Las horas bajas de Marcelo Ebrard
Un escándalo en la construcción de una línea de metro amenaza la carrera política del exalcalde del DF
El invierno ha sido especialmente frío con Marcelo Ebrard, el popular exalcalde del Partido de la Revolución Democrática (PRD, de izquierdas) en la Ciudad de México. Muy lejos ha quedado diciembre de 2012, cuando concluyó su mandato de seis años con una aprobación del 63%. Ebrard rema hoy a contracorriente para tratar de salvar su carrera política. Miguel Ángel Mancera, el hombre que eligió para que lo relevara en el puesto, se ha vuelto su verdugo al exhibirle una serie de irregularidades en su obra estrella, la línea 12 de metro.
Este domingo Ebrard irrumpió, altavoz en mano, en la Cámara de Diputados. Quería hacerse escuchar en una sesión de la comisión que investiga el uso de recursos públicos en la obra que costó 26.000 millones de pesos (1.700 millones de dólares). La línea 12, conocida como la línea dorada, se inauguró en octubre de 2012 y solo funcionó 16 meses. El Gobierno de Mancera suspendió el servicio en marzo de 2014 en 11 de las 20 estaciones porque sus 450.000 usuarios diarios estaban en riesgo. Los trenes F-10 comprados eran incompatibles con las vías construidas, lo que podía ocasionar accidentes.
El fiasco de esta línea enturbió la reputación de Ebrard, que llegó a ser considerado un contendiente del PRD a las presidenciales de 2012. Este año, con las elecciones intermedias del 7 de junio en el horizonte, el episodio ha cobrado vigencia. Las acusaciones y señalamientos se han vuelto más estridentes.
La comisión investigadora, formada por 19 diputados y controlada por el PRI, el partido en el Gobierno, y el PAN, de derechas, concluyó que solicitará a la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) investigar la responsabilidad de Ebrard y del senador Mario Delgado, exsecretario de finanzas. Los legisladores han solicitado al fiscal indagar si existió desvío de recursos federales y proceder “a la integración de averiguaciones previas”, lo que podría derivar en causas penales en contra de los exfuncionarios.
“Me van a poner una pena infamante”, dijo Ebrard el lunes en una entrevista radiofónica. “Seré culpado sin que sea sentenciado conforme a debido proceso y sin defenderme conforme a ese debido proceso”, explicó. La tensa sesión del domingo terminó en un zafarrancho después de que los diputados se negaran a modificar la agenda del día para escuchar los argumentos de Ebrard y Delgado, que se presentaron sin ser invitados.
Ebrard ha argumentado que las observaciones que hizo la Auditoría Superior de la Federación sobre la obra ya han sido solventadas y aclaradas. “No hay ninguna imputación específica a mi persona”, ha señalado el exjefe de Gobierno del Distrito Federal.
Andrés Manuel López Obrador, dos veces candidato a la presidencia por el PRD, salió este lunes en defensa de su exsecretario de Seguridad Pública y pieza clave de su Gobierno (2000-2005). “Es una embestida de Peña Nieto y de Osorio Chong [secretario de Gobernación] contra Marcelo Ebrard… La experiencia me dice que cuando los medios le dan mucho seguimiento a un tema es porque viene del gobierno de Peña”, señaló el excandidato.
Ebrard ha coqueteado con la posibilidad de dejar el PRD para unirse al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el partido de López Obrador, que debutará en las elecciones de junio. En los próximos días, el exalcalde tendrá que definir si buscará una diputación federal por ese o por algún otro partido de izquierda. Su vuelta al Congreso daría oxígeno a su carrera.
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