Jordania levanta un nuevo macrocampo de refugiados
Azraq podrá acoger hasta 130.000 huidos de la guerra siria
Lo dice una jordana que conoce bien el país y la llegada de refugiados sirios: “El nuevo campo estará en medio del desierto, es donde ha decidido el Gobierno, pero es que Jordania es así, solo es más húmedo junto al valle del Jordán”. Entramos con un equipo de Unicef en Mafraq, localidad jordana en el norte del país donde se levanta el campo de refugiados de Zaatari, a unos 15 kilómetros de la frontera con Siria. Bailan las cifras de un día a otro, pero esta urbe improvisada de huidos de la guerra siria aloja hoy a alrededor de 93.000 personas. Está al límite y lleva así desde hace más de un año. Por eso, el Gobierno jordano, con la ayuda de la ONU, ha levantado el nuevo campo de Azraq, a 100 kilómetros de la capital, Ammán, en el este del país. Abrirá sus puertas el 30 de abril.
La tierra jordana es árida, sus recursos acuíferos limitados. La economía tampoco puede ya absorber la presencia de alrededor de 585.000 sirios llegados por la frontera norte y repartidos entre los campos de refugiados, donde sobrevive un 20%, y las ciudades, en las que tratan de salir adelante el 80% restante. Algunos acuden directamente a casa de sus familiares en Ammán, Mafraq, Zarqa... Otros se lanzan a la aventura y huyen sin demora de las tiendas de Zaatari ante la masificación. Pero para muchos no hay opción: viven debajo de las lonas con sello de la ONU, esperan al racionamiento de comida y agua, abren sus comercios, mezquitas, patean los campos de fútbol, llevan a los niños a la escuela…
La diáspora siria necesita un nuevo enclave. Y más ahora que el buen tiempo ha multiplicado la llegada de refugiados a una media de 600 al día. Si hasta ahora, Zaatari era el segundo campo de refugiados más grande del mundo, tras el levantado en Dadaab, en Kenia (450.000 habitantes), el de Azraq, con capacidad para 130.000 personas, superará la marca si llega a su tope. La primera etapa ha sido diseñada para dar cobijo a 13.000 refugiados. Gobierno, empresas y agencias humanitarias han levantado hasta hoy 2.500 tiendas, 2.000 puntos de saneamiento para 30.000 personas, dos colegios, patios de recreo, dos centros de salud y 103 kilómetros de carretera para cubrir 447.000 metros cuadrados.
Azraq está organizado para registrar a 2.000 nuevos refugiados al día. Los nuevos son el objetivo, pero no solo. El campo ha sido pensado también para servir de punto de reunión a muchas familias divididas por el territorio. La presión demográfica es grande: la demanda de agua, que ha provocado conflictos entre locales y refugiados, ha hecho saltar las alarmas con la mira puesta en el verano; el río Jordan ha visto reducido su caudal; los precios de alquileres y productos básicos han aumentado, y el presupuesto del Estado ha sufrido un fuerte agujero. El ministerio de Finanzas jordano calcula que entre 2013 y 2014, el coste de alojar a los huidos de la guerra siria alcanzará en total los 5.000 millones de dólares (3.600 millones de euros).
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