El último conflicto armado del hemisferio occidental llega a su fin
Las FARC han desaparecido como organización armada y se convertirá en los próximos días en un partido político
Ha tenido que correr mucha agua debajo de este puente para que Colombia lograra poner fin al conflicto armado más largo del continente y el último del hemisferio occidental. Más de siete millones de desplazados forzados, alrededor de 215.000 homicidios y cerca de 80.000 desapariciones forzadas, esa fue la cuota que pagó el país por 53 años de guerra.
Hoy, 27 de junio de 2017, será una de las fechas más recordadas en Colombia. La guerrilla de las FARC ha dejado el último 40% de las armas. Este grupo armado, entendido como guerrilla, es historia; las FARC ha desaparecido como organización armada y se convertirá en los próximos días en un partido político. Para muchos colombianos esto parece un sueño. Es como una utopía en la que siempre se corre por alcanzarla y cada vez que está cerca, nuevamente se aleja. Pero hay excepciones como la que vive hoy Colombia.
A mediados de 2016, después de cuatro años de negociación, se pactó en La Habana, Cuba, entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, el mecanismo para finalizar el conflicto. Allí se estableció un modelo progresivo de dejación de armas. Inicialmente los guerrilleros dejaban de utilizar un 30% de las armas, que eran entregadas a la ONU, días después otro 30%, para finalizar con el 40% de la dotación individual. A pesar de los visibles y grandes retrasos del gobierno en lo pactado, las FARC decidieron cumplirle al país, solo hubo algunos días de retraso.
Las negociaciones de La Habana se dieron entre dos partes, ninguna de ellas fue vencida en la guerra; ni el Estado pudo acabar a las FARC, ni la guerrilla logró tomar el poder. Por ello, en este proceso de dejación de armas, no hay entrega de armas. Estás no se entregan al Estado, más bien se dejan de utilizar y son traspasadas a un tercero, en este caso la ONU, mediante un mecanismo que creó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
No habrá fotos de guerrilleros entregando sus armas porque las FARC se negaron a que sus miembros aparecieran en fotos entregando fusiles, como si fuera una capitulación. Lo que ha sucedido, en cambio, es que se adaptaron carpas o salones construidos en madera –cerrados y sin ventanas para que nadie tome fotos– en los que entran los guerrilleros para que un equipo de la ONU les reciba el arma y le certifique al guerrillero la dejación. Luego, en algunos casos, aparece una foto del guerrillero, los tres funcionarios de la ONU y el documento que certifica.
La oposición, liderada por el expresidente Álvaro Uribe, armó todo su discurso en contra del proceso de paz bajo el supuesto de que todo era una farsa y que las FARC no cumplirían. Primero dijeron que las FARC no firmarían en acuerdo de paz, y se firmó; luego dijeron que las FARC nunca se concentrarían en los 26 puntos rurales, y se concentraron; luego manifestaron que las FARC nunca dejarían sus armas y lo cierto es que hoy terminó ese proceso. Por ello, algunos analistas bromean, dicen que hoy no solo desparecen las FARC sino también el Centro Democrático, el partido político de Uribe. En los últimos días el Uribismo, en sus discursos, parecía añorar las FARC, y parecía decir entre líneas su deseo, que las FARC siguieran armadas, al menos hasta las elecciones presidenciales de mediados del próximo año ya que con ello su discurso del miedo les permitiría llegar nuevamente al poder
En todo caso, debido a la polarización del país, ya se han mostrado fotos de los 44 contenedores que dispuso la ONU para el almacenamiento de armas. En las fotos se pueden ver contenedores repletos de armas con Morteros, ametrallados M60, los famosos fusiles Ak 47, y las poderosas antiaéreas ametrallados Browning .50, todo un arsenal que igualaría a cualquier ejército moderno del continente.
Ahora, no hay que olvidar que el hecho de que no aparezcan fotos de guerrilleros entregando las armas, no es algo nuevo en los procesos de paz; en Irlanda del Norte ocurrió lo mismo, allí no hubo fotos, ni siquiera registros como los que realizó la ONU en Colombia, y el proceso de dejación de armas fue un éxito.
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