Trump pedía en sus negocios que contrataran solo a mujeres guapas
Los testigos interrogados en una demanda judicial revelan discriminación sistemática contra empleadas que no eran lo bastante atractivas para Trump
Los empleados de Donald Trump dicen que el magnate solo quería mujeres guapas en sus negocios y que presionaba para que despidieran a las que no le parecían suficientemente atractivas. Así se revela en los testimonios de una demanda judicial contra Trump por cuestiones laborales en su club de golf de Palos Verdes, una zona exclusiva en la costa sur de Los Ángeles. Los documentos ven la luz en pleno escrutinio público de la actitud general del candidato republicano respecto a las mujeres, una cuestión que utilizó su rival, Hillary Clinton, en el debate del lunes.
La demanda original se refería a cuestiones laborales como la falta de pausas para comer o el exceso en horas de trabajo. El diario Los Angeles Times en su edición de este jueves recupera las declaraciones de los testigos bajo un nuevo prisma, el de la discriminación sexual.
Donald Trump “siempre quería mujeres hermosas trabajando en el club”, dice en una declaración Sue Kwiatkowski, directora del restaurante hasta 2009. “Lo sé porque una vez me llevó aparte y me dijo: ‘Quiero que tengas camareras atractivas aquí. A la gente le gusta ver gente atractiva cuando entra”.
Harley Strozier, que declara haber trabajado en Palos Verdes desde 2001 a 2008, declara que Vincent Stellio, un vicepresidente de la compañía, le dijo que tenía que despedir a una mujer porque "al señor Trump no le gusta la gente gorda" y no le gustaba verla cuando iba por allí. En la declaración bajo juramento, Strozier asegura que esa mujer, de la que se omite el nombre en los documentos publicados por el Times, era “muy competente y profesional” y tenía un evidente sobrepeso.
“He sido testigo de cómo Donald Trump les decía a los managers muchas veces cuando visitabe el club que las camareras ‘no eran lo bastante bonitas’ y que deberían ser despedidas y sustituidas por mujeres más atractivas”, dice Strozier.
Además, en esas visitas, según las declaraciones bajo juramento, los jefes del club se aseguraban de que Trump siempre era atendido en el restaurante por las camareras más guapas, independientemente de su competencia. Los jefes cambiaban los horarios “de forma que a las mujeres más atractivas les tocaba trabajar cuando estaba previsto que el señor Trump estuviera en el club”, añade Strozier. Kwiatowaki, como jefa del restaurante, corrobora que así lo hacía. Kevin Hooker, empleado del restaurante, confirma que así se hacía cada vez que Trump visitaba el club, cuatro o cinco veces al año.
La actitud de Donald Trump con las mujeres ha sido un tema de esta campaña electoral casi desde el principio. El diario The New York Times dedicó una amplia investigación a entrevistar a mujeres que en el pasado se habían sentido acosadas o insultadas por Trump. Tras sentirse injustamente tratado en un debate de las primarias, Trump hizo uno de sus comentarios más polémicos, al decir que a la presentadora de Fox News Megyn Kelly “le salía sangre de nosedónde” cuando le hacía preguntas.
Pero el machismo de Trump cobró fuerza esta semana después de que el lunes, en el primer debate presidencial, la demócrata Hillary Clinton recordara un episodio de hace 20 años, cuando Trump humilló a una ganadora de su concurso Miss Universo por ganar peso después de ser coronada. Alicia Machado, venezolana, es hoy ciudadana de Estados Unidos, está haciendo campaña por Clinton, y su caso sirve a los demócratas de ejemplo del machismo de Trump y su sistemático trato degradante hacia las mujeres, un grupo demográfico clave en estas elecciones.
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