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El argentino le volcó su carrito de alimentos y el mexicano se vengó con un vídeo viral

Un inmigrante graba cómo un transeúnte le arruina su negocio en una esquina de Los Ángeles y desata una ola de solidaridad

No era la primera vez que se encontraban, pero Benjamín Ramírez decidió que sería la última. La semana pasada, Ramírez estaba vendiendo elotes (maíz asado y aderezado con chile y queso) y raspados de hielo en una esquina de Los Ángeles cuando una pareja empezó a increparle por no dejar suficiente paso en a acera. Ramírez sacó su móvil y comenzó a grabar. En un momento dado, sin mediar provocación, el hombre arrojó al suelo el carrito de Ramírez y arruinó su negocio. Quizá no era consciente de que sería juzgado por millones de personas.

La madre del joven, Imelda Reyes, colgó el vídeo en Facebook el lunes. Por la noche, ya era una sensación. Al día siguiente, era viral. El jueves había sido visto casi 7 millones de veces. Una campaña de recaudación para ayudar a Benjamín Ramírez pedía 800 dólares para reponer el carrito. En dos días había recaudado 4.630 dólares.

Desde el lunes, una ola de solidaridad con el elote man ha cautivado a la inmensa comunidad inmigrante mexicana en Los Ángeles. Etiquetas de Twitter como #eloteman o #nojusticenoelotes (sin justicia no hay elotes) corren por las redes. Hasta un artista local como Lalo Alcaraz se ha pronunciado con una caricatura. El martes había una manifestación espontánea junto al carrito de raspados en la esquina donde trabaja.

QUE OPINAN QUE EXISTAN PERSONAS COMO ESTE TIPO DESTRUYENDO SU CARRITO DE RASPADOS,ELOTES,ESQUITES A MI HIJO BENJAMÍN QUIEN SE GANA LA VIDA TRABAJANDO HONRADAMENTE

Gepostet von Imelda Reyes am Montag, 24. Juli 2017

A través de las redes sociales, el agresor fue identificado en pocas horas como Carlos Hakas. Se trata de un músico argentino también inmigrante en Los Ángeles que trabaja en el sindicato Local 47, de la Federación Americana de Músicos. Un comunicado del sindicato sobre el asunto parece confirmar que se trata de Hakas y añade: “Creemos en los derechos de los inmigrantes y los trabajadores y defendemos la dignidad y el respeto para todos los trabajadores de nuestra comunidad”. La emisora local de CBS asegura que la policía ha identificado a Hakas e investiga el hecho como un posible acto de vandalismo. La ola de solidaridad con Ramírez también incluye algún mensaje inquietante con datos personales del agresor.

El vídeo en cuestión está grabado en la esquina de las calles Romaine y El Centro, en la zona sur de Hollywood, con fuerte presencia latina. En él se ve a Hakas, con camiseta de Guns n’ Roses y un perro, acompañado de una mujer. Lo primero que dice es: “Si no movés el carro lo muevo yo”. El hombre parece estar molesto con que el carrito ocupe demasiado ancho de la acera.

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Ramírez no reacciona, o al menos no se oye en la grabación. Tampoco se le ve la cara. Entonces, Hakas le da la correa del perro a la mujer y tranquilamente se acerca al carrito. Ramírez se aleja unos pasos y graba cómo le tiran el carrito al suelo. En ese momento, Ramírez saca una barra metálica que tenía en el carrito y amenaza con agredirle. La mujer se interpone: “Ni se te ocurra”. “Me vale madre”, responde Ramírez.

“Aquí les grabo este vídeo de este puto racista”, dice entonces Ramírez mirando a la cámara. Hakas se acerca después y le dice: “No soy racista, mongólico. Soy argentino, retrasado mental”.

Ramírez llevaba pocos días trabajando con el carrito de maíz y helados, según dijo su padre. “Mi chamaco me dijo hace 15 días que alguien lo estaba molestando aquí”, dice en una entrevista en YouTube. “Yo le dije, cuando te llegue otra vez, ponle listo el teléfono y graba todo lo que te diga”. El consejo del padre ha convertido al hijo en una especie de símbolo de uno de los oficios menos agradecidos de los inmigrantes en Estados Unidos.

A pesar de que en Los Ángeles los carritos de comida son parte del paisaje como las palmeras, la venta ambulante de comida no está permitida. Pero ante la agresividad del nuevo Gobierno de Donald Trump en materia de deportaciones de indocumentados, la ciudad al menos ha despenalizado la venta ambulante, de forma que no aparezca como antecedente penal que pueda ser utilizado como excusa para una deportación.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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