Turquía se inclina por la compra de un escudo antimisiles chino
Ankara trata de presionar a EE UU y a Francia en el centenario del genocidio armenio en la I Guerra Mundial
El ministro de Defensa de Turquía, Ismet Yilmaz, ha anunciado que su país seguirá adelante con la multimillonaria compra de un sistema de defensa antimisiles y antiaéreo chino pese a las ampollas que levanta este asunto entre sus socios de la OTAN. Con todo, poco después de este anuncio, otra fuente gubernamental matizó que las negociaciones con China aún no han concluido.
En septiembre de 2013, Ankara seleccionó la oferta de la empresa China Precision Machinery Import Export Corp (CPMIEC) como ganadora del concurso público de adjudicación de un contrato para la construcción de este escudo antimisiles. La compañía china ofreció un precio de 3.440 millones de dólares, y fue elegida por delante de las propuestas del conglomerado franco-italiano Eurosam y del estadounidense Rayheon-Lockheed Martin.
Sin embargo, la decisión de Ankara fue muy criticada por sus socios de la OTAN, organización a la que Turquía pertenece desde 1952 y que comparte sistemas y códigos militares entre sus socios, y por Washington, que incluye a CPMIEC entre las empresas sancionadas por presuntas ventas de armas de alta tecnología a Irán y de armas químicas a Siria. Las presiones llevaron entonces a que Turquía reconsiderase el concurso y entablase conversaciones con las demás empresas participantes, posponiendo el fallo en varias ocasiones.
“El proceso de evaluación ha sido completado y no se han recibido nuevas ofertas oficiales”, afirmó este jueves Yilmaz en una respuesta escrita a una pregunta de un diputado de la oposición. El ministro turco informó de que el proyecto será pagado a través de “financiación extranjera” y que “será integrado en un sistema nacional de defensa para Turquía y no se integrará en la OTAN”. Horas después del anuncio, una fuente del departamento de Industrias Defensivas citada por la agencia Reuters y reproducida en varios medios turcos, matizó las declaraciones del ministro, explicando que la decisión final aún no se ha tomado y que aún prosiguen las negociaciones con China.
De adquirir el sistema de CPMIEC, Turquía no podría coordinarlo con el radar de alerta temprana que comparten los miembros de la Alianza Atlántica
Una fuente diplomática de un estado miembro de la OTAN mostró su escepticismo sobre la finalización de la compra, alegando que existen aún cuestiones que dividen a ambos países, entre ellas que Ankara exige transferencia de tecnología y Pekín se niega a ello. Además, consideró que adquirir el sistema chino es “una apuesta muy arriesgada” ya que es “incompatible con los sistemas OTAN por razones de seguridad, además de técnicamente muy complicados de adaptar”.
De adquirir el sistema de CPMIEC, Turquía no podría coordinarlo con el radar de alerta temprana que comparten los miembros de la Alianza Atlántica. Los expertos militares citados por la prensa local creen que el país perdería por ello la mitad de sus capacidades de radar, ya que los programas que se utilizan actualmente son de alto secreto y está prohibido instalarlos en sistemas producidos por estados que no formen parte de la OTAN. Igualmente, tampoco podría coordinar el sistema de misiles chino con las baterías de Patriot que los socios de la OTAN, entre ellos España, han desplegado en suelo turco para contribuir a su capacidad defensiva. Si Turquía aceptase el sistema chino “sería como meter al enemigo en casa”, se quejó la fuente diplomática.
El hecho de que se haya producido un desmentido parcial, hace preguntarse si, en realidad, Turquía está intentado presionar a sus socios para que mejoren sus ofertas. De hecho, fuentes gubernamentales citadas por los medios turcos esta misma semana aseguraron que no se tomaría ninguna decisión antes del 24 de abril. La elección de esta fecha no se ha hecho al azar: ese día se conmemorará el centenario del llamado genocidio armenio —la muerte de 1,5 millones de personas tras su deportación por el Imperio Otomano en plena I Guerra Mundial— y Ankara estará atenta a la postura que adopten Francia y Estados Unidos, dos países donde el lobby armenio tiene cierta influencia y a los que pertenecen las otras empresas competidoras. “El modo en que estos países observen el centenario de estos hechos, será muy importante en nuestra decisión final”, afirmó una fuente del Ministerio encargada de la adquisición de armamento citada por el diario Hürriyet Daily News.
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