La plaza de París más codiciada por los ladrones
Place Vendôme, el lugar donde esta semana cinco atracadores robaron en una joyería en el Hotel Ritz, ha sufrido numerosos asaltos
Si algo ha demostrado el robo de esta semana en una joyería del Ritz de París es que lo de los atracos de película no es, ni mucho menos, una fantasía de Hollywood. La place Vendôme donde se sitúa el lujoso hotel de cinco estrellas asaltado, el mismo desde donde salió hace 20 años la princesa Diana de Gales para morir poco después en un accidente de tráfico y donde también vivió y falleció, en 1971, Coco Chanel, no es ajena a este tipo de robos. La empedrada plaza alberga algunas de las tiendas de joyería y moda más exclusivas del mundo en una zona céntrica de París conocida por sus comercios de lujo extremo. Y muchas de ellas han sido víctimas, en los últimos años, de asaltos tanto o más espectaculares —y exitosos— que el recién sucedido.
Porque al menos en este último atraco, las autoridades han podido recuperar todo el botín, que asciende a unos cuatro millones de euros, y tienen en sus manos a tres de los cinco atracadores. La captura de los dos restantes es prácticamente una cuestión de tiempo. Los cinco entraron en la tarde del miércoles al vestíbulo del hotel encapuchados y armados con hachas con las que rompieron las vitrinas llenas de joyas y de relojes de alta gama con las que llenaron sus sacas.
Las cosas complicaron a la salida, cuando vieron su vía de escape bloqueada por tres agentes de policía rápidamente advertidos. Consiguieron entregar el botín a dos de los cómplices, que según los reportes de la prensa francesa huyeron en sendos vehículos, una moto y un coche que horas más tarde fue hallado carbonizado en Val d’Oise, en las afueras de París.
Los detenidos son oriundos de la región parisina y rondan la treintena. Son “viejos conocidos de la policía por robos armados, violencia y encubrimiento”, dijo una fuente policial a medios franceses. El jueves por la noche se confirmó que se había recuperado la totalidad del botín.
En una ciudad que acaba de conmemorar el tercer aniversario de los ataques terroristas a la revista Charlie Hebdo y a un supermercado judío que provocaron una veintena de muertos, en el comienzo de un año de atentados yihadistas que acabaron con más de cien víctimas mortales en toda Francia, algunos de los clientes del Ritz que se encontraban en el momento del atraco en las instalaciones del hotel creyeron que se trataba de un nuevo atentado.
Es lo que pensó el escritor Frédéric Beigbeder, que se estaba tomando una copa en el bar Hemingway del Ritz —el hotel también era el favorito del Nobel de Literatura estadounidense— cuando los atracadores, que al parecer entraron en las instalaciones por una puerta trasera vestidos como pintores, irrumpieron en el local e instaron a los clientes a marcharse. “Creí que era un ataque terrorista (…) todo el mundo se puso a correr hacia la salida”, relató a Le Figaro.
Pese a su espectacularidad, el del Ritz no es ni el más original ni el más costoso de los robos sufridos en esta lujosa plaza de París, atacada de forma reiterada en los últimos 15 años. Y eso que es también la sede del Ministerio de Justicia. De hecho, en 2014 los comercios de la plaza —donde se suceden joyerías como Cartier o Chopard, relojerías como Rolex o Patek Philippe, además de boutiques como Chanel o Louis Vuitton— tuvieron que aumentar las medidas de seguridad después de sufrir, en menos de siete meses, cinco robos a mano armada que supusieron pérdidas de entre 420.000 y 2.000.000 de euros, recordaba esta semana Le Parisien.
Quizás precisamente por eso, porque este tipo de robos ya no son tan extraordinarios, la vida retomó rápidamente su curso en la place Vendôme y sus alrededores. El propio Beigberger cuenta que, en cuanto supo que no era un atentado sino un atraco, regresó al bar —se había ocultado en un lavabo— para terminar su cóctel. “Acabé mi Moscow mule, pero le dije a una camarera que no tenía el mismo gusto, que estaba demasiado picante. Todo el mundo se echó a reír, pero no era una broma, me picaban la nariz y los ojos”, relató el escritor. “Ella me respondió de una manera extraordinaria: ‘el chef Colin Field no se equivoca jamás con sus cócteles, lo que usted siente es el gas lacrimógeno usado por la Policía’”.
Los atracos más suculentos de la place Vendôme
Otros atracos en la misma exclusiva plaza parisina han sido más suculentos aún que el del Ritz. El diario Le Parisien recordaba esta misma semana que desde el año 2000, la zona ha sido víctima de decenas de asaltos. Y repasaba algunos de los más espectaculares, como el sufrido por la suiza Chopard en mayo de 2009, cuando un hombre se llevó en un atraco a mano armada un botín de 6,8 millones de euros. Es el mismo profesional —que está cumpliendo condena de cárcel por varios robos— que en 2005 cometió otro robo en la joyería Fred de la misma Place Vendôme, un establecimiento que tres años antes había sufrido otro llamativo atraco en el que dos hombres armados con gas lacrimógeno y con martillos con los que destrozaron las vitrinas se llevaron joyas por un valor de 5,5 millones de euros. No hacía ni un año desde el último asalto en la zona, el 23 de mayo pasado en la joyería Buccellati, a un centenar de metros del Ritz, los ladrones se llevaron un botín de cinco millones.
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