La oposición revive en Mendoza

El estado de ánimo de la política argentina está en constante movimiento. Si la semana pasada la oposición encabezada por Mauricio Macri se llevó un duro golpe en las elecciones en Santa Fe, donde se quedó a poco más de 2.000 votos de la victoria —aún pendiente del recuento definitivo—, el domingo tuvo una inyección de moral con las elecciones en Mendoza, otra provincia rica y clave como Santa Fe. La oposición, esta vez unida al completo, ganó con claridad y logró desbancar del poder al kirchnerismo, que llevaba ocho años gobernando en la provincia. El opositor Alfredo Cornejo logró un 46,5% de los votos frente al oficialista Rolando Bermejo 39,3%.

Las elecciones en las provincias clave de Argentina, las más ricas y pobladas, a excepción de Buenos Aires, quedó así completada con Mendoza, la tierra del vino argentino más conocido y una gran potencia agrícola. Esta provincia es el quinto distrito en población de Argentina y tiene una gran influencia económica.

El mensaje político fue muy evidente. Mientras el oficialismo admitía la derrota pese al apoyo directo de la presidenta, que viajó a Mendoza para intentar reforzar la campaña de Bermejo, los líderes de la oposición se trasladaron hasta la capital para festejar una victoria clave. Allí estaba Mauricio Macri y el líder de los radicales, Ernesto Sanz. El triunfador de la noche pertenece al Partido Radical y simboliza un gran acuerdo entre esta formación histórica, el PRO, el partido de Macri, y aquí también se sumó el respaldo del grupo que dirige el peronista disidente Sergio Massa.

Precisamente ese mensaje político, que la oposición unida puede vencer al kirchnerismo, ha reavivado el debate sobre la decisión clave de Macri en las últimas semanas: rechazar un pacto con Massa para las elecciones presidenciales. Los comentaristas están destacando que en Santa Fe, donde se van a quedar a pocos miles de votos de la victoria, si hubieran ido en acuerdo con Massa, como en Mendoza, habrían ganado con claridad. Los macristas insisten en que la aritmética electoral no es tan sencilla y sumar a Massa en las presidenciales tenía más perjuicios que beneficios. Lo cierto es que de momento la oposición está divida mientras el oficialismo acaba de unirse como un bloque en torno al único candidato asumido por la propia presidenta, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.