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El reciclaje, una oportunidad que México sigue desperdiciando

Los expertos aseguran que el negocio tiene un valor potencial de 3.000 millones de dólares, pero no existe infraestructura para reciclar

Contenedores de basura en CDMX COP26
Un autobús de basura de Ciudad de México separa residuos.Galo Cañas

Pronto se cumplirá un mes desde que Reciclando México cerró sus puertas. El centro de acopio recolectaba residuos en San José del Cabo, en Baja California Sur, los separaba y los compactaba en pacas de 500 kilogramos que después hacían su recorrido hasta China vía Ensenada (Baja California). En enero de este año el país asiático dejó de comprar basura extranjera y clausuró muchas de sus plantas de reciclaje por ser altamente contaminantes. “Tuvimos que cerrar la sucursal de San José porque el precio del material bajó, los acaparadores están recibiendo el material mientras el mercado global del reciclaje se reconfigura”, explica José Ricardo Vélez Molina, gerente de operaciones de la empresa Recicladora del Pacífico, que cuenta con otros dos centros de acopio en Cabo San Lucas.

Lejos de las industrias recicladoras mexicanas, que se concentran en el centro y sur del país y en los estados de Nuevo León y Jalisco, la empresa no tiene a quién venderle sus productos reciclables. “En México sigue habiendo poco interés por el reciclaje, hay mucho estigma alrededor de los residuos y se necesitan más empresas que se dediquen a transformar esa basura en materia prima y la reintegren a la cadena productiva”, dice Vélez Molina. La falta de un mercado nacional consolidado para estos deshechos ha contribuido a que apenas se reutilice el 11% de las 86.000 toneladas de basura que se generan diariamente en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Tampoco ayuda la carencia de una cultura de reciclaje en la población. Incluso en Ciudad de México, en donde se implementó una nueva normativa en julio del año pasado exigiendo separar los residuos en las casas en orgánicos, inorgánicos reciclables, no reciclables y voluminosos, muchos ciudadanos siguen mezclando su basura. “Pusimos los contenedores correspondientes desde el año pasado, vinieron a revisarlo una vez, se tomó la foto y ningún vecino ha separado su basura desde entonces”, asegura Hugo, el conserje de un edificio en la colonia Roma Norte. Algunos cuestionan los beneficios de reciclar en casa. “En mi casa separamos plásticos, papel, aluminio y para lo orgánico tenemos composta, pero pasa la basura y a veces veo que me juntan todo en una misma bolsa”, se queja Deborah, una vecina de la colonia Escandón. De entrada, pocos edificios cuentan con los tres botes de basura de colores verde, naranja y gris que exigen la separación.

Para Luis Raúl Tovar Gálvez, especialista del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en estudios del medio ambiente, la norma 024 representa un avance importante a pesar de sus imperfecciones. “El hecho de que diariamente se lleven cerca de 1.500 toneladas de basura orgánica a una planta de composta (la de Iztapalapa) demuestra que la gente sí está separando”, dice. La secretaría de Medio Ambiente también se muestra optimista con este programa, y asegura que en las primeras semanas del programa consiguió reducir en casi 2.000 toneladas diarias los residuos en los rellenos sanitarios.

Para poder darle una verdadera transformación a todos sus desechos, México necesita invertir en infraestructura, comenta David Bonilla, del Instituto de investigaciones económicas de la UNAM. El país cuenta con menos de 300 rellenos sanitarios para la disposición final de basuras y el 70% de sus residuos acaban en barrancas, bosques, ríos y tiraderos clandestinos, de acuerdo a Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). La descomposición de las basuras en zonas propensas a la infiltración continúa contamina el suelo y los mantos acuíferos del país. Sin tecnología e inversión en la reutilización de los residuos, reciclar es un negocio desaprovechado. De acuerdo a estimaciones de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac), el reciclaje en México tiene un valor potencial de 3.000 millones de dólares. De momento, Recicladora del Pacífico seguirá buscando clientes en el extranjero. Por la caída en los precios de los materiales están comprando aluminio a 10 pesos por kilo y lo venden a 18. “Los demás materiales no los estamos enviando, seguimos a la espera de que suban”, dice Vélez Molina.

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