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Identifican los restos de otros dos niños sepultados en el reformatorio de Florida

Ya han sido reconocidos tres de los 55 restos de niños en el antiguo reformatorio de Marianna

Glenn Varnadoe, sobrino de uno de los niños del reformatorio Marianna.
Glenn Varnadoe, sobrino de uno de los niños del reformatorio Marianna.C. O'Meara (AP)

Un sobrino que él no llegó a conocer, precisamente a causa de su prematura muerte, fue el primero en preguntarse cómo pudo Thomas Varnadoe morir a los 13 años, de neumonía lobar, en octubre y en el clima de Florida, tal como lo explicaron a sus padres las autoridades del reformatorio al que había ingresado un mes antes, perfectamente sano. Thomas murió el 26 de octubre de 1934 de acuerdo a la versión de los funcionarios, que nunca devolvieron su cuerpo a la familia Varnadoe. Este jueves, casi 80 años más tarde, los antropólogos de la Universidad de South Florida anunciaron la identificación de Thomas entre los restos de 55 niños hallados en diciembre en el cementerio de la institución, donde se suponía que había solo 31 entierros. Es el tercero plenamente reconocido de este grupo chicos fallecidos en la escuela Arthur G. Dozier, en turbias circunstancias, entre 1914 y 1952.

Earl fue supuestamente asesinado por cuatro de los nueve compañeros con los que compartía una celda

La escuela para varones Arthur G. Dozier de Marianna, en el Panhandle de Florida, fue fundada en enero de 1900 y clausurada en junio de 2011 por problemas de presupuesto. En ese siglo, funcionó como un campo de trabajo para niños incorregibles –niños negros, la mayoría— cuando no existían prisiones en la zona, luego como escuela industrial y como centro de detención para jóvenes infractores. Estuvo siempre a cargo del Departamento de Justicia Juvenil del Estado y fue investigada en más de una decena de ocasiones por los castigos brutales —palizas, azotes, confinamiento— que recibían los chicos.

Thomas murió 34 días después de haber llegado al reformatorio

“Estoy conmovido por haber logrado al fin removerlo de ese suelo cargado de atrocidades de la escuela Arthur G. Dozier. Me da una enorme tranquilidad espiritual saber que Thomas no pasará la eternidad en ese entorno degradante, y que descansará en paz con sus hermanos y familiares que nunca lo olvidaron”, dijo Glen Varnadoe, sobrino de Thomas, durante la conferencia de prensa donde los científicos anunciaron su más reciente hallazgo. Glen comenzó a buscar explicaciones sobre la muerte de su tío hace más de veinte años. Thomas y su hermano Hubert, el padre de Glen, fueron enviados a Marianna tras ser acusados de “violación maliciosa de propiedad privada” por entrar sin autorización al patio de un vecino. Thomas murió 34 días después de haber llegado al reformatorio. Hubert contó a la familia que solo él, un sacerdote y un sepulturero asistieron al funeral y nunca más habló del asunto.

En 2012, cuando salieron a subasta los terrenos de la escuela, Glen Varnadoe demandó al Estado, obligándole a suspender la venta hasta tanto no se determinara cuántos niños había enterrados allí, mediante una exhumación dirigida por los antropólogos de la Universidad de South Florida y financiada con fondos públicos. Las primeras excavaciones concluyeron en diciembre de 2013, con el descubrimiento de 55 niños en el cementerio de Boot Hill donde, según registros oficiales, había solo 31. Los restos fueron enviados a los laboratorios de la Universidad de North Texas, donde desde entonces están siendo comparados con muestras de ADN de 12 familias que aún reclaman a sus parientes.

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La tumba de Thomas apareció al borde del bosque, muy cerca de donde estaba enterrado Owen Smith, el primer niño, de 14 años, identificado por los forenses el mes pasado. Como en el caso de Owen, el de Thomas era un ataúd de madera simple, sin adornos ni manillas, y el grado de conservación de sus huesos no permitirá determinar la verdadera causa de su muerte.

Earl Wilson es el segundo niño identificado por los forenses: tenía 12 años, era negro, y según la versión del patólogo de la escuela, murió el 31 de agosto de 1944 de un golpe contundente en la cabeza. Earl fue supuestamente asesinado por cuatro de los nueve compañeros con los que compartía una celda de confinamiento. Durante el juicio de un día que acabó en la condena a cadena perpetua de los cuatro chicos —William, Charles, Robert y Floyd, de entre 11 y 17 años, también negros—, se dijo en cambio que Earl falleció asfixiado, bajo la presión de un palo contra su garganta.

La escuela Arthur G. Dozier fue investigada en más de una decena de ocasiones por los castigos brutales

La fosa de Earl Wilson no estaba marcada. Sus brazos yacían a sus costados y no había entre sus restos vestigios de ropa o mortaja. “Cuando murió, Earl sufría de una severa patología en el oído izquierdo conocida como mastoiditis, una infección en el oído medio lo suficientemente severa como para afectar el tejido óseo que lo rodea”, explicó Erin Kimmerlee, que dirige al equipo de más de 50 antropólogos que han participado de la investigación. “Ninguno de los traumatismos relacionados con su muerte y ventilados durante el juicio pudo ser identificado, por causa del daño sufrido por los tejidos con el tiempo”, agregó la doctora.

Las autoridades del Estado han acordado financiar las pesquisas por un año más en otras áreas de la escuela donde se sospecha podría haber más cuerpos. Los nuevos trabajos comenzarán en octubre. “Esta investigación apenas ha comenzado, hay aún muchos misterios allá afuera”, prometió el senador republicano por Florida Bill Nelson a las familias que durante décadas han reclamado los cuerpos de sus hijos y hermanos.

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