Nicaragua inaugura las obras del canal interoceánico entre protestas
Los campesinos afectados por el proyecto, valorado en 50.000 millones de dólares, protestan con el corte de carreteras
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, inauguró la noche de este lunes oficialmente las obras del gran canal interoceánico, un megaproyecto adjudicado por 100 años a la empresa china HKND y valorado en 50.000 millones de dólares, que está concebido para hacer la competencia al Canal de Panamá, en plena expansión. El Canal previsto en Nicaragua tendrá una extensión de 278 kilómetros, atravesará el país desde el Pacífico hasta el Caribe y su anchura oscilará entre 230 y 520 metros, con una profundidad de 30 metros. “Ustedes son bienvenidos a Nicaragua”, dijo Ortega al empresario chino Wang Jing, propietario de la concesión, quien lo acompañó en la ceremonia oficial, en Managua.
Los primeros trabajos fueron inaugurados en la provincia de Rivas, en la costa del Pacífico, en la primera de las dos ceremonias oficiales de la jornada, que fue presidida por el empresario Wang, beneficiario de la concesión, y el vicepresidente y exjefe del Ejército nicaragüense Omar Halleslevens. “El futuro de la humanidad se verá beneficiado con este canal”, dijo Wang. Las obras del megaproyecto, sin embargo, arrancan con muchos interrogantes que no han solucionado ni el Ejecutivo sandinista ni la concesionaria. Hasta ahora se desconoce quiénes son los inversores dispuestos a apoyar el proyecto. Tampoco se han presentado los estudios de viabilidad económica y comercial de la obra ni, lo que más preocupa a los científicos y ecologistas del país, de impacto ambiental, una evaluación que el Gobierno prometió entregar en noviembre.
El principal temor está relacionado con los daños que sufriría el lago de Nicaragua, de más de 8.000 kilómetros cuadrados. Está previsto que el trazado atraviese el lago en 105 kilómetros, para que lo se requerirían gigantescos trabajos de dragado. Un estudio de impacto ambiental presentado a finales de septiembre por el Centro Humboldt aseguraba que el proyecto causaría daños irreparables al ecosistema. “El Canal representa una vergüenza nacional ante ojos del mundo, sobre todo porque es inaceptable desde el punto de vista de la ciencia que se inicie sin estudios de factibilidad ambiental, técnica y comercial. Hemos advertido de los riesgos que este proyecto va a tener para el país y sus ciudadanos”, dijo Mónica López, miembro del Grupo Cocibolca, una organización conformada por científicos, intelectuales y activistas ambientales para informar sobre los posibles daños que causarían al país las obras de construcción del canal interoceánico.
Pero no es únicamente la naturaleza lo que está en juego. Desde el viernes, los campesinos de la zona afectada por el trazado han organizado retenes en la principal carretera de acceso a Managua, la capital, para protestar por el proyecto, ya que temen por el futuro de sus tierras; se estima que unas 20.000 personas se verán afectadas por la construcción del canal, lo que ha indignado a una población acostumbrada a cultivar la tierra y criar ganado. Hasta ahora el Gobierno no ha hecho pública la lista de expropiaciones ni el valor a pagar por indemnizaciones. Este lunes el presidente Ortega dejó claro que se realizarán las movilizaciones de miles de habitantes de la zona afectada, aunque informó que se pagará “un precio justo por la tierra”. Con su discurso, Ortega puso fecha al inicio de las expropiaciones: el primer trimestre de 2015.
“Lo hemos dicho, primero muertos, primero dejamos el último pedazo de pellejo aquí, pero no nos vamos a dejar robar nuestras tierras”, decía el agricultor Freddy Orozco, habitante de la pequeña comunidad de San Miguelito. En toda la zona afectada por la ruta del megacanal se han realizado hasta el momento 15 protestas, en las que miles de campesinos han expresado su oposición. El pasado 10 de diciembre se registró una protesta en Managua, en la que participaron unas tres mil personas, entre ellos centenares de campesinos.
La resistencia campesina al canal es inédita en Nicaragua. Temeroso de que las protestas empañaran la ceremonia de este lunes, el Gobierno prohibió a la prensa el acceso a la zona de Brito, en el sur del país, donde se construye la carretera. Tampoco se permitió la cobertura al acto oficial en Managua. Un acto en el que el empresario chino Wang afirmó: “Los chinos que han venido a este país estamos aquí para construir un país más brillante”.
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