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El espía enganchado a Facebook que vendió su lealtad por 10.000 euros

El portugués Frederico Carvalhão Gil fue condenado por pasar secretos de la OTAN a Rusia. El funcionario ingresó en prisión en noviembre del año pasado

El espía portugués Frederico Carvalhão Gil, en marzo de 2016.
El espía portugués Frederico Carvalhão Gil, en marzo de 2016.FACEBOOK

Frederico Carvalhão Gil ha sido condenado por espía, en concreto, por espía malo. La justicia portuguesa le ha sentenciado a siete años y cuatro meses de cárcel por vender secretos de Estado a los rusos.

La condena del espía ha sido rápida para los tiempos utilizados por la judicatura portuguesa. Carvalhão Gil fue detenido en Roma hace dos años. Según la acusación, el espía portugués acababa de pasar información sobre la OTAN a un ciudadano ruso que le había entregado 10.000 euros. El juicio al espía, como corresponde, fue secreto, sin público ni cámaras; según se ha podido saber a través de los abogados, el juez no quedó convencido que ese dinero fuera una mera transacción comercial, como había argumentado la defensa. Tampoco ha trascendido qué tipo de información pasó a los rusos.

Según la acusación, el espía portugués le había pasado informaciones sobre la OTAN, aunque las autoridades lusas no han concretado nada más sobre el tipo de datos transferidos

El condenado, licenciado en filosofía, pertenecía desde los años 80 al Servicio de Información y Seguridad (SIS). Entre sus compañeros destacaba por sus modales exquisitos y hasta un poco pacatos. Fue director de Contraterrorismo en los años noventa. Sin embargo, a raíz de su divorcio, comenzó a frecuentar la vida nocturna y pronto trabó amistad con una mujer georgiana. Abrió cuenta en Facebook con su nombre —que no está prohibido por el reglamento del SIS— y ahí se podían leer hasta hace poco sus viajes por Europa, principalmente por países de la órbita rusa, comentarios sobre la masonería, club al que pertenecía, y ver fotografías de su novia.

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Sus problemas con el SIS se iniciaron después de un viaje profesional a Georgia. Carvalhão fue acompañado por su pareja georgiana y se dedicó al turismo, lo cual incumplía el reglamento, por lo que fue sancionado y cesado en la dirección de la investigación que comandaba. A partir de entonces se encargó de labores más burocráticas, como el análisis de información.

Los servicios de espionaje portugueses comenzaron a vigilar a su funcionario, que seguía con la rutina de publicar textos en Facebook y explicar sus viajes a Rusia, Georgia y Albania; en el trabajo, cumplía escrupulosamente con su horario de oficina.

En junio de 2016, Carvalhão viajó a Roma, esta vez solo. Allí se encontró con Sergey Nicolaevich Pozdnyakov, un funcionario ruso con pasaporte diplomático. En una operación conjunta de fuerzas italianas y portuguesas los dos fueron detenidos, aunque por separado. A Carvalhão se le encontraron 10.000 euros y al ruso nada. Los dos fueron encarcelados en Roma, y después Carvalhão fue enviado a Lisboa y el ruso a su país, pese a que Portugal había presentado una orden de extradición.

Según la acusación, el espía portugués le había pasado informaciones sobre la OTAN, aunque las autoridades lusas no han concretado nada más sobre el tipo de datos transferidos. La defensa lo ha negado todo, aunque reconoce que esos 10.000 euros son fruto de una relación comercial con el ruso. Desde noviembre, el espía Carvalhão ha dejado de escribir en Facebook. Ahora prepara su recurso en la cárcel.

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