Antonio Caño: “Si no defendemos la verdad, perderemos la democracia”
Representantes de la alianza de periódicos LENA y eurodiputados debaten en Madrid sobre cómo combatir las noticias falsas en el foro Fake News
Legislar a nivel comunitario, exigir respuestas a los gigantes tecnológicos y fomentar la capacidad crítica de los ciudadanos. Esas son tres de las propuestas que representantes de los medios que forman parte de la alianza LENA y eurodiputados de todas las familias políticas han debatido este martes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, durante la celebración del foro Fake News: Cómo combatir las noticias falsas en Europa, organizado por este diario y el Parlamento Europeo. El director de EL PAÍS, Antonio Caño, ha reivindicado que “el único antídoto frente a esa plaga” es el periodismo riguroso y de calidad. “Si no defendemos la verdad, si esta no prevalece, perderemos la democracia”, ha señalado.
Caño ha inaugurado el acto junto a Jaume Duch, director general de Comunicación y portavoz del Parlamento Europeo. Ambos han destacado que, aunque falsear noticias intencionadamente no es nada nuevo, la desinformación ha encontrado en Internet —y principalmente en las redes sociales— el altavoz perfecto. “La nueva tecnología ha permitido la difusión del falso dato, del falso argumento que pretende dominar la conversación y obtener un rédito político o económico”, ha destacado Caño. Según él, las fake news “van dirigidas a un público que quiere creerse esa desinformación para sentirse más cómoda con sus prejuicios”. El director ha augurado un gran futuro para el periodismo de calidad, pero ha destacado que los medios tienen que “combatir el sectarismo que daña el sentido crítico de los ciudadanos y la reputación de los medios”.
Duch ha resaltado que hasta ahora la “consecuencia más grave de años de desinformación interesada ha sido la votación a favor del Brexit”. El portavoz del Parlamento Europeo, que ha definido las fake news como un “fenómeno tóxico con consecuencias cada vez más imprevisibles”, ha abogado por apoyar el periodismo de calidad y poner en marcha mecanismos para agilizar la comprobación de datos.
El director de EL PAÍS también ha participado en una mesa redonda junto a representantes de los medios europeos que forman la Alianza LENA: el director de Le Figaro, Alexis Brezet; el responsable del área digital de La Repubblica, Massimo Russo; los directores de los medios suizos Tribune de Genève y Tages-Anzeiger, Pierre Ruetschi y Judith Wittwer; el editor de Die Welt, Stefan Aust; el director adjunto del medio polaco Gazeta Wyborzca, Piotr Stasinski, y el máximo responsable del diario belga Le Soir, Christophe Berti. El debate ha sido moderado por Montserrat Domínguez, directora del HuffPost en España.
El representante de Die Welt ha resaltado que es fundamental conocer la procedencia de una información antes de publicarla. "Quién te ha dado el documento y por qué" deben ser las dos preguntas clave para poder contrastar la veracidad, sugiere Aust. Caño ha explicado que la comprobación de la veracidad implica que en ocasiones las informaciones verdaderas se publiquen tarde. "Es un precio que estoy dispuesto a pagar", ha afirmado. Aust se ha mostrado contrario a que se legisle contra las "fake news" porque, ha dicho, los medios tradicionales son el remedio y los que tienen que investigar, contrastar y aportar la calidad.
El director del francés Le Figaro ha abogado por exigir responsabilidades a aquellos internautas que viralizan intencionadamente informaciones falsas. Brezet ha alertado de la tentación de echarle la culpa a las noticias falsas y la desinformación "para explicar todo lo que no nos gusta: el Brexit, el triunfo de Donald Trump [en EE UU en 2016] o el ascenso de Marine Le Pen [en Francia]”. El francés ha añadido que "no debemos olvidar que existe un malestar social de fondo, de odio contra el sistema”. Según Caño, el papel de las fake news en la crisis política en Cataluña ha sido "la degradación del clima político y del debate democrático". "Hoy por hoy, pese a sus defectos, carencias y debilidades, la prensa tradicional es la primera muralla contra las fake news", ha subrayado Brezet.
El belga Christophe Berti, director del diario francófono Le Soir, ha contado que el año pasado apareció una página web que emulaba a la del medio que dirige, en la que se publicó una noticia con el título ‘Arabia Saudí financia la campaña de Emmanuel Macron’. “Es muy fácil clonar o plagiar una web, pero muy difícil averiguar quién lo ha hecho”, ha añadido Berti.
Uno de los representantes suizos, Pierre Ruetschi, ha lamentado que en el coloquio no participasen representantes de los tabloides sensacionalistas, responsables, según él, del grueso de la desinformación, sobre todo antes de la irrupción de las redes sociales. Ruetschi también ha destacado que “la gente que lee noticias falsas y se las cree, es porque quiere creerlas”.
El responsable del área digital de La Repubblica ha pedido en este sentido que se distinga entre "mentiras, propaganda, teorías conspirativas, incentivos comerciales a la desinformación o los clickbaits (publicaciones con titulares sensacionalistas para generar el mayor tráfico posible)". Russo ha destacado también que en muchas ocasiones, detrás de la desinformación sistemática existe un incentivo o beneficio económico.
El director adjunto de Gazeta Wyborzca, el único medio de Europa del Este que forma parte de LENA, ha afirmado que las autoridades polacas "atacan ferozmente al periodismo independiente". Stasinski ha asegurado que la mayoría de la ciudadanía en Polonia cree que el país "está colonizado por Bruselas". "Necesitamos lectores fieles para poder preservar la independencia", ha sentenciado Stasinski, quien ha lamentado que el partido gobernante (el ultraconservador Ley y Justicia) que colabora en la difusión de la desinformación obtuviera el 38% de los apoyos en los últimos comicios legislativos celebrados en 2015.
La única mujer que participó en el coloquio como ponente, la suiza Judith Wittwer, ha destacado que el país helvético es vulnerable a la farsa sistemática por su sistema de democracia directa. "Las votaciones en los referendos pueden verse afectadas por la desinformación", ha afirmado Wittwer, quien también ha contado que la redacción que dirige cuenta ya con un “equipo transversal para la comprobación de datos”.
El acto final, en el que iban a participar Antonio Tajani, presidente de la Eurocámara, junto a Juan Luis Cebrián, presidente de EL PAÍS, y Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, ha sido suspendido por culpa de una fuga de gas en la Gran Vía que ha obligado a desalojar el Círculo de Bellas Artes y a clausurar de forma anticipada el evento.
El riesgo de desinformación ante las próximas elecciones europeas
En otra mesa participaron los eurodiputados españoles Pilar del Castillo (PPE), Iratxe García (S&D), Maite Pagazaurtundúa (ALDE), Ana Miranda (Verdes / ALE) y Miguel Urbán (GUE / NGL). El coloquio ha sido moderado por la subdirectora de EL PAÍS Eva Sáiz. El debate se ha centrado en cómo hacer frente a la desinformación ante las próximas elecciones europeas de mayo de 2019.
Según el último Eurobarómetro, el 70% de los ciudadanos europeos se topa, a lo largo del día, con alguna noticia falsa. Además seis de cada siete de los encuestados cree, como Caño, que las noticias falsas son una amenaza directa a la democracia europea.“Cuando la mentira se instala, ya lleva una velocidad de crucero que la hace casi imposible de contrarrestar”, según Del Castillo, quien ha defendido la creación de mecanismos europeos para ejercer una “terapia de choque contra la desinformación”.
Pagazaurtundúa ha abogado por “regular contra los tramposos sin caer en la censura”, mientras que el anticapitalista Urbán ha apoyado “la alfabetización mediática de la ciudadanía” frente a la legislación en caliente y el cierre de medios. La socialista García considera que la transparencia en el origen de las informaciones es más necesaria que nunca, y la gallega Miranda ha hecho hincapié en que la precariedad laboral es un obstáculo para la calidad y la independencia periodística.
Un ejército de 'fact checkers' para Facebook
El foro también contó con la presencia de representantes de dos de los gigantes tecnológicos, Google y Facebook, que participaron en una mesa redonda moderada por el director adjunto de EL PAÍS David Alandete.
Eero Korhonen, director de Información y Publicaciones de Europa Oriente Medio y África en Google, ha defendido que esta multinacional tecnológica, "no puede ser árbitro de la verdad". Korhonen ha asegurado que el pseudoperiodismo no es un problema exclusivo de las plataformas y las tecnológicas, por lo que apuesta por la colaboración entre los medios y las tecnológicas para encontrar una solución.
El representante de Facebook, Nick Wrenn, que dirige el departamento de Noticias para Europa, Oriente Medio y África, ha afirmado que Facebook está trabajando con fact checkers para comprobar la veracidad de las noticias."En un 99% de los casos" la información sobre el ISIS volcada en la plataforma es eliminada antes de que llegue al público. El directivo ha añadido que desde Facebook no se oponen a una "regulación sensata" para erradicar la intoxicación sistemática. La compañía ya tiene 15.000 personas trabajando en seguridad y protección.
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