Los Estados deberán aportar más fondos para el pacto con Turquía
Erdogan advierte de que el plan de acción para frenar a los refugiados no está cerrado
La Unión Europea rebusca en sus bolsillos para encontrar “nuevos fondos concretos y sustanciosos” que impliquen a Turquía en la solución de la crisis de refugiados. Con el mandato político que le otorgaron los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre del jueves, la Comisión Europea ha divulgado el llamado plan de acción con Turquía destinado a moderar los flujos de migrantes que arriban a suelo comunitario. Aunque el informe no cita cifras, fuentes diplomáticas y comunitarias consideran los 3.000 millones de euros reclamados por Turquía un buen punto de partida. Pese a todo, Ankara no pondrá las cosas fáciles. Sus dirigentes aseguran que no hay nada cerrado y asumen que habrá que esperar la visita de la canciller alemana, Angela Merkel, este domingo a Ankara para cerrar algunos flecos.
Los 1.000 millones que Bruselas había prometido inicialmente a Turquía para atender a los más de dos millones de refugiados que acoge provienen básicamente de partidas ya asignadas. Turquía exige nuevos fondos que ronden los 3.000 millones. Una pequeña parte provendrá del presupuesto comunitario –por ejemplo, del fondo destinado a paliar la situación siria-, pero el resto tendrán que proporcionarlo los Estados miembros. Sin ese desembolso no hay manera de implicar a Turquía en este proceso, admite un alto cargo europeo.
Además de ayuda financiera, los Estados miembros pretenden retomar el impulso del proceso de adhesión de Turquía a la UE, una promesa más estética que real porque no hay voluntad por parte de muchos Estados para revitalizar esta candidatura a la UE. La Comisión Europea ha recibido instrucciones para evaluar las posibilidades de abrir nuevos capítulos en la negociación, entre ellos dos tan sensibles como derechos fundamentales y justicia y libertades. Pero serán los Estados los que tengan que dar el visto bueno. Fuentes europeas consideran que tampoco las autoridades turcas tienen ahora interés en progresar hacia una integración turca en la UE.
Menos concretas resultan las metas en el proceso de desaparición de visados entre Turquía y la UE. Las autoridades europeas asumen que se trata de un plan laborioso que requiere, entre otras cosas, garantías de gestión de flujos migratorios y aplicación de un acuerdo de readmisión. Es decir, que Turquía se comprometa a acoger a todos los extranjeros que entren en su territorio que hayan tenido a Turquía como lugar de tránsito. Acelerar la desaparición de visados constituye una antigua demanda de Ankara que podría ser utilizada como un punto a su favor por el Ejecutivo islamista de cara a las elecciones del próximo 1 de noviembre. Sin embargo, el ministro de Exteriores, Feridun Sinirlioglu, desmintió que el acuerdo haya quedado cerrado.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha aprovechado este viernes su participación en una cumbre de líderes religiosos musulmanes de Asia y el Pacífico en Estambul para cargar contra la UE. “Hasta el momento hemos acogido a 2,5 millones de refugiados (2,2 millones de sirios y 300.000 iraquíes). La otra parte simplemente por decir que va a acoger a refugiados recibe el [premio] Nobel. ¡Para usted el Nobel!”, ha afirmado el mandatario turco en alusión a la candidatura de Merkel al galardón sueco por su gestión de la crisis migratoria de este verano: “Nosotros no vamos a por premios, lo hacemos porque este es el camino indicado por Dios”.
Erdogan ha recordado que Turquía ha gastado 7.000 millones de euros en atender a los refugiados –a los que garantiza permiso de residencia, derecho a la sanidad y, aparte de ellos, también acceso a educación– y que de este monto la comunidad internacional solo ha aportado 417 millones. Europa “ha despertado tarde” a la crisis de los refugiados, ha criticado el líder islamista, solo cuando vieron “la foto de ese niño Aylan ahogado en una playa”. Sin embargo, ha subrayado Erdogan, ahora “Occidente y Europa han aceptado” que su seguridad y estabilidad son “contingentes” a las de Turquía.
Respecto al proceso de adhesión a la Unión Europea, congelado desde hace años por la oposición de algunos Estados miembros a nuevas ampliaciones –principalmente Alemania y Francia– así como por el deterioro de los derechos y libertades en el país euroasiático, Erdogan se ha preguntado: “Si esto [el control de las fronteras] no puede funcionar sin Turquía, ¿por qué no aceptáis a Turquía en la UE?”.
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