El asesinato del jefe del narco en la frontera de Paraguay con Brasil alerta a las autoridades
Más de cien sicarios de la organización delictiva PCC organizaron una emboscada para matar a Jorge Rafaat
En apenas 15 años, al narcotraficante y empresario Jorge Rafaat Toumani trataron de matarlo tres veces. La última -y definitiva- fue la noche del pasado miércoles, en Pedro Juan Caballero, una ciudad paraguaya en la frontera con Brasil. El atentado contra Rafaat fue de película, con ametralladoras de uso exclusivo militar y armamento antiaéreo. De acuerdo a la investigación, los más de cien sicarios que participaron en el ataque trabajan con el cartel brasileño Primeiro Comando Capital, PCC y otros grupos paraguayos. Los gobiernos de Brasil y Paraguay consideran que la muerte de Rafaat supone el inicio de una guerra por el poder en uno de los principales corredores de mariguana y cocaína de Sudamérica. Quien gane, controlará la cadena de producción, comercialización y distribución de estupefacientes de la región.
El secretario de Seguridad Pública de Rio de Janeiro, José Mariano Beltrame, mostró su preocupación esta semana en los medios. “Tenemos información de que el PCC ya actúa en Paraguay y eso, si se confirma, tendrá impacto en el mundo de la criminalidad en Brasil. La muerte de ese traficante supone una alerta muy grave para nosotros”, dijo Beltrame al digital G1.
Rafaat, de 56 años, conocido como Sadam y también como el Rei do tráfico en la frontera, estaba en su camioneta blindada, escoltado de una treintena de guardaespaldas, cuando un vehículo les cortó el paso en un cruce de Pedro Juan Caballero. Ahí empezó el tiroteo: más de 400 balas del calibre .50, empleado en contextos bélicos para derribar aeronaves, salieron del vehículo. Al menos la mitad impactaron en el vehículo de Rafaat, que murió en la hora siguiente. En las fotos que divulgó la Policía Nacional de Paraguay, Rafaat aparece muerto, con una brecha en la cabeza mayor a dos pelotas de tenis y agujeros por todo el cuerpo.
Fuentes del Ministerio del Interior paraguayo explican que entre 30 y 40 vehículos participaron de la emboscada, a razón de tres o cuatro sicarios por carro. En la noche del viernes, las autoridades ya habían detenido a nueve personas.
El exmilitar carioca Sérgio Lima dos Santos, de 34 años, es el principal sospechoso de haber disparado la ametralladora que acabó con la vida de Rafaat. “Sólo una persona con entrenamiento militar es capaza de usar un arma así”, cuenta un policía paraguayo que participa en la investigación. Durante la refriega, los guardaespaldas del Rei do tráfico hirieron a Santos, que está internad en una clínica privada en Paraguay.
Atentados
Tras el asesinato de Rafaat, sicarios la emprendieron con sus empresas. Algunas fueron incendiadas y baleadas. El narco gestionaba más de una decena en diferentes lugares de Paraguay, desde tiendas de neumáticos a escuelas de medicina, o empresas de seguridad privada.
En 2014, el juez brasileño Odilón de Oliveira condenó a Rafaat a 47 años de prisión por tráfico de drogas y lavado de dinero. La justicia brasileña le confiscó siete aviones y seis haciendas. Hasta su muerte, el Gobierno brasileño tenía abiertos otros tres procesos en su contra.
El narco maduró con la aspiración de ocupar el hueco dejado por Luiz Fernando da Costa, o Fernandinho Beira-Mar, cuando este cayó preso en 2002. Rafaat asumió la distribución de drogas en Pedro Juan Caballero y en ciudades próximas como Bella Vista Norte y Capitán Bado, uno de los principales puntos de producción de mariguana de Sudamérica.
Hasta hacía cinco años, su relación con el PCC, la principal organización criminal de Brasil, con sede en Sao Paulo, era diplomática. Luego empeoró. Rafaat aumentó el monto que les cobraba por transportar drogas de Paraguay a Brasil. El PCC optó por eliminar a Rafaat y dedicó buena parte de sus esfuerzos a lograrlo.
La disputa entre narcos por el poder se agravó este año. Datos de la delegación de la policía de Brasil en Ponta Pora, la hermana brasileña de Pedro Juan Caballero, muestran que 36 personas han muerto asesinadas desde enero en ese lado de la frontera. La policía señala que al menos 25 tienen que ver con “la guerra interna de los criminales”. “El clima en nuestro lado de la frontera es muy intenso por lo que ocurre del otro lado”, dice Jarley Inácio de Souza, responsable del sector táctico-operacional de la Policía Civil en la frontera. “Horas antes de la muerte de Rafaat, mataron a uno de nuestros investigadores aquí (…) Eso muestra que necesitamos cada vez más integrar nuestros esfuerzos para evitar que el narcotráfico se expanda”.
El ministro de Interior de Paraguay, Francisco de Vargas, informó a la prensa local que reforzaría la seguridad en Pedro Juan y que intensificarían la investigación de cualquier delito relacionado con Rafaat. Un investigador paraguayo dice que “no había visto un clima tan tenso desde que trabajo en la frontera ya hace 15 años”.
En la noche del asesinato de Rafaat, vecinos de Ponta Pora dijeron que vieron tanques del Ejército brasileño circulando por las calles. Se rumoreó incluso que había toque de queda, información que las autoridades niegan. El Ministerio de Defensa brasileño dice que no envió tropas a la región y que las que están en la ciudad actúan en el marco de la Operación Ágata, que nada tiene que ver con el asesinato de Rafaat.
Por otro lado, el Ministerio de Justicia evitó contestar las preguntas de EL PAÍS sobre si enviará a la Força Nacional a Ponta Pora, o si reforzará el despliegue de la Polícia Federal. El jueves, el gobernador de Mato Grosso do Sul, donde está Ponta Pora, Reinaldo Azambuja, reclamó al Gobierno federal que existe una sensación de inseguridad en la zona, cosa que se debe principalmente a la ausencia del Gobierno federal en la región.
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