“El zika se volverá endémico, como el dengue”
El biólogo brasileño Luciano Pamplona afirma que el mosquito ‘Aedes aegypti’ no podrá erradicarse
El biólogo Luciano Pamplona Cavalcanti, especialista en epidemiología, contrajo el año pasado el virus del zika, precisamente el tema de sus investigaciones. Profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Ceará (Nordeste de Brasil) y secretario general de la Sociedad Brasileña de Dengue y Arbovirosis, observa que esta enfermedad, que preocupa al mundo por su propagación, ha venido para quedarse y no se puede erradicar, pero sí controlar. Para ello, concienciar a las personas es fundamental. La semana pasada el Gobierno anunció el despliegue de 220.000 militares contra el mosquito. El día 13 de febrero, miembros del Ejército, la Marina y las Fuerzas Aéreas protagonizarán una especie de Día D distribuyendo información en las calles para que la población luche contra los focos del mosquito Aedes aegypti.
Pregunta. ¿Por qué aún tenemos epidemias recurrentes de dengue en Brasil?
Respuesta. El Aedes aegypti está en nuestro ambiente desde hace bastante tiempo, desde el siglo pasado, y en los últimos años se ha ido adaptando de forma muy eficiente a los hábitos domésticos. Cuando leemos los textos escritos sobre el mosquito hace 50 años, al Aedes aegypti se le llama mosquito urbano. Hoy en día se considera un mosquito doméstico. Está totalmente adaptado a nuestras condiciones urbanas. Esto vuelve el control mucho más difícil, porque depende de medidas que se desarrollan a diario. Ello, junto con el aumento de los viajes y una mayor circulación de las personas, hace que tengamos una mayor diversidad de virus y que se produzcan las epidemias.
P. ¿Por qué se ha transformado en un mosquito doméstico? ¿Cómo se ha adaptado de esta forma?
R. Es un mosquito que se reproduce en el agua estancada. El hecho de que la gente tenga que acumular agua, lo que es un hábito en Brasil [a causa de las épocas de sequía] acercó este mosquito a casa. Para él, es mucho más seguro estar dentro que estar en la calle, a causa del viento y de la lluvia. Si dentro de nuestra casa tiene un depósito con agua para poner sus huevos y la sangre de las personas para alimentarse, no va a salir de casa. Por eso hoy el control es mucho más difícil. Porque necesito visitar casa por casa. A diferencia del siglo pasado, en que los agentes pasaban por las calles con el fumacê [fumigando las calles con humo] y se centraban en terrenos vacíos.
Se puede ver eso claramente. Este mosquito se alimenta de sangre y de néctar. Hay una prueba que hacemos en su estómago y hoy en día, en cualquier lugar del mundo en que lo investigues, solo encuentras sangre humana. Es decir, ya ni siquiera está alimentándose más de néctar, solo de sangre. Porque está dentro de casa.
P. ¿Cuáles son los hábitos de este mosquito?
R. Prefiere picar entre las cuatro y las seis de la mañana y entre las cuatro y las siete de la tarde. Son las horas en que hay menos actividad de sol y menos calor. Pero esto es en general, porque las familias hoy suelen salir por la mañana y volver de noche...
P. Brasil vive con epidemias desde hace mucho tiempo. ¿No está fallando en el combate al mosquito?
R. Existen dos enfoques diferentes con relación a eso. El del Gobierno y el de la población. El programa de control del dengue en Brasil es uno de los más modernos del mundo. Varios países han copiado el protocolo del Ministerio de Sanidad. El problema es que entre lo que se escribe y lo que es posible hacer en el sistema de salud hay un trecho. Ningún programa en el mundo conseguirá controlar el Aedes aegypti por sí solo, sin un fuerte apoyo de la población. Además, ya hemos agotado la mayor parte de los larvicidas, porque los mosquitos se han vuelto más resistentes y los que existen hoy duran menos tiempo funcionando con eficiencia.
P. ¿Podremos exterminar el mosquito en algún momento?
R. Es un mosquito que se está adaptando a las condiciones domésticas. Y, si consideramos que no tenemos una forma de cambiar los hábitos de la gente de un día para otro, es muy poco probable que lo consigamos. Tanto es así que el objetivo del Ministerio de Sanidad es controlar la infestación por debajo del 1%. Así los casos continuarán, pero no habrá epidemias. El objetivo es controlar la infestación. No se habla de erradicación.
P. ¿El virus del Zika se volverá endémico, es decir, se convertirá en una realidad permanente de Brasil?
R. Creo que sí, a pesar de que sabemos muy poco sobre el virus, tenemos muy poca información. El virus se volverá endémico, como el del dengue, porque tiene el mismo transmisor.
P. ¿Y se podrá propagar por todo el mundo? ¿Cuál es el riesgo, por ejemplo, de que España tenga una epidemia?
R. No hay en el mundo barreras para virus, para mosquitos. Las personas van y vienen de un país a otro. Estamos en una fase en que las enfermedades van a atravesar los continentes en cualquier período. Amanezco hoy en Brasil y anochezco en Japón. La gente se desplaza de una forma mucho más rápida, lo que hace que se lleve la enfermedad de un continente a otro a una velocidad mayor.
P. Pero en otros países, sobre todo los del hemisferio norte, ¿las condiciones no son menos propicias al desarrollo del mosquito?
R. Sí, sobre todo en algunas regiones de Europa, debido al frío. El control más eficaz del Aedes aegypti es la temperatura. En aquellas regiones donde la temperatura es muy baja, el mosquito no consigue sobrevivir. Si baja de los 18 °C, ya es una situación muy mala para él. No es casual que en São Paulo no haya muchos casos de dengue el año entero, porque en la época fría, disminuye. En las regiones frías del país, como Río Grande del Sur, hay mucho menos dengue que en el noreste.
Pero el consuelo que debemos tener es que el zika es una enfermedad que no traerá grandes problemas, que es mucho menos peligrosa que el dengue. Un 80% de las personas no tiene ningún síntoma. La enfermedad en sí misma, en un adulto o en un niño, no causa grandes problemas. Yo tuve el zika el año pasado. Se siente un gran dolor en las articulaciones, fiebre baja y listo.
En este momento, el virus parece ser más peligroso para las mujeres embarazadas. Pero hay no sé cuántos mil partos en el país [poco más de 600.000 entre octubre y diciembre] y se produjeron poco más de 3.000 casos de niños con sospecha de microcefalia. La prevalencia aún es muy pequeña. Yo no recomendaría, por ejemplo, dejar de viajar.
P. ¿Incluso a las embarazadas?
R. Tenemos mecanismos de protección individual que resuelven el problema. Se puede usar repelente, ropa larga al final del día. Varios hoteles tienen mosquiteros en los dormitorios. Es perfectamente posible venir a Brasil. Ahora bien, si no necesita venir, se puede repensar. Decirle a una persona que no viaje a un país por temor a contraer una enfermedad es algo muy serio. En estos momentos, hay mucho recelo, pero, de hecho, no es nada que sea tan aterrador que se recomiende no viajar. Hay enfermedades transmisibles aquí, como las hay en el mundo entero.
P. ¿Vamos a conseguir evitar que esta explosión de microcefalia se repita en el país?
R. Creo que en estos momentos las embarazadas están mucho más atentas, en el sentido de la protección individual. La recomendación de usar repelente y ropa larga al comienzo de la mañana y al fin de la tarde. Y, naturalmente, la movilización del ministerio para el verano de 2016 será mucho más fuerte y esto ayudará [a reducir los casos de zika]. Ahora bien, todo indica que vamos a tener un nuevo ciclo. Esperemos contar pronto con un diagnóstico eficaz y un tratamiento adecuado para las mujeres embarazadas, con el que se consiga reducir al mínimo el impacto de la microcefalia. Y el hecho de convertirse en una alerta mundial también puede ayudar. Está el CDC (Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), que tiene experiencia en la producción de kits de diagnóstico. El apoyo de los laboratorios del CDC a nuestros laboratorios será muy beneficioso.
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