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La Iglesia detecta un aumento del narcotráfico en Argentina

La venta de drogas crece un 15%, según la percepción ciudadana

Alejandro Rebossio
Dos gendarmes patrullan por la villa 1-11-14, en Buenos Aires.
Dos gendarmes patrullan por la villa 1-11-14, en Buenos Aires. RICARDO CEPPI

"El Papa Francisco ha expresado su preocupación por el narcotráfico y por su crecimiento en nuestro país", comenzó por recordar ayer el rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), el obispo Víctor Fernández, en la presentación de un estudio que refleja un aumento del flagelo. "Si bien él no nos ha solicitado alguna acción específica, como universidad pontificia nos corresponde hacer un aporte", aclaró Fernández. "Informado sobre este proyecto, nos alentó a desarrollarlo", completó el prelado.

Si en 2010 solo el 30% de los argentinos de ciudades grandes y medianas percibía que en sus barrios se vendían drogras, en 2014 esa proporción subió al 45%. Es decir, un 50% más, según las encuestas que elabora la UCA cada año a 5.600 vecinos de ciudades de más de 80.000 habitantes.

La situación empeora conforme baja el nivel social del barrio. En los de ingresos medios altos, donde han sido arrestados varios jefes argentinos y extranjeros del narcotráfico, el 22% de los vecinos percibe que se vende drogas allí, frente al 17% de hace cinco años. En cambio, en los barrios de chabolas, el registro se elevó del 53% al 84%.

Ya el pasado febrero el Papa advirtió: "Ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Hablé con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror". El Pontífice se lo decía por correo electrónico a un concejal de Buenos Aires, Gustavo Vera.

En las zonas con mayor empleo formal, el nivel de narcotráfico registrado subió del 28% al 38%. En las que reina el trabajo precario y el paro, del 35% al 55%

La situación de violencia callejera en Argentina aún no se compara con la de otros países latinoamericanos, pero ha empeorado en los últimos ocho años. La tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes ascendió de 5 en 2007 a 5,5 en 2010. Es la tercera más baja de Latinoamérica, pero entonces no se había desarrollado el narcotráfico en grandes ciudades como Rosario, donde ese indicador pasó de 10 a 20,8 entre 2010 y 2014. Cifra todavía inferior a la de Honduras (90,4), Venezuela (53,7), El Salvador (41,2), Guatemala (39,9), Colombia (30,8), Brasil (25,2), República Dominicana (22,1) o México (21,5).

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En Argentina, en los barrios donde hay policías en las calles la percepción de venta de drogas por parte de los vecinos creció del 25% al 35% entre 2010 y 2014. En los que faltan uniformados, generalmente los más pobres y violentos, ascendió del 39% al 54%.

En las zonas con mayores porcentajes de vecinos con empleo formal, el nivel de narcotráfico registrado subió del 28% al 38%. En lass que reina el trabajo precario y el paro, del 35% al 55%. Argentina es el cuarto país con más desempleo (7,4%) de Latinoamérica, detrás de Costa Rica, Colombia y Paraguay, según los datos de 2014 del último informe de la Organización Internacional del Trabajo.

El 3,6% de los hogares encuestados por la UCA reconoció que algunos de sus integrantes padecen adicciones severas al alcohol o las drogas. La institución —tutelada por el arzobispo Bergoglio durante 15 años— concluye que "la lucha contra el narcotráfico no puede fundarse en una acción represiva sobre las víctimas ni sobre los eslabones más precarios de la cadena, sino que debe centrarse en erradicar las organizaciones delictivas y los circuitos económicos y políticos que protegen y promueven la venta y consumo de drogas ilegales".

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