Humala promete más desarrollo en su último discurso como presidente
El presidente, en el poder hasta julio de 2016, tiene un Congreso adverso tras ser conquistado por la oposición el domingo pasado
El presidente de Perú, Ollanta Humala, que experimenta el índice de aprobación ciudadana más bajo en cuatro años, se apura para contrarrestar la imagen de fragilidad y aislamiento de su Gobierno. Ayer, en su mensaje a la nación en el que hizo balance de su gestión, se afanó por destacar su programa social y de educación, aunque no ofreció medidas concretas. Humala seguirá en el poder hasta julio de 2016 con un Congreso adverso, después de que la oposición se hiciera el domingo con la presidencia de la Cámara. Sondeos de las consultoras Ipsos Perú y GfK muestran que el 80% desaprueba su gestión.
Ante las críticas sobre su gestión, el mandatario peruano, que se presentaba por última vez ante el Congreso de la nación, puso el énfasis en los programas sociales y la educación, campos que reitera en el plano doméstico cada vez que requiere responder a las críticas de estancamiento económico y de inercia en la gestión. Estos son los dos principales obstáculos señalados por sus opositores y por los observadores políticos en un contexto de disputa política ya marcado por las elecciones presidenciales que deben realizarse en el primer trimestre de 2016.
“En mi Gobierno el reto ha sido y seguirá siendo unir a un país fragmentado y avanzar en el cierre de esa brecha de desigualdad”, enfatizó el mandatario. Según una encuesta nacional divulgada el domingo y realizada por la GfK, en 2014 solo un 11% de los consultados calificaba como “bueno o muy bueno” el desarrollo del programa para mejorar la educación en los colegios, y en el sondeo de este mes, el porcentaje subió a 21%. Un 24% considera que los programas sociales para los pobres tienen un buen manejo.
El presidente calificó el programa de apoyo económico para la capacitación profesional, llamado Beca 18, como “el proyecto más ambicioso de becas en la historia”, pues beneficia a 45.000 jóvenes. Perú tiene uno de los niveles más bajos de inversión en educación, con un 3,6% del PIB. “Hoy Perú es el líder de gestión en política social en toda América Latina”, aseguró. “El mayor reto que tenemos como país es lograr tener una educación de calidad para todos los peruanos; por ello, emprender una reforma educativa integral ha sido una prioridad en mi Gobierno”, acotó. Y citó también que el programa Juntos, similar al Bolsa Familia de Brasil, tiene 828.750 beneficiarios en 42.000 centros: la ayuda social consiste en la entrega de 200 soles mensuales —unos 66 dólares— a cambio del compromiso que los niños de las familias receptoras asistan a la escuela y cumplan con una cartilla de vacunación.
Perú tiene uno de los niveles más bajos de inversión en educación, con un 3,6% del PIB
Sin embargo, la prensa peruana reveló en mayo las deficiencias del programa tras saberse que los cajeros del Banco de la Nación (estatal) han robado el dinero a cientos de beneficiarios, especialmente en la región Cajamarca, valiéndose de falsificaciones y de la falta de familiaridad de los ciudadanos con el sistema bancario.
Aunque los analistas y los medios pronosticaban que Humala anunciaría un aumento en el sueldo mínimo, exigido por los gremios sindicales, el gobernante no aludió a ese tema y tampoco ofreció mayores precisiones sobre las medidas que se tomarán en la lucha contra la inseguridad ciudadana y la corrupción. Humala aún no ha convocado a elecciones, y el analista y exministro de Trabajo Juan Sheput, indica que el jefe del Estado está retrasando dicho momento porque tendrá que someterse a la ley electoral que impide usar con fines de propaganda o proselitismo los programas sociales y las acciones de Gobierno.
El presidente —un militar del Ejército en retiro que gobierna bajo la poderosa influencia de su esposa, Nadine Heredia— ejercerá el poder con un Congreso adverso. El pasado domingo 26, el Legislativo eligió una nueva mesa directiva presidida por Luis Iberico, de la agrupación Alianza por el Progreso, quien lideró una lista impulsada por el partido Fuerza Popular, fujimorista y de oposición al Gobierno.
Dos promesas principales de Humala en la campaña presidencial de 2011 son parte del malestar popular. El mandatario prometió luchar contra la delincuencia y bajar el precio del balón de gas a 12 soles y no ha cumplido ninguna de ellas: un 76% se siente inseguro, según el último sondeo de GfK, y en los medios sociales los ciudadanos reclaman que baje el precio del combustible.
Una de las ausencias más palpables en su mensaje fue la lucha contra la corrupción, sobre la que solo citó un plan, pese a que es una demanda ciudadana fuerte. Todo esto ocurre en un período en el que otros dos expresidentes, Alan García y Alejandro Toledo, son investigados por posible corrupción durante sus respectivos mandatos, y la sombra de la corrupción del fujimorismo permanece como una constante en la política peruana.
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