La Unión Europea adopta medidas tibias contra Rusia
Bruselas suspende la negociación de visados y amenaza con más castigos
La Unión Europea ve cómo Rusia se aleja cada vez más de la solución diplomática al conflicto de Ucrania. Para responder al desafío que plantea el Kremlin, sin dinamitar aún los canales de negociación, los Veintiocho adoptaron este jueves las primeras medidas que penalizan a Moscú por la invasión de Crimea, aunque con un alcance limitado. Los jefes de Estado y de Gobierno suspendieron las dos principales negociaciones que tienen abiertas con Rusia: el acuerdo para eliminar la exigencia de visados entre ambos territorios y el pacto que debía englobar todas las relaciones políticas y económicas entre Bruselas y Moscú.
Se trata de un paso adelante, aunque menos ambicioso de lo que reclamaban los países más beligerantes con la actitud rusa y muy por detrás de lo decidido por Estados Unidos, que ha anunciado vetos de visados a funcionarios y congelación de activos. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, restó importancia a la decisión de Washington, que consideró “muy general” (aún no hay lista concreta). Y advirtió de que la UE pasará directamente a las sanciones si las autoridades rusas no dialogan con las ucranias “en los próximos días”, según el comunicado conjunto de los líderes europeos. Esas medidas incluirían prohibición de visados, congelación de activos y cancelación de las cumbres bilaterales con Moscú. Los técnicos trabajarán ya en ese escenario para tenerlo listo si Bruselas se decide a pasar a la ofensiva con Moscú.
Merkel apuesta por el diálogo frente a la posición más dura de Cameron
Las palabras de la canciller alemana Angela Merkel al final de la cumbre extraordinaria celebrada este jueves en Bruselas revelan que hasta los más partidarios de dialogar con el presidente ruso, Vladímir Putin, están perdiendo la paciencia. “Deseamos un proceso diplomático, pero en los últimos días hemos sufrido demasiadas decepciones, por lo que estamos dispuestos a actuar”, advirtió. La dirigente alemana encabeza el grupo de países más proclives —junto a Austria, Italia o España— a buscar una salida dialogada.
En el otro bando, el primer ministro británico, David Cameron, empleó un lenguaje muy contundente: “Tenemos que levantarnos contra la agresión, defender el derecho internacional y respaldar a la gente que quiere un futuro libre y europeo”. Por motivos diferentes, la valoración de Cameron se acercaba más a la de países como Polonia y los bálticos, partidarios de una mayor dureza contra Putin.
Fuentes comunitarias explican que la escalada de los acontecimientos —el adelanto del referéndum de Crimea a la próxima semana y la negativa de las autoridades rusas a dialogar con Kiev— fue endureciendo la posición europea, incluso entre los dirigentes más favorables a la comunicación con el Kremlin. La declaración de los Veintiocho considera la proclamación del referéndum como “contraria a la Constitución ucrania y, por tanto, ilegal”.
Los líderes comunitarios se enteraron, en el transcurso de su reunión, de que la vía diplomática estaba dando pocos frutos. El secretario de Estado de EE UU, John Kerry se reunía en esos momentos en Roma con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, por tercera vez en dos días sin que ambas partes alcanzaran un acuerdo sobre el conflicto. Antes de su reunión con el ministro de Exteriores de Rusia, Kerry se entrevistó con los ministros de Exteriores de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, que le avanzaron los planes europeos de imponer sanciones políticas sobre el Kremlin.
Van Rompuy ofrece a Ucrania firmar ya la parte política del acuerdo con la UE
Aunque esas medidas excluyen, por ahora, el ámbito económico, lo adoptado afecta a una de las áreas de mayor interés para Moscú. Porque supone suspender unas negociaciones —las de eliminación de visados— que llevan siete años marchando con gran lentitud, pero también implica clausurar otras que estaban en su fase final: las de liberalización de visados para diplomáticos y funcionarios rusos.
Más allá de la dureza hacia Putin, la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno sirvió para que todos escucharan de primera mano el relato del primer ministro ucranio, Arseni Yatseniuk, invitado especial de los Veintiocho. Van Rompuy le ofreció firmar la parte política del acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania —la más genérica y menos comprometida— antes de las próximas elecciones ucranias del 25 de mayo. El grueso del acuerdo, calculó el presidente del Consejo Europeo, debería estar listo para agosto.
En un impecable inglés y ante una abarrotada sala de prensa, Yatseniuk reafirmó la voluntad europeísta de los vecinos ucranios y advirtió de que una crisis militar como la que vive su país “no afecta solo a Ucrania, sino a toda Europa”. Yatseniuk subrayó que Crimea “ha sido, es y seguirá siendo parte integrante de Ucrania” y amenazó a Rusia con defenderse si no da un paso atrás.
El primer ministro interino se entrevistó a continuación con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, al que mostró su predisposición a recibir cualquier tipo de ayuda “técnica o militar” que pudiera contribuir a mejorar la estabilidad en la región.
Piden ayuda
El primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniuk, pidió este jueves "ayuda urgente" a la UE para su país y a Rusia que muestre si quiere "contribuir a la estabilización o aumentar las tensiones". "Esta no es sólo una crisis de Ucrania, es una crisis de toda Europa", dijo Yatseniuk al término de una reunión con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, previa a la cumbre de los líderes de los Veintiocho para abordar la situación y a la que también asistirán ambos. Yatseniuk subrayó que "hay posibilidades políticas sobre la mesa, pero dependen de lo que Rusia esté dispuesta realmente a hacer: si estabilizar la situación o si, como siempre, es reacia y busca aumentar las tensiones".
Al término de su reunión con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, el jefe del Ejecutivo ucraniano descartó —“por el momento”— la entrada de su país en la Alianza Atlántica. Sin embargo, Yatseniuk sí mostró su predisposición a recibir cualquier tipo de ayuda “técnica o militar” que pudiera contribuir a mejorar la estabilidad en la región. “Consideramos que todavía debemos hacer el máximo para atajar la crisis con instrumentos políticos y diplomáticos; y la OTAN es un importante vehículo para resolver una crisis de seguridad global”, ha zanjado.
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