2018 presenta un elevado riesgo de una crisis geopolítica global
Eurasia Group alerta de la creciente amenaza de una nueva guerra fría tecnológica
No presenta buenas perspectivas el recién estrenado 2018. El riesgo de una crisis geopolítica severa, el “equivalente a la crisis financiera internacional de 2008”, es muy elevado, según el diagnóstico de la consultora de riesgo Eurasia Group. El peligro procede tanto del ámbito de la ciberseguridad y del terrorismo como de un error de cálculo en los conflictos abiertos con Corea del Norte, Siria o Rusia, que pueden desatar una crisis en cualquier momento. De fondo, la ausencia de un liderazgo mundial ante el deliberado paso atrás del Estados Unidos de Donald Trump.
Cada mes de enero Eurasia Group presenta su lista de los principales riesgos que afronta el mundo en ese año, una base para los debates que a finales de mes tienen lugar en el Foro Económico Mundial que se celebra en la estación suiza de Davos. Y no van a ser buenas noticias para los delegados a la cita alpina. Pese a la recuperación económica sincronizada a nivel global y la carrera al alza de las bolsas, el mundo va a tener que lidiar con la creciente amenaza de un accidente imprevisto, lo que en la jerga se denomina un cisne negro, que puede desatar una crisis global. “2018 presenta el escenario con mayores riesgos geopolíticos desde 1998”, explicaba este martes por teleconferencia su presidente, Ian Bremmer.
El 'América primero' de la Administración de Donald Trump ha erosionado el orden político internacional que ha liderado Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, dando pie a un vacío de poder que, según la consultora que preside Bremmer, por primera vez China se muestra dispuesta a ocupar. Y ahí surge el primer riesgo: que lo hará según sus propias reglas, las de un Estado autoritario que lidera la inversión en nueva tecnología —frente al sector privado que es quien lleva la batuta en los países occidentales—, con una nueva arquitectura comercial y de inversión guiada por intereses puramente bilaterales y con el valor de la no intervención como máxima en sus relaciones internacionales. “China está fijando los estándares internacionales con menor resistencia que nunca”, advierte el documento de la consultora. Y Bremmer matiza: “China no reemplazará a EE UU como potencia mundial, su único interés es el liderazgo económico y tecnológico”.
Con esa política, China ya ha logrado superar a Estados Unidos en número de robots operativos (340.000 frente a 250.000), usuarios de Internet (773.000 frente a 246.000) o en los avances de la economía digital, con 5,5 billones de pagos por teléfono móvil frente a los 112.000 millones de Estados Unidos.
Ese escenario en el que los Estados tienen un creciente papel en la carrera tecnológica y económica agrava el riesgo de ciberataques, uno de los cisnes negros de 2018, junto a Corea del Norte, Siria, Rusia o nuevos ataques terroristas porque puede provocar una sobrerreacción y abrir un nuevo conflicto. Y suscita, a juicio de la consultora, la amenaza de un nuevo proteccionismo 2.0, azuzado a su vez por el nuevo entorno de creciente protagonismo de los populismos. “No estamos al borde de una tercera guerra mundial”, tranquiliza la consultora, pero en la ausencia de un garante de la seguridad global, con la proliferación de actores regionales y privados con capacidad de desestabilización, el mundo es un lugar mucho más peligroso”.
Eurasia Group pone, asimismo, el acento en el incierto futuro que afronta México, con el riesgo creciente de que las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio con EE UU y Canadá no tengan buen fin y la celebración de unas elecciones, cuya carrera lidera en estos momentos el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, que puede provocar inestabilidad en los mercados conforme se acerque la fecha electoral.
Las relaciones entre Estados Unidos e Irán son otro de los riesgos más destacados para 2018, tanto a nivel político como para los mercados, por su implicación sobre el sector energético. Las recientes protestas que viven diversas ciudades iraníes “no se veían venir”, según admite Bremmer, por más que la demanda de los jóvenes iraníes sean similares a las de otras economías en crisis, que exigen empleo y cierta apertura. “Pero no creo que esto vaya a ser como las protestas de 2009 aunque obligará a Rohaní a acometer reformas”, apunta. En ese enfrentamiento con las autoridades de Teherán, Trump se ha apoyado en Arabia Saudí, sumida a su vez en un programa reformista que “va demasiado rápido, demasiado lejos y demasiado tarde”, por lo que la consultora no le augura un gran éxito. “Riad está fracasando en todas sus operaciones exteriores, desde Yemen a Líbano y si me preguntas qué pasará de aquí a cinco o diez años, yo apostaría que esta política va a fracasar y restará protagonismo” al Reino del Desierto, explica Bremmer.
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