Tener el récord mundial en aves y flores, ¿negocio del siglo para Colombia?

Las cifras son contundentes: primer lugar en el mundo en variedad de aves y orquídeas, y cuarto en tipos de mamíferos.

En total, se trata de 56.343 especies reconocidas y cerca de 300.000 especies de invertebrados de los cuales se conoce entre el 10 y 20 por ciento. Estos son solo algunos datos que convierten a Colombia en el segundo país con mayor biodiversidad del planeta (Brasil ocupa el primer lugar).

Con la mitad de su territorio cubierto de bosques y uno de los más ricos en oferta hídrica, el país afronta, sin embargo, la expansión de prácticas ineficientes e insostenibles en agricultura, industria, transporte, y urbanización que están ejerciendo una gran presión en los ecosistemas y la biodiversidad.

Consciente de esto, Colombia está recurriendo a políticas de "crecimiento verde" para pasar de décadas de conflicto a una de prosperidad. Decidido a tener un crecimiento económico de la mano del desarrollo y cuidado del medio ambiente, el país sudamericano está siguiendo los pasos de Corea del Sur, Chile y otros que buscan ser más “verdes”.

El crecimiento verde es un modelo que se enfoca en promover tanto la competitividad de la economía como la conservación y el uso eficiente del llamado capital natural, es decir, el total de los recursos naturales del país.

El concepto “verde” es una fuente de avance y de inversión con retornos positivos. Se ha estimado que la presión sobre el suelo y el agua aumentarán si Colombia no evoluciona hacia un crecimiento verde, lo cual pone en riesgo la oferta de recursos naturales considerada la base de la actividad económica y el desarrollo de la sociedad.

En vista de ello, el gobierno colombiano lanzó la Misión de Crecimiento Verde, una iniciativa que busca diseñar e implementar políticas, y crear una hoja de ruta para posicionar a Colombia como un referente en América Latina en sostenibilidad y prosperidad.

Desperdicio vs. Abundancia

Uno de los principales retos de esta misión será abordar la problemática del desperdicio frente a la abundancia del capital natural. De acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación (DNP), Colombia pierde el 43% del agua que se produce.

Si bien el país ha mejorado en materia de aprovechamiento del agua, los países de la OCDE son 6 veces más productivos con su agua que Colombia. Asimismo, en los últimos 25 años se han deforestado cerca de 5.2 millones de hectáreas de bosque, lo que equivale al tamaño de Bélgica.

“El reto del país es empezar a pensar en los temas del desperdicio como un eje central de política pública. Cuando hay abundancia no hay necesidad de ser ahorradores o innovadores, por ello el uso eficiente de los recursos como el agua, energía, suelos y materias primas es uno de los objetivos centrales de esta tarea”, dijo el director de DNP, Simón Gaviria.

Instalar esa conciencia de uso eficiente en los hogares y las empresas representará un avance importante en la transformación del país. “Esta nueva economía de abundancia, eficiencia y sostenibilidad también es rentable, esto es un buen negocio”, agregó Gaviria.

Por ejemplo, en envases plásticos existe una oportunidad inmensa de mayores rentabilidades para empresas colombianas si se logran mejorar las tasas de reciclaje y regulaciones. En residuos de alimentos, no desperdiciar comida puede ser un gran negocio para el productor campesino. En energía, el país también podría ahorrar 15 billones de pesos (5.300 millones de dólares) si empieza a hacer un uso más eficiente.

Perspectiva global

Colombia no está solo en estos retos. De acuerdo con Marianne Fay, economista jefe de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial, a nivel global aún no existe tanta experiencia en el tema de crecimiento verde. Solo el 25% de los países en el mundo han estabilizado o reducido sus daños ambientales. “Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, no tuvieron un crecimiento verde, crecieron ‘sucios’ y luego limpiaron,” dijo Fay.

En ese sentido, cualquier país que esté contribuyendo a construir esa experiencia está haciendo algo significativo y puede convertirse en ejemplo a seguir por muchos otros que afrontan el mismo problema.

“Pienso que Colombia puede convertirse en líder en ser uno de los primeros países que crezca verde”, añadió.

Colombia es un país extremadamente vulnerable a los desastres naturales y los efectos del cambio climático, por lo que la puesta en marcha de esta misión se produce en un momento crítico de su historia, cuando los esfuerzos están enfocados en superar la pobreza que dejaron décadas de conflicto interno. Está comprobado que los deslizamientos de tierras, inundaciones y otros desastres naturales afectan generalmente a los pobres.

El Banco Mundial está apoyando a Colombia en su agenda verde con varios proyectos en temas de desarrollo sostenible, regional y urbano, agricultura, cambio climático, y conservación de fuentes de agua.

Las actividades de crecimiento verde cuentan con el financiamiento y el apoyo técnico del Fondo Fiduciario de Corea para el Crecimiento Verde (KGGTF, por sus siglas en inglés). El KGGTF es una alianza entre la República de Corea y el Grupo del Banco Mundial (GBM). El país asiático es uno de los mayores casos de éxito a nivel mundial y fue uno de los primeros en adoptar el crecimiento verde como estrategia nacional de desarrollo.

Jairo Bedoya es comunicador del Banco Mundial