Una pionera en los cielos
Paola Velasco, de 26 años, es la primera piloto comandante de Bolivia
Paola Velasco tenía nueve años la primera vez que se subió a un avión. Desde ese momento repetía en su cabeza que su sueño era ser piloto. No se iba a imaginar que 13 años después iba a estar copilotando un avión comercial Boeing 747-400 mientras cruzaba el Atlántico de Santa Cruz a Madrid en un vuelo de 11 horas.
La piloto nacida en Cochabamba vivía un sueño, ya que se convertía en una de las primeras navegantes latinoamericanas que realizaba un vuelo de estas características. Recientemente Velasco, de 26 años, fue ascendida a piloto comandante, la primera de Bolivia, y una de las más jóvenes en Sudamérica, según un portavoz de la Organización de Aviación Civil Internacional.
Su carrera surcando los cielos comenzó con 16 años, en el aeropuerto El Trompillo de Santa Cruz. En enero de 2006 empezó el curso de piloto privado, el de navegante comercial, el curso de multimotor y de instrumentos, los mismos que culminó en noviembre de ese mismo año. A los 17 ya tenía su licencia y se encontraba lista para postular a una aerolínea, recuerda Velasco.
Empezó a tomar vuelo en la empresa Aerosur, en la que ascendió de ingeniera de vuelo a copiloto en un periodo de cinco años. Antes de que la aerolínea se declarara en bancarrota pudo realizar uno de sus sueños. Tuvo bajo su control a un Boeing transcontinental, comúnmente apodado Jumbo, una “máquina perfecta” de 370 toneladas que llevaba a más de 450 pasajeros, relata. “Era como un sueño. Lo disfruté mucho, pero por poco tiempo. Los vuelos largos son diferentes, ves la puesta del sol, el amanecer, y es totalmente diferente”, agrega.
Una vez que terminó su travesía en Aerosur, se cambió a la empresa estatal Boliviana de Aviación (BOA). Después de dos años fue ascendida a piloto comandante. La aviadora, con 4.700 horas de vuelo en su haber, afirma que a lo largo de su carrera siempre hubo prejuicios, pero que nunca tuvo problemas por ser mujer. “Si demuestras lo que vales y haces bien tu trabajo no debería haber diferencias. Yo soy un tripulante más y un comandante más, pese a que soy mujer y soy joven”, manifiesta.
Ella es consciente de que su situación en el contexto latinoamericano, y la de muchas otras pilotos comandantes, es algo “inusual”. Afirma que todavía se escuchan comentarios como “¡Ay, había sido mujer. Y es joven!”. Si bien para la mayoría de la población es algo “diferente y extraordinario”, para Velasco es algo que a la larga se normalizará, ya que “es un trabajo más y no importa el sexo mientras se cumplan las funciones”, añade.
Tras haber recorrido toda Bolivia, Madrid, Nueva York, Washington, Buenos Aires y Asunción, entre otros destinos, Velasco sueña en un futuro surcar los cielos europeos. Se siente agradecida por haber tenido una carrera “muy linda y que haya sucedido tan rápido”. Y manda un mensaje a todas las mujeres que aspiran a una carrera en la aviación: “Cuando uno pone su mayor esfuerzo y está enfocado en sus metas no hay nada que pueda interferir. Somos totalmente capaces de hacer cualquier cosa”, finaliza.
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