El exgeneral chavista Carvajal es recibido como un héroe en Caracas
El presidente Maduro agasaja al cónsul cuya detención por orden de EE UU provocó un conflicto diplomático con las Antillas
Las baterías de fuegos artificiales ya estaban preparadas para saludar, la medianoche del domingo, la llegada del aniversario del natalicio de Hugo Chávez. Pero cuando la pirotecnia estalló, alumbrando los cielos del centro y oeste de Caracas, pareció hacerlo para celebrar la llegada del exgeneral Hugo Carvajal Barrios.
“Héroe, un patriota digno”, le calificó el presidente venezolano, Nicolás Maduro. “Hermano de la vida”, fue la expresión que le dedicó Diosdado Cabello, el número dos del chavismo. Carvajal regresaba de su “secuestro” –como lo llama el relato oficial del bolivarianismo- de casi 96 horas en una prisión de máxima seguridad en la isla vecina de Aruba, a 25 minutos de vuelo de Caracas. Venía del aeropuerto Reina Beatriz de la otrora colonia holandesa, el mismo en que había sido detenido avanzada la noche del miércoles 23 de julio, por requerimiento de la justicia de Estados Unidos, que le acusa de vinculaciones los cárteles internacionales de la droga.
Fue trasladado de inmediato al Teatro Teresa Carreño, donde el presidente y los delegados asistentes a la plenaria del III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) le rindieron honores reservados para un paladín que, como Maduro dijo sin abundar en detalles, “se la ha jugó muchas veces por Chávez y la revolución bolivariana”.
Carvajal acusa al fiscal y al juez de Aruba que lo acusaron de corruptos
Sobre el escenario de la sala de conciertos donde se está celebrando el evento, arropado por la más alta nomenklatura del partido de Gobierno, Carvajal introdujo una nota de emoción en una jornada hasta entonces opaca, hecha de aburridos informes burocráticos y propuestas monocordes. El exjefe de inteligencia militar de Hugo Chávez, conocido en los cuarteles militares y de los servicios secretos como El pollo, siempre de bajo perfil e introvertido –de acuerdo a quienes lo conocen- no pudo dejar de ser sí mismo ante el micrófono.
Aunque la decisión de Holanda de reconocer “provisionalmente” su condición de funcionario diplomático como Cónsul General de Venezuela en Aruba le salvó en la raya de una casi segura extradición a Estados Unidos y, de paso, evitó un impasse internacional, Carvajal denunció que tanto el procurador de Aruba que le acusó, como el juez que ratificó su detención, “son unos corruptos. Si ellos me querían acusar de equis cosa”, usó una expresión venezolana, “yo también puedo pensar que a ellos le pagaron para hacer lo que hicieron”.
Dijo que durante su confinamiento pudo comprobar que el pueblo de Aruba, “la gente de abajo”, está cansado “de la injerencia extranjera”, y confirmó –como poco antes había adelantado el presidente venezolano- que emprenderá acciones legales contra quienes lo han desprestigiado.
Nicolás Maduro aseguró que así como Carvajal, los también exoficiales militares y hoy gobernadores provinciales Ramón Rodríguez Chacín y Henry Rangel Silva –todos presentes en el teatro para el momento, y cuyos nombres aparecen en la Lista Clinton norteamericana- son “víctimas de los halcones gringos y del paramilitarismo uribista”. Se recriminó por que la revolución no haya sido capaz de replicar las difamaciones urdidas “desde 2004 o 2005” contra esos militares y contra la revolución para vincularlos al narcotráfico, y anunció que el jueves el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, mostrará pruebas de que el ex presidente colombiano Álvaro Uribe –un enemigo jurado del chavismo- habría sido el gestor de la emboscada en Aruba contra Carvajal. “Yo como presidente no puedo mencionar esas pruebas, pero un diputado sí”.
Aunque reconoció “la valentía” del gobierno de los Países Bajos al liberar al bisoño diplomático venezolano –como parte de un evidente acuerdo político que incluyó la declaración de Carvajal como persona non grata-, Maduro apuntó el logro como un éxito de la diplomacia bolivariana. Dijo que durante la crisis “estábamos dispuestos a todo en relación con Estados Unidos”, y que el desenlace del incidente “evitó una escala de las tensiones en la región”.
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