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ELECCIONES EN ARGELIA

La zozobra de invertir en Argelia

Los 15 años de mandato de Buteflika han estabilizado una economía pero persisten las trabas

Javier Casqueiro
Un seguidor de Buteflika besa un cartel del presidente tras el triunfo.
Un seguidor de Buteflika besa un cartel del presidente tras el triunfo.ZOHRA BENSEMRA (REUTERS)

"Paciencia, perseverancia y presencia". Es el mandato que los responsables diplomáticos de los países extranjeros, especialmente europeos, transmiten a los empresarios en crisis que les visitan para emprender la ruta del negocio rápido y fácil en Argelia. Esa vía está condenada al fracaso. Hay que venir con tiempo, establecerse, tener remanente para aguantar los retrasos y estar dispuestos a renegociar las condiciones ya pactadas y cerradas si el negocio ha resultado demasiado bueno para la parte que viene de fuera y que debe evitar ser tomada como una potencia esquilmadora. Entonces renta. Y mucho.

Si Libia es un pozo de petróleo sobre un polvorín, Argelia es el maná incierto. "Esto es como Cuba pero con dinero y con menos preparación", dice en Argel un experto en este tipo de negociaciones. Pero, además, podría convertirse en una despensa alternativa y fiable para el 30% de gas que Europa compra ahora a Rusia. Son el 15 país productor de hidrocarburos del mundo, el segundo de África, han evitado hasta ahora el virus de la primavera árabe, han derrochado para cambiar en 10 años la fachada del país pero sin una estrategia de diversificación ni una planificación de futuro. Y todo se acaba.

El 50% del Producto Interior Bruto (PIB) de Argelia y el 98% de sus exportaciones dependen de sus hidrocarburos. Los remanentes de gas y el petróleo y unas reservas de divisas de 200.000 millones de dólares han permitido aplacar los ánimos de la gente joven más descontenta y cambiar en una década la faz del país. Entre 2003 y 2013 se hicieron más infraestructuras que en los 40 años anteriores. El paro ha bajado 20 puntos y está en el 9,8%, el país prevé crecer este año un 4,3% y no tiene deuda exterior. Ha habido y aún dinero. Como para aplicar entonces subidas salariales del 100% y gastar 74 millones de dólares en ayudas sociales casi a fondo perdido.

Pero ahora se reclaman más mejoras y el subsuelo parece estar ya bastante exprimido. La producción de petróleo llegó a 1,35 millones de barriles diarios en 2008 pero ya descendió a 1,20 en 2010. En 2013 se exportaron 43 millones de metros cúbicos de gas natural pero los progresos internos y las promesas electorales se pulen una gran mayoría de esa riqueza. El milagro energético no será eterno, se especula su final entre 2016 y 2024, y Argelia apenas produce otra cosa. El 70% de sus alimentos son importados.

Fuente: AFP, CIA Factbook, Petroleum Economist, elaboración propia.
Fuente: AFP, CIA Factbook, Petroleum Economist, elaboración propia.EL PAÍS

La primera impresión que se recoge cuando se llega a Argel es que necesita una buena capa de chapa y pintura. La ciudad es evocadora, enorme, caótica en el tráfico escarpado por sus colinas. Vive pegada al mar y sus edificios están muy desgastados. Las autoridades coinciden. Tienen un gran problema. El 69% de los argelinos viven ahora en las ciudades frente al 58% que lo hacían en el 2000. Su renta era entonces de 2.500 euros y ahora es de 5.600. En 2012 se compraron 443.000 coches, más que en Portugal y Polonia juntas.

El asunto de la vivienda viene de lejos y hace dos años se firmó un ambicioso plan de construcción de 1.600.000 casas hasta 2018 que interesó a dos grandes constructoras españolas. Vinieron y firmaron para hacer las primeras 50.000. Negocio a la vista. Antes habían llegado también aquí los chinos. Pero los responsables gubernamentales no se quedaron muy contentos con sus resultados. Preferían a las empresas españolas. Ninguno de esos contratos se ha ejecutado.

En la reciente visita electoral del ministro de Exteriores español al presidente y candidato Abdelaziz Buteflika se informó de que habían hablado de ese tema estancado, así como hicieron de la semifinal de Champions entre el Atlético de Madrid y el Barça. Las viviendas no avanzan porque hay implicados varios ministerios del gobierno argelino, que impone a las compañías españolas unos precios muy bajos de casas sociales y un socio local que tampoco ayuda. Ahora, tras la última presión, se ha prometido variar esas condiciones, ampliar el parque de viviendas a 200.000, sacar el beneficio en hospitales y otras infraestructuras y hasta rebajar el papel del compañero nacional para favorecer la agilidad.

Gas Natural, Repsol, Cepsa, Fertiberia, Abengona, OHL y otras muchas firmas internacionales y españolas padecen en Argelia esos mismos problemas. España fue muchos meses de 2013 el primer socio comercial de Argelia. Es verdad que les compramos más de 10.000 millones solo de gas pero también les exportamos más de 5.000 millones, muy poco menos que a Marruecos.

Imagen del proyecto de FCC para el estadio de Tizi Uzu.
Imagen del proyecto de FCC para el estadio de Tizi Uzu.FCC

Pero hay que saber cómo manejarse porque los problemas persisten. Como le sucede a FCC con el emblemático estadio olímpico Tizi Uzú, en la región de la Gran Cabilia, al norte de Argelia. No está construido ni a la mitad y debería ser inaugurado a finales de este año. No sucederá y es más que un contratiempo. El fútbol en Argelia es la alegría nacional. El problema ha derivado primero en un conflicto empresarial y hasta político. El Gobierno argelino llegó a convocar al embajador español para quejarse del retraso en la ejecución del proyecto, que suma ya más de dos años. La compañía se ha reunido en Madrid y en Argel con las autoridades políticas, argelinas y españolas, para requerir alguna mediación que desatasque una obra presupuestada inicialmente en 360 millones de euros.

El nuevo embajador español en Argelia, Alejandro Polanco, llegó a su nuevo destino en Argel este pasado enero. Y en marzo, justo antes de viajar a España para participar en un seminario sobre el problema del agua para el mediterráneo en Valencia, recibió una llamada del ministro argelino de Juventud y los Deportes, Mohamed Tahmi, que le convocó para expresarle su malestar por el retraso en la construcción del estadio de fútbol, con capacidad teórica para 65.000 espectadores y que pretendía imitar al Nou Camp. La obra la había adjudicado ese Ministerio precisamente en 2009 con un plazo de ejecución de 30 meses. Pero el proyecto no está cumpliendo esas condiciones ni en tiempo ni en costes.

Fuentes directas conocedoras de la situación no se atreven a aventurar cuándo podría estar terminado. Y una primera estimación calcula el sobrecoste en más de 50 millones de euros.

FCC se alió para esta obra con la empresa local ETRHB Haddad y se tropezó desde el comienzo con escollos técnicos, en los terrenos, con los permisos, las licencias y hasta con la orografía local. Algo que responsables de empresas españolas instaladas hace tiempo en Argelia consideran normal. Y que manejan con cierta soltura todas las que tienen experiencia sobre el terreno. Esos contratiempos se han conjurado con el habitual parón que sufren todos los grandes proyectos en muchos países en periodo electoral.

El estadio olímpico de Boukhalfa, a tres kilómetros al sur de Tizi Uzú, debería estar prácticamente concluido a estas alturas, en una parcela de 50 hectáreas. Pero desde el principio se encontraron trabas. El wali o gobernador de la zona y el ministro de Deportes ya advirtieron a la empresa, en 2012, cuando estaba fijada en teoría su fecha de inauguración y apenas se había comenzado, que debían resolver cuanto antes las discrepancias técnicas encontradas y se le concedió otro plazo de 17 meses. Ese periodo adicional acaba ahora y el campo sigue sin avanzar. Ni la española FCC, ni tampoco la portuguesa de ingeniería subcontratada, ofrecen una explicación oficial y clara de lo que sucede. Fuentes oficiosas cercanas sí precisan, por ejemplo, que los planos y las licencias del proyecto no se habían recibido hasta hace apenas un año.

Lo que sí ha hecho FCC ha sido entablar negociaciones discretas con las autoridades en Argel y en Madrid porque en este caso, además, el fútbol es más simbólico por el poder de convocatoria que tiene en el país norteafricano, la gran diversión nacional, lo que somete la obra a más presiones y escrutinio.

Las mismas fuentes mencionan que este proyecto, y las otras grandes inversiones españolas en Argelia, país que nos suministra más del 50% del gas importado y con el mantenemos una cifra de negocio anual en torno a los 13.000 millones de euros de intercambios comerciales, “no tienen nada que ver con el Canal de Panamá”. Pero la mención automática al ‘efecto Canal de Panamá’ se hace con temor y sin gran seguridad jurídica. En Argelia el marco regulatorio lo fija el gobierno y no está sujeto a los acuerdos con organismos internacionales como la OMC. Pero a las empresas, al final y con paciencia, les compensa.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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