¿Estamos listos nosotros?
Los colombianos se enfrentan a un tiempo de cambio histórico
Producto de los diálogos en La Habana entre el gobierno colombiano y las FARC, el jefe negociador de esa guerrilla anunció, al cierre de un nuevo ciclo de conversaciones, su disposición para reincorporarse a la vida civil y discutir los procedimientos para el tránsito de organización alzada en armas a ser un movimiento político abierto. Con estas sorpresivas palabras, Iván Márquez también le dijo al país que están a las puertas de un entendimiento con el gobierno sobre lo que sería el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición.
La noticia, que fue analizada por algunos como una forma de presionar al gobierno de Santos, es al mismo tiempo la más importante en la medida en que significa que en La Habana no hay un diálogo de sordos y que han terminado por entender que son esos anuncios los que necesita la sociedad para iniciar la discusión más importante de todas: el paso de la guerrilla de las armas a la política. Si estamos ante una verdadera posibilidad del fin del conflicto, cómo debemos los colombianos dar el debate de este lado, qué diálogos deben abrirse entre la sociedad y la mesa. Y de la sociedad en su interior. ¿Estamos nosotros listos después de 50 años de guerra?
Llegó el momento de que el país entienda que esto es con cada uno de los colombianos. Que cada decisión que se tome los afectará
Llegó el momento de que el país entienda que esto es con cada uno de los colombianos. Que cada decisión que se tome los afectará. Para empezar sería provechoso buscar la forma de participar de la discusión de la propuesta presentada por el gobierno al Congreso para poner a andar los acuerdos una vez firmados y refrendados. Se trata de consolidar el mecanismo que facilitará la implementación de lo pactado con la guerrilla a través de una comisión legislativa especial, encargada de convertir los acuerdos de paz en leyes, entregando facultades especiales al presidente por 90 días para expedirlas.
Mientras el uribismo plantea que esa propuesta del gobierno lo que realmente busca es darle poderes habilitantes a Santos a través de facultades sin definición y límite, otros sectores de la sociedad no han logrado entender que este proyecto solo tiene alcances si se logra la firma de la paz y bien valdría la pena analizar si debe estar la guerrilla haciendo parte de esa comisión, sin necesidad de pasar por las urnas.
Tampoco es posible entender y por lo tanto asumir posiciones cuando el fiscal general de la Nación, llamado a impartir justicia, se dedica a realizar contratos multimillonarios a dedo, a insultar a quienes lo cuestionan, especialmente si son periodistas, y manejar los tiempos de sus imputaciones anunciando, sin que en Cuba lo sepan, que ya se llegó a un acuerdo sobre Justicia Transicional.
Son muchos los mensajes cruzados que recibe la gente de sus líderes y muchos los ejemplos de los que hablan solos como Nicolás Maduro, con quien precisamente el presidente Santos tendrá un encuentro en Quito el próximo lunes para solucionar la crisis en las relaciones por el cierre de la frontera conjunta y la deportación y maltrato de miles y miles de connacionales. La mediación del presidente Rafael Correa bien vale la pena usarla para intentar sacar a Maduro de su autismo y establecer un verdadero diálogo que permita replantear a fondo las relaciones con Venezuela, incluso y como lo han pedido algunos congresistas para analizar el valor real o el daño continuo, según se mire, del acompañamiento de Caracas a nuestro proceso de negociación con las FARC luego de la violación de los derechos humanos de los colombianos en ese país.
Mientras en La Habana el diálogo parece estar dando sus frutos, de este lado del Caribe, y en la frontera con Venezuela, pareciera que los interlocutores no se escuchan o mejor, no quisieran escucharse. Cada cual busca conservar su pequeño poder o cargo a costa del otro, con la trampa y el discurso que le sirva para justificarse. Así lo hace Maduro frente a su crisis interna para voltear la opinión a su favor en contra de los colombianos. Así lo hace la fiscalía que prefiere crear cortinas de indignidad con los derechos de una mujer para que el país no ponga la lupa sobre su millonaria contratación. Así lo hace Piedad Cordoba que desde Venezuela pide acciones contra el paramilitarismo acompañando a Ernesto Samper, secretario de Unasur, en un discurso que muestra que solo ven o lloran por un ojo.
Diana Calderón es directora de Informativos y Hora 20 de Caracol Radio Colombia. Twitter: @Dianacalderonf
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