Los combustibles fósiles reciben el doble de subsidios que las renovables
La ONU pide a los Gobiernos que eliminen las ayudas públicas a las energías sucias
Los combustibles fósiles -carbón, petróleo y gas- recibieron en 2015 de los Gobiernos del planeta alrededor de 325.000 millones de dólares (unos 303.000 millones de euros) en subsidios. Esto supone más del doble de las ayudas que fueron a parar a las energías renovables, que la Agencia Internacional de la Energía ha cifrado este miércoles en 150.000 millones. Los subsidios para las fósiles cayeron considerablemente en 2015 respecto al año anterior, cuando fueron de 510.000 millones. La agencia achaca esta caída a la bajada de los precios de estos combustibles en el mundo y a la eliminación de las ayudas que están acometiendo algunos países en la lucha contra el cambio climático. La ONU pide que se eliminen estos subsidios.
La eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles es una de las batallas clave en la lucha contra el cambio climático. Diversas organizaciones internacionales, como la OCDE o la propia Agencia Internacional de la Energía, que este miércoles ha presentado en Londres su informe Perspectivas para la energía mundial 2016, reclaman a los Gobiernos que supriman estas ayudas. La presentación del informe ha coincidido con la Cumbre del Clima que se celebra en Marrakech. El sector energético es responsable de dos terceras partes de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento del planeta.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en su intervención del martes ante el plenario de la Cumbre de Marrakech pidió a los Gobiernos que supriman todas las ayudas y subsidios que reciben ahora los combustibles fósiles para así acelerar la transición hacia una energía baja en emisiones de gases de efecto invernadero.
325.000 millones de dólares
La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ha cifrado este miércoles esas ayudas públicas mundiales en 325.000 millones de dólares durante 2015. Este organismo resalta la bajada respecto a 2014, cuando estos subsidios ascendieron a 510.000 millones, según el informe Energía y cambio climático, que la IEA presentó en 2014. Ya entonces, esta organización apuntaba a la paradoja de que, con estas ayudas, alrededor del 13% de las emisiones de CO2 del mundo están subvencionadas.
La IEA achaca la caída en los subsidios durante 2015 al descenso en el precio de los combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón. Pero también a los procesos de reformas que algunos Estados están acometiendo para la supresión de las ayudas a las energías sucias.
Paralelamente, el informe señala que las energías renovables recibieron unos 150.000 de ayudas públicas en el mundo. "Un 80% van directamente al sector de generación de energía, un 18% al transporte y un 1% a la generación de calor". Pese al aumento que se espera de la instalación de energías limpias en las próximas décadas, la IEA sostiene que, gracias a la disminución de los costes de estas tecnologías, estos subsidios no crecerán al mismo ritmo que el aumento de las renovables.
Crecimiento con menos emisiones
El informe de la IEA apuntala los datos aportados en otros estudios al resaltar que las emisiones de CO2 del sector energético se estancaron en 2015 pese a que la economía mundial siguió creciendo. Esto se debe, según la IEA, a la mejora en la eficiencia energética y al aumento de las renovables, en detrimento del uso del carbón.
"Vemos claros ganadores para los próximos 25 años", ha señalado a través de un comunicado Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA. Serían el gas natural y las energías solar y eólica, que sustituirán al carbón, según las previsiones de esta agencia.
Pero ese estancamiento de las emisiones no es suficiente si se quiere cumplir con el objetivo del Acuerdo de París: que el aumento medio de la temperatura en el planeta se quede por debajo de los 2 grados a final de siglo respecto a los niveles preindustriales. Según la IEA, la tendencia actual, si los países no aumentan sus esfuerzos, lleva al planeta a un incremento de 2,7 grados. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, hace unos días, aumentaba aún más esa previsión. Fijaba el incremento de la temperatura a final de siglo entre los 2,9 y los 3,4 grados si los países no recortan un 25% más sus emisiones de gases de efecto invernadero sobre la hoja de ruta que se han trazado para los próximos 15 años.
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