“Cuba es la última frontera de mercado para EE UU”
Hugo Cancio, empresario de Miami, es un símbolo de los cubano-estadounidenses que sirven de puente entre ambos lados
Hugo Cancio (La Habana, 1964), empresario de Miami, sintetiza la figura de los cubano-estadounidenses que sirven de puente entre ambos lados del Estrecho. Empezó como vendedor de coches, se hizo promotor musical y organizó la primera gira de Silvio Rodríguez por EE UU. Bien conectado con las élites de ambos países, ha propiciado el acercamiento a través del intercambio cultural.
Hoy dirige OnCuba, portal digital nacido hace tres años, estadounidense pero hecho en La Habana por periodistas cubanos.
Pregunta. ¿Cuál es el potencial de mercado de Cuba?
Respuesta. Infinito. El capital humano es el gran valor de Cuba. Jóvenes entusiastas, preparados. Siento optimismo al caminar por las calles de mi país. El optimismo de un pueblo que no veía la luz al final del túnel. El techo que presionaba la cabeza de 11 millones de cubanos se ha ido derrumbando.
P. ¿De qué estaba hecho?
R. De un sistema inmovible que no permitía que un país con gente tan preparada tuviera emprendimiento propio, y de la política incoherente de Estados Unidos hacia el pueblo cubano.
P. Repite mucho ese adjetivo, incoherente.
R. ¿Cómo llamas a algo que no funcionó durante muchos años y permaneció inerte; a inmiscuirse en los asuntos de un país extranjero; a invertir millones de dólares para derrocar un Gobierno? Podría definirlo también como injusto, o como inhumano. Podría llamarlo de muchas formas. Pero ya lo ha dicho Obama: si algo no funciona hay que cambiarlo.
P. ¿Ha cambiado la imagen que tienen de Cuba en Miami?
R. Enormemente. Incluso en muchos que fueron partícipes de la política incoherente de EE UU ha habido un cambio de mente y de corazón.
P. ¿También lo ha habido en Cuba con respecto a Miami?
R. Miami es una extensión de Cuba, y fuera de la retórica de muchos años del Estado de acusar al exilio de ser la mafia de Miami, retórica que hoy ya no existe, no he conocido a ningún cubano de la isla con una opinión negativa de la diáspora. Ellos son las madres, los hijos, los nietos, los bisnietos de los cubanos de la isla. Y los cubano-americanos ahora tenemos que ser una parte importante del futuro de Cuba. Yo si invierto en Ohio sólo busco réditos. Si invierto en Cuba invierto en el futuro de mis sobrinos.
P. Sostiene que no se verán "cambios reales" en Cuba antes de tres años. ¿Por qué?
R. Aunque se ice una bandera en La Habana, son muchos años de desconfianza, de mentalidad de trinchera. Y tenemos actores en ambos lados que se oponen a que haya avances. Yo creo que Obama y Castro, tal vez sin proponérselo, le han sacado la alfombra de debajo de los pies a los extremistas. Cuba es un país en transición y hay que esperar a que esos extremos aprendan a coexistir. Mientras tanto habrá polos opuestos que se resistirán a los cambios. Y no olvidemos que el embargo aún existe.
P. ¿Se acabará antes de que termine la presidencia de Obama?
R. Podría ser. Confío en la voluntad de Obama y en la buena onda de los miembros del Congreso contra esta política obsoleta. Además, las grandes empresas de EE UU apuntan sus cañones al mercado cubano. Es su última frontera natural de mercado.
P. ¿Cómo es la relación de su medio con el Gobierno cubano?
R. Yo soy un cubano que ama a Cuba. También un cubano crítico. Mi madre sacrificó mucho para que yo me pudiera criar en un país donde uno se pudiera expresar libremente. Pero soy respetuoso con mi país de origen y con su Gobierno. Los cambios de sistema o de ideología en Cuba corresponderían a los cubanos que viven dentro de la isla. Más allá de eso hemos tenido discrepancias, es lo normal.
P. ¿Y cómo define el enfoque de OnCuba?
R. OnCuba no ha querido caer en el juego de ataque y contraataque. Para nosotros Cuba va más allá de un apellido que empieza por ce.
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