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País amigable para la inversión

España es el primer socio de perú desde 1994. Hoy mueve 4.500 millones

Carmen Sánchez-Silva
Vista de la sede del BBVA Continental en Lima.
Vista de la sede del BBVA Continental en Lima. Karel Navarro (Bloomberg)

Perú tiene una economía emergente y joven con un potencial de desarrollo muy grande, después de haber consolidado políticas estables y predecibles desde los años noventa, algo que no es habitual en América Latina, como tampoco lo es que se permita al capital extranjero invertir en cualquier actividad económica y en igualdad de condiciones con las empresas locales”. Esas son las mayores ventajas que ofrece el país sudamericano a los foráneos, en opinión de Carlos Herrera, director ejecutivo de Proinversión, el organismo público encargado de promover la entrada de capitales en el país. “Nuestro sistema no se basa en incentivos a la inversión sino en la libre competencia, en el libre movimiento de capitales y el establecimiento de reglas claras y estables que lo permitan”, explica.

El Gobierno peruano trata de atraer dinero del exterior hacia los sectores que pretende impulsar. Es decir, hacia el procesamiento de alimentos, la industria maderera, la minería, el turismo, la industria textil, metalmecánica, petroquímica…, negocios “con un potencial muy grande que no se pueden desarrollar sin las infraestructuras viales, portuarias, de telecomunicaciones, energéticas… necesarias. Hay una brecha en infraestructuras en Perú que el sector privado cifra en 88.000 millones de dólares y es la que ha llevado al Estado a promover la colaboración público-privada”, sostiene Herrera. Desde 2011 el Ejecutivo de Ollanta Humala ha licitado unos 40 proyectos por un valor cercano a 20.000 millones de dólares y, de ellos, las empresas españolas se han adjudicado (en consorcio o en solitario) obras por un importe de unos 15.000 millones.

Y es que el capital extranjero en Perú tiene nombre español. De hecho, España es el primer inversor exterior en la nación andina desde 1994, con montantes anuales que han pasado de 3,6 millones de dólares en 1980 a 4.491 millones en 2014, según los datos oficiales. “Pese al incremento de los negocios chinos, España sigue contabilizando la mayor inversión acumulada en Perú”, indica la presidenta de la Cámara de Comercio de España en el país, Luisa García.

Aporta el 1,4% del PIB

La Cámara ha encargado un estudio a la Universidad del Pacífico para evaluar el impacto que tiene el capital español en el país. Y sus conclusiones arrojan que la inversión de las empresas nacionales supera los 9.000 millones de dólares, cuando a la inversión directa se suma el alto porcentaje de valor añadido que generan, que supone un 1,4% del PIB peruano.

Operarios de Enagás trabajando en el Gasoducto Sur.
Operarios de Enagás trabajando en el Gasoducto Sur.

En Perú se contabilizan 386 compañías españolas, de las que 72 llevan implantadas allí desde la década de los noventa, si bien en el último lustro se han establecido 242 empresas debido a la crisis económica nacional y la respuesta que le han dado a través de la internacionalización. Entre todas facturan más de 50.000 millones de soles (unos 14.000 millones de euros), dan trabajo a 241.000 personas y generan empleos indirectos para otras 196.000, según el citado estudio, lo que equivale al 3% de la población ocupada del país andino.

La segunda empresa del ranking peruano por facturación es Repsol, en tanto que Telefónica es la cuarta y BBVA es la 18, enumera el presidente ejecutivo de la consultora EY en Perú, Paulo Pantigoso. A su juicio, la presencia española “eleva nuestro nivel de bienestar”. “Llevamos dos décadas de crecimiento económico ininterrumpido que han venido acompañadas de la inversión extranjera”, aprecia Pantigoso, quien añade que desde 2000 el país ha crecido un 115%, ha duplicado su clase media y ha reducido la pobreza al 22% de la población.

Según Luis Martí, consejero económico y comercial de la Embajada de España en Perú, “las compañías españolas dinamizan los sectores en los que se instalan, modernizándolos y aportando ventajas al consumidor peruano”. Y no solo las multinacionales que llegaron en la primera oleada inversora, como Telefónica en el negocio de las telecomunicaciones, BBVA en el financiero o Endesa en el energético. “También las pymes que se han implantado en los últimos años, trayendo servicios tecnológicos, de outsourcing, novedades a la alimentación… Han sido un factor importante para el desarrollo del país”, añade.

Proyectos punteros

Tal vez por ello no sea de extrañar que en los dos grandes proyectos de infraestructuras licitados el pasado año y que se acometen ahora (la línea 2 del Metro de Lima y el Gasoducto Sur Peruano, de 6.000 y 4.300 millones de dólares, respectivamente) participen compañías españolas, Iridium y Vialia, en el primero, y Enagás, en el segundo, indica Carlos Herrera, quien agrega que en las nuevas líneas de Metro que se adjudicarán en 2016 también va a haber participación española, al igual que en el proyecto de irrigación Majes Siguas II, de 38.000 hectáreas, “que será, además, una gran oportunidades de inversión para las empresas murcianas agrícolas, a las que visitaremos para atraer hacia esta zona y hacia Chavimochic, que incorporará otras 60.000 hectáreas de tierras de cultivo”.

“Las empresas españolas son bien acogidas tanto por los clientes privados como por las Administraciones”, afirma Sacyr, que desde que en 2013 desembarcara en el país sudamericano se ha adjudicado obras por más de 1.200 millones de dólares. “Pensamos que es un mercado con mucho potencial de crecimiento”, indica la constructora, para quien los convenios de estabilidad jurídica, con carácter de contrato de ley, son uno de los mayores alicientes que ofrece Perú al inversor exterior. Renzo Calda, consejero delegado de Mapfre en Perú, donde obtuvo 350 millones de euros en primas en 2014, suma a esa ventaja la atractiva fiscalidad y la falta de resistencia a la inversión extranjera.

Una inversión que podría incrementarse si Perú y España firmasen un convenio bilateral que evitase la doble imposición, tratado que está parado por temor del Gobierno peruano a perder recaudación, dado que las compañías españolas ya están instaladas allí, según Luis Martí, quien asegura que favorecería a las firmas peruanas interesadas en entrar en España. Herrera asegura que la negociación del convenio se retomará en los próximos meses.

Otros inconvenientes de Perú como destino de inversión son la elevada corrupción y burocracia institucionales, en opinión de Gonzalo Garland, vicepresidente de relaciones externas de IE Business School, a los que Ramón Casilda, consultor estratégico para América Latina, suma el narcotráfico de cara a la seguridad que genera como país.

Dónde entrar

Además de las infraestructuras, que todos los expertos aconsejan, pues se van a adjudicar carreteras, ferrocarriles, redes de banda ancha, de abastecimiento de agua, de gas, eléctricas, centrales térmicas e hidroeléctricas por más de 7.000 millones de dólares entre 2015 y 2016, así como nuevas líneas de Metro, los sectores más atractivos son:

Minería. Ofrece grandes oportunidades a las empresas de maquinaria y tecnología de valor añadido.

Agroindustria y pesca. Tanto para compañías maquinaria industrial, productoras, procesadoras, envasadoras…

Comercio. Con el consumo creciendo al 5%, se necesita un sector retail moderno, igual que franquicias.

Turismo. Está por desarrollar y faltan hoteles, restaurantes, líneas aéreas. Algunas cadenas españolas estudian entrar.

Textil. Perú produce algodón, lana de vicuña y alpaca. Con costes laborales bajos, es un negocio con potencial.

Generación de energía. Hay gran potencial en la industria hidráulica y eólica. La generación crece el 6% anual.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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