Comienza un nuevo juicio por la muerte de Luis Carlos Galán

Han pasado más de 25 años desde que Luis Carlos Galán Sarmiento, quien en 1989 se perfilaba como presidente de Colombia, fue asesinado en plena plaza pública cuando iba a dar un discurso al sur de Bogotá como líder de Nuevo Liberalismo.

En su muerte, según investigaciones judiciales, participaron narcotraficantes, paramilitares y agentes del Estado. Sin embargo, aún falta mucho por esclarecer de este magnicidio, uno de los más repudiados de la historia reciente de Colombia. El asesinato de Galán, que se enfrentó a la mafia en la época más violenta de los cárteles de la droga, está rodeado de más dudas que respuestas.

Por eso, el inicio del juicio ayer contra el general de la Policía, ya retirado, Miguel Maza Márquez, quien fue director del extinto Departamento Administrativo de Seguridad-DAS (policía secreta) entre 1985 y 1991, podría servir para conocer la verdad completa que rodea al crimen. Maza Márquez es señalado por la Fiscalía colombiana por su presunta participación en el asesinato del candidato presidencial. Además de posibles nexos con organizaciones ilegales.

Vínculos con paramilitares

Hasta ahora solo hay dos condenados, ambos ligados al capo Pablo Escobar. Uno de ellos es el sicario Jhon Jairo Velásquez, quien después de pasar 23 años de prisión quedó en libertad hace nueve meses. La otra persona condenada es el político Alberto Santofimio, condenado a 24 años de cárcel.

La Fiscalía asegura que el Maza Márquez cambió el esquema de seguridad de Galán, lo que permitió a los sicarios atentar contra su vida. Uno de los cambios fue el del jefe de seguridad, Jacobo Torregrosa, quien según el ente acusador no era idóneo y estaría vinculado con quienes planearon y ejecutaron el homicidio de Galán, quien en ese momento era uno de los hombres más amenazado del país, por su posición frente a la extradición de los narcotraficantes. El oficial en retiro, que se encuentra detenido desde noviembre de 2013, dijo en una entrevista con la revista Semana publicada este domingo pasado que su proceso es un “complot de la familia Galán y de unos funcionarios que evadieron e incluyeron testigos falsos para incluir estas mentiras”. Y con relación al cambio de escolta, dijo al inicio del juicio que lo hizo por solicitud directa del candidato presidencial.

El fiscal general de Colombia Eduardo Montealegre explicó en su momento, que una de las razones para privarlo de la libertad es que 15 días antes del atentado que le costó la vida a Galán, se había desarticulado un plan para matarlo y el DAS, encargado de su seguridad, en vez de extremar medidas hizo cambios que posibilitaron que el crimen se cometiera.

También tuvo en cuenta los vínculos probados entre paramilitares y funcionarios de esa policía secreta y que el DAS intentó desviar la investigación acusando falsamente a un grupo de personas inocentes.

En su defensa, Maza Márquez, quien se salvó de varios atentados de la mafia en los años ochenta, ha dicho en diferentes declaraciones que, contrariamente a lo que ha querido demostrar la Fiscalía, él fue uno de los más acérrimos enemigos de Pablo Escobar, señalado de ser el cerebro detrás del magnicidio. “Yo no participé en el asesinato de Luis Carlos Galán. Yo no lo maté”, le dijo a Semana.

En enero pasado, la Corte Suprema de Justicia reiteró que el crimen de Galán es de lesa humanidad porque formó parte de un plan de la mafia para “desestabilizar el país”. Esto blinda al proceso para que no sea archivado.