8.000 propuestas contra el hartazgo

A principios de noviembre de 2014, Murillo Karam anunció que los 43 normalistas de Ayotzinapa habían sido asesinados y cremados en manos del narco. Después de hora y media de rueda de prensa, el exprocurador general de la República soltó un “ya me cansé”. Bastaron dos segundos para que esas tres palabras se convirtieran en trending topic, y minutos para que se volvieran un lema de denuncia. Los estudiantes y la reacción del Gobierno eran, y en gran medida siguen siendo, el tema de conversación de todas las reuniones. Y así fue como en una sobremesa, Daniela Alatorre y Alexandra Delano, de 35 años, se preguntaron: “Todos estamos cansados, pero... ¿Qué proponemos?”

La interrogación ya estaba en el aire. No había vuelta atrás. “Buscábamos una iniciativa que fuera más allá de la denuncia y que saliera de las redes sociales. Queríamos que fuera tangible”, subraya Delano, académica en The New School de Nueva York. Ambas, junto a un grupo de amigos, comenzaron a materializar esa conversación de sobremesa, y la segunda semana de noviembre ya habían lanzado su proyecto: #YaMeCansé PorEsoPropongo. Esta iniciativa ciudadana consistía en una invitación gratuita a todos los mexicanos para que enviaran una foto o imagen y una propuesta de cambio indispensable para el país, las cuales serían impresas en postales. El pasado tres de marzo expusieron los casi 8.000 mensajes en el Monumento a la Revolución, en el centro de la Ciudad de México.

Cada una de las postales fue colocada en el suelo con una pequeña piedra encima para vencer al viento. Permanecieron 12 horas dando tiempo a que la gente se detuviera para leer: “Propongo que el salario de los diputados no sea 10 veces mayor al salario mínimo. Que los monopolios paguen impuestos. Sanciones a los delitos de ‘cuello blanco’. Que se elimine el fuero. No a los plurinominales”. Las impulsoras habían conseguido sus primeros objetivos. Superaron las 5.000 propuestas y llamaron la atención de la ciudadanía. Además, obtuvieron el apoyo de organizaciones como Amnistía Internacional o El Grito Más Fuerte (asociación de artistas mexicanos). La efervescencia que despertó la iniciativa el día en que fueron expuestas las postales, sin embargo, iba acompañada de una nueva incógnita: ¿Ahora, qué sigue?

La organización PorEsoPropongo sintetizó los casi 8.000 mensajes, según los más repetidos, en “diez batallas ciudadanas”. Este resumen, más una réplica de todas las postales (las originales se exponen en el centro cultural La Casa de El Hijo del Ahuizonte), fueron entregados en la Cámara de Diputados, el Instituto Nacional Electoral, la oficina de atención ciudadana de Presidencia, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Suprema Corte de Justicia y la próxima semana acudirán al Senado. Aunque unas más y otras menos, todas las organizaciones de Gobierno se han comprometido a dar una respuesta concreta a las propuestas que coinciden con su materia. Además, han asegurado hacerlas llegar a todos los partidos y miembros políticos, así como organizar mesas de debate. Alatorre, quien trabaja desde hace 12 años en el Festival de Cine de Morelia y en la producción de documentales, cuenta que uno de los diputados les aseguró que la eliminación de los plurinominales no era posible: “Nosotros les contestamos: Si esto es algo innecesario significa que no están cumpliendo con su labor de comunicación, la gente no se siente representada”.

“Nosotras ya hemos ido a los tres poderes y a algunas instancias de Gobierno. Nos toca darle continuidad para que cumplan con lo que se comprometieron. Pero la pregunta de ‘¿qué sigue?’ se las devolvemos. Todos debemos buscar una respuesta”, explica Alatorre, convencida de que la página web del movimiento debe convertirse en una especie de puente entre las distintas ONG y asociaciones involucradas con el cambio. “Queremos que sea una plataforma y punto de partida para continuar con un diálogo ciudadano de propuesta y debate”, subraya.

Las postales permanecerán un mes en La Casa de El Hijo del Ahuizonte, en el centro de la ciudad. Posteriormente se expondrán en la Cámara de Diputados, según, dice Alatorre, se lo han prometido, y más tarde en el Museo Memoria y Tolerancia. “Yo veo el proyecto como un performance democrático”, explica Diego Flores Magón, director del centro que guarda las postales actualmente. “Además de exhibir las exigencias de la gente, hemos dejado algunas tarjetas en blanco para que los ciudadanos sigan proponiendo”, explica Alatorre. “Las batallas son un catálogo de los frentes de la ciudadanía en su lucha por lograr un objetivo: contar con autoridades públicas que sean representativas y eficientes”, concluye.