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El feudo de los Kirchner prospera

El Calafate, el pueblo de la Patagonia donde se refugia la presidenta argentina, ha crecido al tiempo que se incrementaba la riqueza de la familia en la zona

Francisco Peregil
Un hombre camina ante Los Sauces, uno de los hoteles de los Kirchner en El Calafate.
Un hombre camina ante Los Sauces, uno de los hoteles de los Kirchner en El Calafate.marcos brindicci (reuters)

El Calafate es el pueblo de la Patagonia donde la presidenta de Argentina suele retirarse a descansar. Y es también el municipio donde posee varios terrenos, una casa de 520 metros cuadrados, la hostería Las Dunas y los hoteles de lujo Los Sauces y Alto Calafate. Situado a tres horas de vuelo desde Buenos Aires y a una hora en autobús del glaciar Perito Moreno, El Calafate es “su lugar en el mundo”, el páramo que Cristina Fernández pisó por primera vez en 1982, cuando expiraba la dictadura militar.

EL PAÍS

“Es imposible describir lo que era El Calafate en ese momento o inclusive en el año 1991, cuando Néstor [Kirchner] asumió como gobernador [de la provincia de Santa Cruz, donde se encuentra El Calafate]”, relató Cristina Fernández en 2012. “Me acuerdo que había una casita, que era la casita que está ahí enfrente de la plaza, de una vieja pobladora, donde veníamos a tomar el té. Era el único lugar donde se podía tomar un té o chocolate con cosas ricas. Y miren lo que tenemos hoy, una de las villas turísticas más hermosas del país con 7.800 camas. Cuando Néstor asumió como gobernador creo que no llegábamos a las 700 camas en Calafate”.

Con la llegada de Kirchner y Fernández el pueblo prosperó tanto que ahora uno de sus principales problemas es el exceso de hoteles y de camas hoteleras. Pero hasta los más críticos reconocen que el matrimonio puso a El Calafate en el mapa, que promovieron el lugar invitando a visitar el Perito Moreno a jefes de Estado como los reyes de España o el brasileño Lula da Silva, que construyeron un aeropuerto internacional, que asfaltaron la carretera que conduce al glaciar, que atrajeron inversores… Y así el pueblo pasó de unos 3.000 habitantes a los 18.000 de ahora.

Fernández posee

La cuestión es que en ese tiempo las arcas del matrimonio también prosperaron. Y prosperaron también las de algunos empresarios amigos de Néstor Kirchner, como Lázaro Báez (el mayor concesionario de obra pública en Santa Cruz) o Cristóbal López (el principal concesionario de casas de juego en Argentina). En la calle principal hay un edificio que llama la atención por sus enormes dimensiones. Se trata del casino de Cristóbal López, abierto toda la semana desde el mediodía hasta las cuatro de la mañana. “Ahí le roban a la gente el dinero que no tiene”, indica Pablo Perret, periodista de la emisora local FM Dimensión.

Paraíso fiscal con viento infernal

Uno tiene que echarle mucha poesía a El Calafate para llevar una vida confortable. O al menos, ganar más dinero que donde vivías antes. Alcira Montoya, secretaria de la emisora local FM Dimensión, lleva 30 años en el pueblo. Y no termina de acostumbrarse al viento. “En invierno la poca luz que hay se va a las cinco de la tarde. Y en verano el viento es agotador. Hay días en que se te vuela cualquier cosa que lleves, hasta los anteojos de la cara. Es un ruido constante, de cristales, chapas, puertas… Cuando llego a casa me pongo los auriculares para dejar de oír el ruido del viento”.

Pero ese viento infernal parece que se ve compensado por las condiciones económicas que se disfrutan en la provincia de Santa Cruz, una suerte de paraíso patagón con ventajas fiscales y de seguridad social para sus habitantes, que suelen cobrar mejores sueldos que en otras zonas del país mejor comunicadas.

Es el caso del periodista Pablo Perret, que vivía en 2001 en un pueblo de Gran Buenos Aires sin agua, sin retrete, ni electricidad y ahora tiene casa, trabajo y unas cabañas turísticas.

¿Y qué ventaja encontraron Kirchner y Cristina Fernández en El Calafate? “En este pueblo se han sentido cómodos y queridos”, explica Mario Guatti, propietario del hotel Los Álamos, el más próximo al hotel Los Sauces, de Cristina Fernández. “El peronismo nunca perdió en El Calafate una sola elección, nunca hubo grandes protestas. Eso es algo que ni siquiera sucedió en Río Gallegos, la ciudad donde nació Néstor Kirchner”.

Los fines de semana en que viaja a El Calafate, a la presidenta no se la suele ver por las calles. Desde que murió Néstor Kirchner en octubre de 2010, Fernández apenas hace vida social en el pueblo. A su hijo, Máximo Kirchner, que vive en Río Gallegos, capital de la provincia, tampoco se le suele ver por allí. Decenas de vecinos sostienen que una casa nueva que acaban de construir junto a la llamada costanera (paseo lacustre) Néstor Kirchner pertenece a Máximo.

“¿Qué beneficio es para un ser humano estar encerrado en su casa todo el día como hace Cristina en su casa?”, se pregunta un guía turístico que prefiere mantenerse en el anonimato. No hay mucha gente dispuesta a hablar con nombre y apellidos en El Calafate. El propietario del restaurante Casablanca, Rodolfo Novelle, de 54 años, perteneciente al partido opositor Unión Cívica Radical (UCR), es uno de los pocos que se expresa sin reparos. “Los Kirchner han ido perdiendo popularidad en el pueblo, por eso ella también sale menos ahora. Aquí ellos han lavado mucho dinero con los hoteles. Y han ganado licitaciones por mucho más dinero del que después costaban las obras. Pero, ¿qué se puede esperar de la justicia si la fiscal encargada de investigar las denuncias de terrenos vendidos a los Kirchner es Natalia Mercado, hija de Alicia Kirchner, hermana de Néstor y cuñada de Cristina Fernández?”, pregunta Novelle.

Óscar Gómez es presidente de la Cámara de Comercio, fue concejal (1987-1991) y alcalde peronista de El Calafate (1991-1995). “Cuando yo era intendente [alcalde] la gente le decía a Kirchner, que entonces era gobernador de la provincia: ‘Néstor, ¿por qué no ponés plata en El Calafate?’. Y así empezaron. Primero se construyeron una casa de tres plantas para venir los fines de semana. Es modesta. Hay gente de acá que tiene mejores casas. Y después, construyeron hoteles”.

¿Cómo ve la gente en el pueblo el hecho de que la presidenta posea tres hoteles? “En el fondo”, explica Gómez, “la gente piensa que los ladrillos están en El Calafate y que no se los van a llevar. Por tanto, aportan crecimiento a la ciudad. En la Argentina de hoy la gente que puede se refugia en el ladrillo para no perder dinero con la inflación. Y ellos han hecho lo mismo que el resto de la gente”.

La localidad ha pasado de 3.000 a 18.000 habitantes en dos décadas

¿Cuántos terrenos tiene la presidenta o su familia en el pueblo y sus inmediaciones? “Ellos han comprado muchos terrenos, pero esa información la tiene el municipio, no la Cámara de Comercio”, aclara Óscar Gómez. Este diario se puso en contacto en repetidas ocasiones con el alcalde de El Calafate, Javier Belloni, y con su gabinete de prensa. Pero el regidor, perteneciente al gobernante Partido Justicialista, rehusó ofrecer ningún dato. En la declaración jurada presentada por Cristina Fernández en 2012 ante la Oficina Anticorrupción, la presidenta se declara copropietaria de 26 inmuebles, de los cuales 24 se encuentran en la provincia de Santa Cruz. Y de ellos, tres locales, una casa y tres lotes de terrenos están en El Calafate.

En 2012, cuando un alumno de Harvard le preguntó de dónde procedía su crecimiento patrimonial, Cristina Fernández respondió: “Nuestro estudio jurídico fue exitoso. Si he tenido un crecimiento en mis bienes es porque he sido una exitosa abogada y soy una exitosa presidenta”.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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