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El Ejército mexicano mata a 22 narcos en un enfrentamiento

Un confuso choque provoca una matanza en el Estado de México, limítrofe con la capital del país Un soldado resultó herido en la refriega con miembros del cartel Guerreros Unidos

Un estallido de sangre en pleno Estado de México, junto a la capital del país, ha dejado claro que la batalla contra el narcotráfico está muy lejos de haber terminado. Veintidós personas murieron a tiros en el municipio de Tlatlaya en un confuso enfrentamiento entre el Ejército y una organización de narcotraficantes, identificada por una fuente estatal como el cartel de los Guerreros Unidos. Una violenta organización contra la que las fuerzas de seguridad han lanzado una ofensiva y que hace una semana mató a dos soldados en un ataque.

La versión facilitada por las autoridades militares señala que a las 5.30 del lunes una inspección militar localizó una bodega en el poblado de Cuadrilla Nueva, un punto caliente ubicado entre Guerrero y Michoacán, dos de los estados con mayores niveles de inseguridad del país. El lugar se encontraba custodiado por personal armado. “Estos, al percatarse de la presencia de las tropas abrieron fuego, por lo que el personal castrense repelió la agresión”, indica la nota oficial. El resultado de la refriega fueron 22 muertos, todos ellos considerados por el Ejército "presuntos agresores”. Un soldado cayó herido. Tras la matanza, fueron liberadas tres mujeres que declararon haber sido secuestradas. Los militares también se incautaron de 25 armas largas, entre ellas 16 fusiles AK-47. Medios locales indicaron que en la bodega se producía droga sintética

Los Guerreros Unidos se han convertido en los últimos meses en uno de los objetivos prioritarios de las fuerzas de seguridad. En este pulso, los derramamientos de sangre han sido frecuentes, pero jamás desde la llegada a la presidencia de Enrique Peña Nieto, en diciembre de 2012, habían alcanzado esta magnitud.

El cartel Guerreros Unidos surgió de las luchas de poder que trajo la muerte de Beltrán Leyva, 'El Jefe de Jefes'

Los Guerreros Unidos tienen su origen en la muerte a tiros el 16 de diciembre de 2009 de Arturo Beltrán Leyva, el llamado el Jefe de Jefes y cuya red tenía fuerte implantación en regiones del centro del país y estados del Pacífico, un corredor clave para el trasiego de cocaína y otras drogas. La caída de líder fraccionó su organización en grupúsculos que se enzarzaron en una dura batalla por el control de las demarcaciones. Una de estas bandas, al mando de Mario Casarrubias, se distinguió rápidamente por su extrema violencia. Formada por antiguos elementos de la guardia personal de Beltrán Leyva, denominados Los Pelones, curtidos en todo tipo de asesinatos y bestialidades, emprendieron una lucha a muerte por el dominio del mercado de la droga en el populoso Estado de México. Allí protagonizaron a principios de 2013 una serie de enfrentamientos que dejaron más de 70 cadáveres sobre el asfalto. También se encararon en Guerrero con carteles de mayor raigambre, como La Familia Michoacana, una de cuyas escisiones, Los Caballeros Templarios, provocaron el levantamiento popular de las autodefensas en Michoacán.

El crecimiento de esta organización, su capacidad para el crimen y su fuerte penetración en Estados Unidos, sobre todo en Chicago, donde residía habitualmente Casarrubias, alias Sapo Guapo, llevaron a las autoridades federales a intervenir. El 29 de abril pasado el cabecilla fue capturado en Toluca. La operación fue presentada como un gran éxito por el propio Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido. En la captura participaron efectivos de la Armada, el Ejército y la Procuraduría General. Este golpe no redujo la presión contra este grupo que se ha convertido en un símbolo de la inseguridad del Estado de México, el más poblado de la nación, y donde el Gobierno central ha puesto toda la carne en el asador para reducir el crimen (en 2013, cuatro de cada diez habitantes habían sido víctimas de algún delito).

El operativo incluye el despliegue del Ejército, la Armada y la Policía Federal sobre su territorio y estará vigente hasta 2018. Sus principales focos de vigilancia son las concurridas zonas metropolitanas y la región sur del Estado, que es donde se ha registrado la matanza. Aunque este plan tiene como objetivo la delincuencia común, la persecución de la banda que controla gran parte del mercado de la droga metropolitana no es ajena a esta estrategia.

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