Puerto Rico recuenta las muertes por el huracán María
Estudios independientes elevan la cifra de defunciones vinculadas al ciclón a centenares
El huracán María hizo volar en Puerto Rico árboles, casas y estadísticas. Casi tres meses después del del ciclón que azotó el 20 de septiembre la isla caribeña el Gobierno no ha sido capaz de contabilizar con certeza el número de muertes directas e indirectas relacionadas con sus efectos, el más mortífero la pérdida de electricidad en hospitales y domicilios que provocó graves limitaciones en la atención a pacientes. La cifra oficial de defunciones se mantiene en 64, pero estudios independientes de diversos medios elevan el número a centenares. El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, ha ordenado una revisión completa de las defunciones posteriores al huracán.
"Cada vida es más que un número, y cada muerte debe tener un nombre e información vital adjunta, así como una contabilidad precisa de los hechos relacionados con su fallecimiento", dijo Rosselló en un comunicado que solo se envió a la prensa internacional. "Deseamos el recuento más preciso y la comprensión de cómo las personas perdieron sus vidas. Así contabilizaremos el impacto de estas tormentas e identificaremos cómo podemos evitar muertes antes de futuros desastres”.
Un análisis de The New York Times de datos oficiales evidenció que en los 42 días posteriores al huracán murieron en Puerto Rico 1.052 personas más que la media en esas fechas en 2015 y 2016. El Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico ofreció un dato similar: 985 muertos adicionales en los primeros 40 días. CNN informó de que, según datos de empresas funerarias de la isla, el número de fallecimientos por efecto de María era de al menos medio millar más que la cifra oficial.
La devastación causada por el huracán, el más fuerte en la isla en las últimas nueve décadas, destrozó su envejecida infraestructura eléctrica. Aún hoy un 30% de la población sigue sin electricidad. El apagón de las primeras semanas obligó al cierre de hospitales y clínicas y dejó a otros centros en situaciones extremas, incapaces de dar un tratamiento completo a pacientes que necesitaba de diálisis o de oxígeno. En muchos domicilios se vivió una lucha contrarreloj para cuidar de la salud de familiares enfermos, en especial de los ancianos. Los más afortunados volaron con ellos a EE UU.
Las causas de muerte principales después del huracán María fueron la diabetes y el alzhéimer. Los fallecimiento por sepsis –infecciones severas que se pueden deber a malas condiciones higiénicas– aumentaron un 50%. Una explicación de la baja cifra oficial de muertes es que no existe un protocolo que indique a los médicos que en los partes de defunción, más allá de la causa directa, se especifique, en contextos de crisis como el paso de un huracán, si fueron determinantes los factores coyunturales.
La orden de Rosselló para cuantificar los efectos mortales directos e indirectos de María implica que se deberán revisar los certificados de defunción y entrevistar a los médicos que los firmaron, así como a los familiares del fallecido. El gobernador añadió que un "panel de expertos" diseñará un nuevo protocolo de registro de defunciones.
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