“¡Pobre, yo tengo un iPhone 5!”
Una mujer en México humilla al policía que la detuvo por no tener un teléfono de marca
La prepotencia y el clasismo han vuelto a llenar las redes sociales en México, ahora con el hashtag #LadyMulta. Las protagonistas son dos mujeres jóvenes que fueron detenidas en la ciudad fronteriza de Tijuana, al norte de México, por conducir en estado de ebriedad. El policía que las detuvo grabó el momento en que ambas le humillan para que les levante la multa.
"Tienes mi placa, tienes mi licencia, hazme la infracción rápido", se escucha decir a una de ellas mientras chasquea los dedos frente a uno de los policías. Momentos antes, la otra le dice al policía que graba que deje de hacerlo "Está grabando wey, con su LG de cinco píxeles. ¡Pobre, yo tengo un iPhone 5!".
Los policías insisten en que les levantarán la infracción pero que no pueden dejarlas ir porque "no se debe manejar (conducir) en ese estado". Según medios locales, las chicas habían sido reportadas al número de emergencia por una persona a la que casi atropellan; al final ambas fueron remitidas ante un juez por sobrepasar los límites de alcohol en sangre al conducir.
Este no es el primer caso en que los detenidos humillan a la policía. En México se ha bautizado a los protagonistas de varios abusos como ladies y gentlemen (damas y caballeros en inglés). Sus vídeos se han hecho virales a través de las redes sociales.
Uno de los primeros casos fue el de las Ladies de Polanco, dos mujeres ebrias, detenidas por una infracción vial en uno de los barrios más exclusivos de la capital mexicana. “Pinche puto de mierda, chinga a tu madre pinche asalariado”, le espetó una de ellas a los policías antes de agredirlos físicamente.
Otro caso recordado y que muestra el abuso clasista en su máxima expresión es el de Miguel Moisés Sacal, el "gentleman de las Lomas", quien agredió a un valet parking (los servicios que aparcan coches a cambio de una propina) porque no le ayudó a cambiar la llanta de su coche. Sacal lo golpeó con tal fuerza que le partió dos dientes. Fue condenado a cuatro años de prisión , pero salió pagando una fianza de 20.000 pesos (1.200 dólares).
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