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El comercio mundial de armas crece un 10% con respecto al lustro anterior

La región de Oriente Próximo incrementa las compras en un mercado en el que EE UU gana cuota y Rusia pierde

Carlos Torralba
Donald Trump, Salmán bin Abdulaziz y Abdelfatá al Sisi en Riad el año pasado.
Donald Trump, Salmán bin Abdulaziz y Abdelfatá al Sisi en Riad el año pasado.Anadolu Agency (Getty Images)

Estados Unidos fortaleció su posición hegemónica en el mercado mundial de armamento al exportar más de un tercio del material militar mundial en el último lustro, un 25% más que en el quinquenio anterior. Un centenar de países importaron armas norteamericanas durante este período. Rusia, su principal competidor, redujo un 7% sus exportaciones, lastradas por el colapso de la economía venezolana. Oriente Próximo —región en la que prácticamente todos sus países están involucrados en algún conflicto bélico—acumuló un tercio de las importaciones globales de material militar, según el último informe elaborado por el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI).

El cuadro general de los datos publicados por el SIPRI señala que, en el quinquenio 2013-2017, las exportaciones mundiales crecieron un 10% en comparación con el lustro anterior, hasta situarse en los niveles más altos desde el fin de la Guerra Fría. El sistema de cálculo utilizado no se refiere a los precios reales de compraventa, sino que está fundamentado en los costes de producción y no representa cifras exactas.

Gracias a los acuerdos alcanzados durante la Administración Obama, Estados Unidos elevó sus exportaciones hasta los niveles más altos desde 1998. El 34% de las ventas mundiales fueron estadounidenses, la fracción más alta de este siglo. Entre el material norteamericano exportado, destacan los más de 200 aviones de combate. Los países de Oriente Próximo, que han triplicado sus compras respecto al quinquenio anterior, adquirieron la mitad de las exportaciones estadounidenses de este periodo.

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Las monarquías del Golfo —Arabia Saudí, Emiratos, Qatar, Kuwait, Omán y Bahréin— sumaron el 18,7% de las importaciones, pese a que su población conjunta equivalga a menos del 0,7% mundial. Arabia Saudí, segundo importador mundial, solo por detrás de India, adquirió el 10% del total. Sus transacciones con Estados Unidos se multiplicaron por seis. Los acuerdos multimillonarios pactados por Trump en Riad el pasado junio todavía no aparecen reflejados en los datos del informe, ya que estos incluyen únicamente el material que ya ha sido suministrado. El Reino del Desierto también negocia con Moscú la compra del S-400 (un sofisticado sistema de defensa antiaérea) y sigue siendo el cliente más destacado de Reino Unido.

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Qatar, otro de los actores principales de la región, elevó un 166% su gasto en material militar durante este quinquenio. Una cifra que aumentará en los próximos informes debido a los numerosos acuerdos firmados por Doha tras el aislamiento económico y diplomático al que le están sometiendo Arabia Saudí y sus aliados desde junio. Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido suministran casi la totalidad de las importaciones cataríes.

Egipto recibió el triple de armamento que en el quinquenio anterior y ya es el tercer importador mundial. La insurgencia yihadista en el Sinaí, la inestabilidad en la vecina Libia y el origen militar del Ejecutivo egipcio son las razones principales. “Los acuerdos alcanzados por El Cairo tienen el respaldo de Arabia Saudí y Emiratos. Desconocemos en qué grado los financian, pero Egipto no puede adquirir tanto material sin su dinero”, apunta por teléfono Pieter Wezeman, investigador del SIPRI.

Las exportaciones rusas, por otro lado, se redujeron hasta el 22% del total mundial, principalmente por el desplome de las compras venezolanas y la reducción de las importaciones indias, chinas y de Argelia, que todavía suma más de la mitad del material militar que adquieren todos los países africanos. Moscú suministra armamento a 47 países, menos de la mitad de clientes que tiene Washington. Las exportaciones rusas no sufrieron una reducción mayor gracias a que Azerbaiyán y Kazajistán —dos países exsoviéticos ricos en gas natural— triplicaron su volumen de negocio con Moscú. La diferencia entre las exportaciones estadounidenses y las rusas fue la mayor de este siglo.

El tercer exportador mundial en el informe anterior del SIPRI, China, quedó relegado hasta la quinta posición, superado por Francia y Alemania. “Parece que Pekín ha alcanzado su cuota máxima de mercado, y que esta se mantendrá estable en los próximos años. Todavía son muchos los países que se niegan a importar material chino por motivos políticos”, opina Wezeman. Pakistán se mantiene como el principal comprador de China, “y lo será aún más en el futuro”, según el investigador holandés, debido a la suspensión de la ayuda militar estadounidense anunciada por Trump en enero y a la incapacidad de Rusia de acceder a este mercado por los recelos que provocaría en India, aliado esencial para Moscú.

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Sobre la firma

Carlos Torralba
Es redactor de la sección de Internacional desde 2016. Se ocupa de la cobertura de los países nórdicos y bálticos y también escribe sobre asuntos de defensa. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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