormenta en los mercados. De modo que el elegido —divorciado y padre de un hijo de 10 años— deberá lidiar con ellos pero, sobre todo, con dos líderes políticos natos que, difícilmente, aceptarán un segundo plano en el autoproclamado “gobierno del cambio”.

La primera vez que la mayoría de italianos supo quién era Conte —el futuro primer ministro y no el entrenador, como bromeaba el lunes medio país—, fue el pasado 1 de marzo. El líder del M5S, Di Maio, montó una puesta en escena electoral para presentar el supuesto equipo de ministros que gobernaría Italia si ganaban las elecciones. Conte, que no es afiliado al partido, ha ascendido meteóricamente desde entonces, cuando le asignaron la impronunciable cartera de Administración Pública, Meritocracia y Desburocratización. Algo incómodo, aquel día inició su discurso reconociendo que como jurista sabía que aquel paripé no conducía a nada serio y que sería el presidente de la República, Sergio Mattarella, tal y como señala la Constitución, quien tomase la decisión oportuna en su momento.

El lunes por la tarde, quizá la última que pasaba tranquilamente como profesor viendo los toros desde la barrera, volvió a escuchar cómo crujían las normas constitucionales al ser impuesto su nombre con el rodillo de la mayoría parlamentaria a Mattarella, sin más opción que la de asentir, como si fuera un notario. Algo que causó enorme malestar en el presidente, según fuentes del Quirinal, que quiere ahora retener un poco el balón y pensar en la decisión final. Aunque solo sea para hacer valer el papel institucional que le otorga la exclusiva capacidad de nombrar al primer ministro y a su equipo. “No se ha hablado de ningún otro nombre”, señalan en su entorno en referencia a los ministros que ambas formaciones han ya pactado.

Nacido en Volturara, en la sureña región de Apulia, Conte vive hoy en Roma, donde posee un bufete de abogados que combina con la docencia. El nuevo primer ministro pulió su carrera académica en prestigiosos centros como Yale, La Sorbona, Cambridge o la NYU. Su hoja de servicios universitarios impresiona. Cuando opositó para un puesto en el Consejo de Presidencia de la Justicia Administrativa mandó un currículum de 18 páginas. Y no exageró ni una coma, cuentan quienes le conocen. Esa es una de las bazas de una candidatura de perfil intelectual sólido, buen conocimiento de idiomas, rigor académico, elegancia y sobriedad expositiva. Pero Conte es un desconocido para la inmensa mayoría de los ciudadanos y para la entera clase política. Un tecnócrata, en suma, de perfil mucho más marcado que el propio ex primer ministro Mario Monti, a quien M5S y La Liga siempre han denostado precisamente por ese motivo.

El nuevo primer ministro cae como un meteorito en medio de un complicado equilibrio de fuerzas entre el M5S  y la Liga

Conte, experto en administración de empresas en crisis, entró en contacto con el M5S a través del diputado florentino e íntimo de Di Maio, Alfonso Bonafede (que suena como ministro de Justicia). Pero enseguida asimiló el ideario de la formación. “En el pasado voté a la izquierda. Hoy pienso que los esquemas ideológicos del siglo XX ya no son adecuados. Es más importante valorar la obra de una fuerza política en base a cómo se posiciona en el respeto de los derechos y las libertades fundamentales”, señaló.

El problema es que Conte no solo depende de sus promotores. El nuevo primer ministro caería como un meteorito en medio de un complicado equilibrio de fuerzas entre La Liga y el M5S, que mantendrán una relación previsiblemente inflamable dadas sus posturas antagónicas sobre tantas cosas. Minutos antes de subir al Palacio del Qurinal, Salvini seguía enzarzado en una guerra abierta con Bruselas y con el Partido Popular Europeo. Tanto alteró los ánimos, que en la rueda de prensa ambos líderes tuvieron que llamar a la calma. “Dejadnos empezar, y luego criticadnos, que tenéis todo el derecho a hacerlo”, pidió Di Maio a los medios extranjeros. Salvini, a su manera, intentó rebajar la tensión: “Reduciremos la deuda haciendo crecer la economía”.

Conte era la única posibilidad. El mito del profesor vuelve recurrentemente cada vez que Italia duda con una clase dirigente que empieza a mirar hacia otro lado. Giovanni Orsina, politólogo y profesor de la universidad LUISS, la misma donde enseñó hasta 2012 Giuseppe Conte, no había oído hablar de él nunca. El problema, cree, es el cuadro de toma de decisiones que se creará ahora entre los dos partidos y un primer ministro encapsulado en medio. “Estamos entrando en un universo desconocido, nuevo. Dos partidos hacen un acuerdo de este tipo y, como ninguno de los dos puede gobernar, como no hay reservas de clase dirigente, se elige una persona con un gran currículo académico, pero completamente extraña al mundo político. No se entiende qué tipo de primer ministro puede ser alguien así. Visto desde la lógica de la política de siempre, no hay duda de que es una locura. Pero la lógica de siempre ya no sirve”.

De modo que, si no hay más sorpresas, el profesor pilotará el Gobierno del cambio. "La Tercera República", se apresuró en proclamar Di Maio. Pero algunas cosas no serán tan distintas de cómo lo fueron en las supuestas Primera y Segunda. Además de tener un perfil técnico (será el primero de la historia en no contar con un solo día de experiencia política), Conte sería el quinto primer ministro consecutivo desde 2011 que nadie ha votado. Una situación que el M5S había criticado repetidamente y de la que había hecho una bandera en campaña. La última persona que gobernó Italia pasando por las urnas —siempre vuelve— fue Silvio Berlusconi.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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