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La voz de la mujer empieza a oírse en el Vaticano

Francisco ha abierto la institución a la mirada femenina pero aún falta un largo camino por transitar

Daniel Verdú
El cardenal Ravasi, junto a las mujeres que integran la Consulta Femenina.
El cardenal Ravasi, junto a las mujeres que integran la Consulta Femenina.

El papel de la mujer en las estructuras de acción y decisión del Vaticano ha sido tradicionalmente escaso. Los debates se han sucedido y los roles han evolucionado fuera de sus muros, pero en el interior, sus distintos estamentos han permanecido prácticamente impermeables a esos cambios. Sin embargo, tras la llegada del papa Francisco, como en muchos otros apartados, ha habido también cambios muy significativos que permiten verlo como una tendencia. Hay ejemplos claros en los últimos nombramientos: en el hospital Niño Jesús, en la secretaría de comunicación... Pero ayer, además, se presentó en público la Consulta Femenina, un grupo formado por 37 mujeres procedentes de distintos campos profesionales que aportan ideas, discusiones y una mirada distinta a algunos de los debates abiertos dentro de los órganos de la Curia. ¿Tendrá una incidencia real en el Vaticano? ¿Será suficiente?

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La Consulta Femenina, elaborada con un criterio “intercultural” y a partir de distintas nacionalidades, funciona desde mediados de 2015 bajo el mando del Pontificio Consejo para la Cultura, dirigido por el cardenal Gianfranco Ravasi, que este lunes se encontraba con las 37 mujeres para presentar la iniciativa. Discreto, a un lado, explicó a EL PAÍS su punto de vista sobre algunos aspectos de estos avances. “El principio fundamental es que en una estructura básicamente masculina como la nuestra estén presentes, no tanto como una cuota, sino para poder analizar, juzgar, criticar… nuestra actividad. Pero sobre todo, proponer”, señala.

Ravasi, una voz muy relevante dentro de la Curia, explica también que el Papa está planeando la apertura de las estructuras de decisión a las mujeres.“Ha empujado mucho para que en el futuro entren con funciones en la misma estructura, con responsabilidad. Ahora son un tanto externas respecto a nosotros”, admite. Sin embargo, la idea del sacerdocio femenino queda todavía bastante lejos. "Plantearlo como una exigencia es leer de manera clerical el asunto. Las funciones en la Iglesia tendrían que ser diversas y múltiples. El papa Francesco lanzó una imagen muy ilustrativa: en el cenáculo estaban los apóstoles, que son los obispos. Y también está María, que no lo es. Pero, en realidad, es más importante que ellos, porque es la madre del Mesías. Así que en esa luz debemos encontrar las funciones”, señala.

En cualquier caso, los avances se ven ya en otro tipo de puestos. Al frente de los Museos Vaticanos, una de las instituciones museísticas más visitadas del mundo, se encuentra ya una mujer (Bárbara Jatta, de 54 años). En la vicesecretaría de comunicación, el papa Francisco también quiso colocar a la española Paloma García Ovejero. También fue nombrada como subsecretaria del Dicasterio para la Vida Consagrada y la Sociedad de la Vida Apostólica la Reverenda Madre Nicla Spezzati. Y al frente del hospital Niño Jesús, la prestigiosa institución pediátrica del Vaticano, figura Mariela Enoc, una mujer laica de 72 años.

Precisamente, Enoc forma parte también de la Consulta y celebraba ayer el papel de este nuevo órgano. Pero también advertía del riesgo de que quede solo en una iniciativa meramente intelectual. “Es un germen nacido que tiene que expandirse. No puede ser solo un sitio de pensamiento, debe ser comunicado. Soy muy insistente con esa idea”, señala”. Se tiene que hacer presente en la base, donde las mujeres tienen que estar presentes. “Dejará de tener un papel meramente intelectual cuando entre en el tejido de la Iglesia, aquella que está en la periferia del mundo. No solo en Roma o el Vaticano. El papel de la mujer en la Iglesia ya lo revolucionó Jesucristo. Lo que hace falta es hacer que la mujer vuelva a ser un testigo del anuncio del hecho cristiano. No hay que hacer ninguna revolución, sino volver a descubrir el Evangelio. La historia ha puesto mucho polvo sobre su verdad”.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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