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Berlín asume la presidencia del G-7 en pleno debate sobre la austeridad

El Gobierno alemán pide sanear las cuentas públicas, reformas estructurales y más inversión

L. Doncel
El ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en el encuentro empresarial "El desafío económico de Europa en 2014 y 2015", celebrado el lunes en Madrid.
El ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en el encuentro empresarial "El desafío económico de Europa en 2014 y 2015", celebrado el lunes en Madrid.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

El acuerdo de compromiso alcanzado el pasado viernes por los 28 líderes de la UE se quedó a medio camino entre los dos polos de la discusión entre austeridad y crecimiento: el Pacto de Estabilidad se mantiene intacto, como exigía Berlín, pero se estudiarán fórmulas para aplicarlo de forma flexible. Lejos de estar zanjado, este debate continuará muy presente en los próximos meses. No solo entre los líderes europeos, sino dentro de la propia coalición que dirige Angela Merkel. El Gobierno alemán, que asume hoy, la presidencia del G-7, vive en su seno estas tensiones, cuyo resultado final es imposible de predecir.

Dos de los más destacados halcones de la ortodoxia serán los encargados de presidir en el próximo año y medio las reuniones de los responsables económicos de las siete mayores potencias del planeta. Son el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. “Hace falta asegurar el impulso de la recuperación económica. Para ello son necesarias unas cuentas públicas saneadas y menos deuda. También necesitamos más inversión y sobre todo reformas estructurales”, asegura el ministerio que dirige Schäuble. En una entrevista aparecida este fin de semana en la revista Focus, el número dos del Gobierno y líder de los socialdemócratas, Sigmar Gabriel, insistía en sus planteamientos más cercanos a los que piden flexibilidad en la aplicación del Pacto de Estabilidad, que como recordaba Gabriel, en realidad se llama “de Estabilidad y Crecimiento”.

En las reuniones que Alemania tendrá con el resto de miembros del G-7 (EE UU, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido e Italia), Schäuble y Weidmann estarán en minoría si insisten en poner el acento solo en las políticas de ahorro. EE UU ha mostrado en más de una ocasión su preocupación por el débil crecimiento europeo. Y el Gobierno italiano, sobre todo tras el respaldo que obtuvo Matteo Renzi en las elecciones europeas, ha tomado la iniciativa para reclamar medidas que consoliden la recuperación. Precisamente el ministro de Finanzas italiano, Pier Carlo Padoan, y el alemán Schäuble firmaban el pasado jueves una tribuna conjunta en The Wall Street Journal en la que negaban cualquier conflicto entre Roma y Berlín. “Es necesaria una estrategia centrada en el crecimiento que ponga a la deuda europea en una senda sostenible”, apuntaban los dos ministros en un encaje de bolillos para no dar la razón a ninguno de los extremos.

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Sobre la firma

L. Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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