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El Congreso Nacional Africano rechaza el plazo de seis meses propuesto por Zuma para dejar el poder

El partido que lideró Mandela pide oficialmente al presidente sudafricano que deja el cargo

El presidente Zuma, en Ciudad del Cabo, el pasado 7 de febrero.
El presidente Zuma, en Ciudad del Cabo, el pasado 7 de febrero.Sumaya Hisham (REUTERS)

Jacob Zuma ha quedado en el limbo de su propio final. El Congreso Nacional Africano – el CNA, que lideró Nelson Mandela- le ha pedido este martes oficialmente al presidente de Sudáfrica que presente su dimisión. Zuma había sopesado la idea de mantenerse en el poder otros seis meses pero el partido ha rechazado la propuesta tras una reunión maratoniana de 13 horas en la capital, Pretoria. 

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El secretario general del CNA, Ace Magashule, le entregó personalmente la petición y comunicó públicamente la dura decisión, explicando que su retirada “debe ser tratada con urgencia". Aunque no se le ha dado a Zuma un límite para acatar el fallo, dijo estar seguro de que Zuma va a responder este miércoles.

Algunas fuentes internas han filtrado que, sin haber una presión oficial, el comité ejecutivo le ha pedido que responda antes de 48 horas. Jacob Zuma, en el poder desde 2009, se ha mostrado muy arrogante y no dispuesto a abandonar el sillón, según un miembro del comité que participó en la reunión citado por el periódico Mail & Guardian. Según esta fuente, Zuma reaccionó diciendo que no se iría a ninguna parte porque no ha hecho nada mal. Zuma pidió entre tres y seis meses de margen antes de aceptar su retirada, pero el partido rechazó esta opción.

Zuma, de 75 años, no está legalmente obligado a acatar las órdenes del partido, pero si no acepta, a parte de profundizar aún más la crisis interna del partido, se verá sometido a una moción de censura en el Parlamento, prevista para el 22 de febrero, lo que le podría arrastrar aún más agónicamente a la destitución. El presidente ha sobrevivido a ocho mociones de censura hasta la fecha, pero hasta ahora contaba con el apoyo de su hegemónico partido, que ha gobernado de manera incontestable desde la llegada de la democracia en Sudáfrica.

Magashule, en rueda de prensa desde la Luthuli House - la sede del CNA en Johannesburgo-, argumentó que el CNA es consciente que Sudáfrica está pasando por un periodo de incertidumbre y ansiedad como resultado de la transición no resuelta. "El país necesita una esperanza renovada”, dijo.

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Polémico, provocador, desafiante y bañado en escándalos, Zuma lleva una maratón de batallas judiciales y políticas desde que llegó a la presidencia. En 2016, La Corte Constitucional le acusó de violar la Constitución cuando se negó a devolver al Gobierno el dinero usado fraudulentamente para renovar su mansión privada de Nkandla. Y, ante el Parlamento, se encaró al informe Captura de Estado, publicado por la Defensora del Pueblo, en el que se le acusaba de interferencias en el poder con la rica familia Gupta.

Pero la presión se empezó a inflar desde el batacazo en las últimas elecciones municipales, en 2016, en que el partido registró los peores resultados desde el fin del apartheid, cuando asumió las riendas del país. Y llegó a un momento crítico el pasado mes de diciembre, cuando su rival Cyril Ramaphosa fue elegido como nuevo presidente del partido. Jacob Zuma está cada vez más solo y su irreductibilidad se está agotando. Sin embargo, su empeño por resistir puede que siga intacto. Sudáfrica aguarda su respuesta.

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