Las Abuelas cierran un año histórico con la nieta 127
Estela de Carlotto hace el anuncio y repudia la prisión domiciliaria otorgada al genocida Miguel Etchecolatz
“Una de cal y una de arena”. Así definió la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, a la última semana del año. O, mejor dicho, al antepenúltimo día. Este jueves, muchos argentinos se han vuelto a emocionar con la restitución de otro nieto recuperado, el 127. En este caso, una mujer de la cual no se conoce la identidad, pero sí que nació hace 40 años en el centro de detención ESMA y es hija de los militantes desaparecidos María del Carmen Moyano y Carlos Poblete. En contrapartida, crecen los repudios por la decisión de la Justicia de conceder la prisión domiciliaria al expolicía Miguel Etchecolatz, sobre quien pesan seis condenas por delitos de lesa humanidad.
La nieta 127 es una mujer que nació en cautiverio, en mayo o junio de 1977 en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el centro del horror del terrorismo de Estado en Argentina. Hace algunos días se dictaron las condenas de la megacausa ESMA, el mayor juicio de la historia del país, que investigó los crímenes ocurridos en el edificio en el que hoy funciona el Espacio Memoria y Derechos Humanos.
Los padres de la nueva nieta son los militantes de Montoneros María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, nacidos en Mendoza y San Juan, respectivamente y detenidos entre abril y mayo de 1977, en la provincia de Córdoba. Ella estaba embarazada de entre ocho y nueve meses. Carlos era sanjuanino, nacido el 2 de noviembre de 1944. Pertenecía a una familia numerosa: tenía once hermanas mujeres. Lo llamaban “Tula” o “Guillermo” y estudió Ingeniería Civil.
María del Carmen o “Pichona”, la tercera de cuatro hermanos, estudió Farmacia y Bioquímica y trabajó en una oficina de Tránsito y Transporte como empleada administrativa. Su militancia comenzó en una villa de su provincia, Junto a un sacerdote que luego también sería desaparecido por el terrorismo de Estado. Luego de eso, la joven emigró a San Juan, donde conoció a su pareja. Sobrevivientes del centro clandestino La Perla, en Córdoba, aseguraron haberlos vistos ahí, pero María del Carmen luego fue trasladada a la ESMA, donde daría a luz, atendida por el médico represor Jorge Luis Magnacco, recientemente excarcelado por cumplir dos tercios de su condena. La pareja, en tanto, continúa desaparecida, y la hija de ambos, hoy tiene la posibilidad de reunirse con su familia original.
Carlotto fue acompañada por dos tías de la joven restituida. Elsa Poblete, hermana de Carlos, afirmó haber recibido la noticia “con mucha alegría y con mucha esperanza. La buscamos 40 años y la hemos encontrado gracias a la sociedad civil y a todos los organismos”. Y le dejó un mensaje a su sobrina, quien se sometió a la prueba de ADN por orden judicial: “Que se quede tranquila. Le ofrecemos todo el tiempo del mundo para que ella procese su situación. La esperamos hace 40 años con el amor que hemos construido, porque la amamos intensamente. Bienvenida”.
Adriana Moyano, hermana de María del Carmen, no pudo contener sus lágrimas durante toda la rueda de prensa. Dijo que “todos la esperamos con los brazos abiertos y le damos el tiempo que necesite. Estamos con nuestro corazón abierto y el hecho que esté viva nos da mucha satisfacción”.
Finaliza así un año histórico para las Abuelas de Plaza de Mayo. No sólo por haber cumplido 40 años de incansable búsqueda, sino también porque en 2017 han restituido seis identidades (dos de ellas, no llegaron a nacer). Se trata de un número que dobla al 2015 y supera al 2016, con apenas dos hallazgos. Uno de los que más sabe acerca de dónde están los nietos que faltan es Miguel Etchecolatz, también responsable de la doble desaparición del albañil Jorge Julio López, secuestrado por última vez el 18 de septiembre de 2006, en plena Democracia, y un día antes de la condena a Etchecolatz por una causa que tuvo al hombre como principal testigo.
La decisión de la Justicia de enviar al represor a su casa causó una gran polémica y fueron muchos los que en redes sociales compararon una noticia con otra, en sentido compensatorio. También se difundió una posible dirección en donde el exmilitar cumplirá el resto de sus condenas, en la ciudad de Mar del Plata.
“¿Vale la pena hablar de ese señor? Estamos viviendo un momento de tanta felicidad que no quisiera empañarlo con esto”, manifestó Carlotto, “Es parte de nuestra vida, una de cal y una de arena. Creo que (Etchecolatz) no lo va a pasar muy tranquilo que digamos. Las familias que ahora vivirán cerca de este personaje, seguramente se están sintiendo mal”. “Que esté suelto este monstruo es imposible de entender, pero no vamos a bajar los brazos”, finalizó la mujer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.