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La detención de un líder indígena causa polémica en Colombia

Acusado por retener a un soldado y darle 20 latigazos, el arresto reabre el debate sobre la justicia indígena, amparada por la Constitución

Sally Palomino
Feliciano Valencia (centro) en una foto publicada en Twitter.
Feliciano Valencia (centro) en una foto publicada en Twitter.@FelicianoValen

En el año 2000, el líder indígena Feliciano Valencia Medina recibía el Premio Nacional de Paz. Lo aclamaban por ser un ejemplo de resistencia pacífica en el Cauca, una de las zonas más duras de Colombia debido a la fuerte presencia de la guerrilla de las FARC. Estos días su nombre volvió a ocupar las primeras informaciones de los diarios nacionales: había sido detenido porque en el año 2008 retuvo, en medio de una protesta indígena, a un miembro del Ejército que fue castigado con veinte latigazos por miembros de su comunidad. La detención ha reabierto el debate sobre el respeto a la justicia indígena en Colombia, que está respaldada constitucionalmente para que sea autónoma.

Soraya Gutiérrez Arguello, abogada del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, explica que la detención de Valencia Medina abre la reflexión sobre el fuero indígena y la protección que se debe garantizar para que su justicia no sea intervenida por la justicia ordinaria. Según la Corte Constitucional de Colombia la jurisdicción indígena debe cumplir algunos requisitos para poder juzgar por su cuenta. Por ejemplo, que la conducta ocurra dentro de su territorio y que el acusado pertenezca a una comunidad.

“En este caso hay evidencia de que se cumpliría esto y por lo tanto no hay cabida a una acusación contra el líder (Valencia Medina)”, sostiene la abogada. Gutiérrez Arguello cuenta que hace unas semanas denunciaron en audiencia pública las irregularidades que se están presentado frente a la autonomía de los pueblos nativos. “Se está queriendo deslegitimizar algo que está en la Constitución y que debe prevalecer sobre las normales legales ordinarias”.

Las vías que le quedan

La abogada Soraya Gutiérrez Arguello, del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, explica que se podría solicitar un estudio de colisión de competencias entre la justicia ordinaria y la indígena para que el juzgamiento, de comprobarse su responsabilidad, sea llevado según las normas de su comunidad. Esta decisión dependería de un análisis de pruebas y testimonios que estaría a cargo del Consejo Superior de la Judicatura, instancia que daría final a este polémico caso, que de continuar podría generar una masiva movilización de indígenas en el país, como han demostrado, en otras circunstancias, ser capaces de hacerlo.

En el año 2010 el líder indígena fue detenido por este mismo caso. Entonces explicó que se trató de un proceso colectivo contra un soldado que, vestido de civil, se había camuflado en una protesta indígena en su territorio. “La autoridad ordinaria no entiende cómo aplicamos la justicia”, dijo. Y aunque fue declarado inocente en primera instancia, una apelación reavivó el caso, en el que este martes el Tribunal del Cauca revocó la sentencia que lo absolvió y determinó que Valencia Medina debía ser detenido y condenado a 18 años de prisión por el presunto delito de secuestro.

Ariel Ávila, analista del conflicto colombiano y miembro de la Fundación Paz y Reconciliación, dice que el caso de Valencia Medina ha despertado reacciones de apoyo desde organizaciones civiles y cabildos indígenas por su significado en los procesos sociales del Cauca. “En los últimos años él se ha convertido en un abanderado de la paz en un región donde el tema es tan delicado”. Al líder indígena también se le recuerda porque en varias oportunidades se enfrentó con el expresidente Álvaro Uribe para exigir que el Gobierno cumpliera con las promesas que había hecho a su comunidad para que se garantizaran algunas políticas sociales. “Esta detención puede ser tomada como una persecución contra él por las denuncias y su activismo”, agrega el analista.

El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que agrupa a más del 90% de comunidades indígenas de la región, se declaró en asamblea permanente para exigir que se respete la jurisdicción, dentro de la que Valencia Medina habría actuado para retener y castigar al soldado. Destacan también la “amenaza” que en este época preelectoral podría significar este hombre que, bajo su liderazgo, ha impulsado a indígenas de su comunidad para que incursionen en la política. Al menos siete alcaldías han sido ocupados por ellos, que se han caracterizado por resistir la guerra de su territorio, donde se mezcla FARC, grupos de extrema derecha y fuerzas militares.

El anuncio del CRIC tardó pocas horas en hacerse realidad. En la tarde de este miércoles más de cien cabildos se reunían como símbolo de rechazo a la medida contra el indígena, quien está a la espera de saber si será enviado a una cárcel convencional donde tendría que, entre otras aspectos, cortarse el cabello largo que caracteriza a la comunidad que representa.

Junto a las voces de respaldo que se han escuchado desde la detención del líder, hay otras que recuerdan cómo, en marzo pasado, después de ocasionar un accidente por conducir en estado de embriaguez, el mismo Valencia Medina fue sometido a un castigo por parte de su comunidad. Recibió varios latigazos y tuvo que realizar un trabajo comunitario, según lo dispuesto por las autoridades tradicionales de su región.

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Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

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