En sus últimas horas, Obama reduce a 41 los presos de Guantánamo
Aprueba la salida de cuatro reclusos, probablemente los últimos de su presidencia
En su último día de presidencia, el Gobierno de Barack Obama anunció este jueves la salida de cuatro presos del centro de detención de Guantánamo. Quedan 41 reclusos en el centro de detención en la base militar estadounidense en Cuba, la mayoría sin haber sido acusados de nada.
Cinco de ellos están autorizados a ser trasladados a un país que los acepte bajo un régimen de libertad vigilada, pero parece improbable que su salida se resuelva antes del mediodía del viernes en Washington, cuando asume la presidencia el republicano Donald Trump. El magnate defiende congelar los traspasos y mantener abierta la prisión militar.
Tres de los reos fueron trasladados a Emiratos Árabes Unidos y uno a Arabia Saudí. El lunes, otros 10 fueron enviados a Omán.
La intención del Gobierno Obama, que el primer día de su presidencia, en 2009, prometió cerrar Guantánamo en el plazo de un año, era enviar a cárceles de máxima seguridad en EE UU a los presos no autorizados a ser liberados. Pero el rechazo frontal del Partido Republicano, y parte del Demócrata, lo ha impedido.
Desde su apertura en 2002, promovida por el Gobierno del republicano George W. Bush, han pasado 780 reclusos por Guantánamo, un limbo legal de detención indefinida. Cuando Obama asumió la presidencia en 2009, había 242.
El anuncio de los nuevos traspasos, probablemente los últimos de Obama, coincidió con la difusión de una carta del presidente a los líderes del Congreso, que revela su frustración por no lograr cerrar el penal. “La historia efectuará un duro juicio en este aspecto de nuestra lucha contra el terrorismo y aquellos de nosotros que fracasamos en llevar [Guantánamo] a un final responsable”, escribe Obama.
El mandatario culpa al partidismo del Congreso de la supervivencia de la cárcel al asegurar que “no tienen sentido” las restricciones a trasladarlos a EE UU porque nadie se ha escapado de las prisiones de máxima seguridad en el país.
“En lugar de mantenernos seguros, Guantánamo socava la seguridad nacional estadounidense”, sostiene Obama. “Los terroristas lo usan para propaganda, drena nuestros recursos militares en un momento de recortes presupuestarios, daña nuestras alianzas con aliados y países que necesitamos ante la amenaza terrorista”, agrega. Y concluye con amargura: “Bajo cualquier óptica, los costes de mantenerlo abierto superan ampliamente las complicaciones de cerrarlo”.
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