Secuestrado un reportero mexicano que denunció una oleada de raptos

Un periodista mexicano de sucesos fue secuestrado a primera hora del miércoles en su propia casa, delante de su mujer e hijos. La familia ha contado a las autoridades que unos hombres armados entraron por la fuerza en la vivienda, amenazaron con un cuchillo a Gregorio Jiménez, de 40 años, y se lo llevaron esposado hasta una camioneta que salió del vecindario a toda velocidad. Eran las 7.30 de la mañana.

El suceso ocurrido en el Estado de Veracruz, en el este de México, no puede considerarse un hecho aislado o excepcional. Los periodistas locales ejercen su profesión en un entorno de riesgo. El reportero Milo Vela, el pseudónimo que utilizaba Miguel Ángel López para firmar sus noticias sobre el crimen organizado en el periódico Notiver, fue asesinado en junio de 2011 en esta misma ciudad. Más sonada a nivel internacional fue la muerte de Regina Martínez, la corresponsal de la revista Proceso en la zona. Su caso, como el de Milo o como el de otros 18 periodistas asesinados o desaparecidos en este país durante la última década, sigue sin resolverse.

Jiménez añade su nombre a esa larga lista. La familia ha detallado a El Liberal del Sur, uno de los periódicos en el que trabajaba Jiménez, que nada más amanecer, cuando todos los miembros de la casa comenzaban a ponerse en marcha, sonó el timbre. Unos hombres preguntaban en la puerta por "el fotógrafo". El reportero se asomó y le pidió a los suyos que se resguardarán. Por la fuerza, seis personas lo sacaron del domicilio y lo introdujeron en una camioneta. El ejército, la policía federal y la marina supuestamente lo están buscando desde entonces. Su hijo no tiene esa sensación: "Vienen y vienen policías (a la casa) y no hacen nada, solo preguntan. No vemos en el aire ningún helicóptero que lo esté buscado".

La jefa de información del periódico Notisur, Sayd Chiñas, contó que el reportero había denunciado en los últimos días una oleada de secuestros en su barrio, la congregación de Allende de la ciudad portuaria de Coatzacoalcos. Veracruz es una de las regiones mexicanas donde se producen más secuestros. El Gobierno, que acaba de crear un plan especial contra ese delito (creció en un 25% durante el primer año del presidente Enrique Peña Nieto), tiene entre sus objetivos desplegar un comando especial en la capital y en el puerto. Los Zetas, el cartel creado por exmilitares mexicanos de élite, tienen una importante presencia en la región, según los informes de la fiscalía nacional.

Los colegas de Jiménez en Notisur están implorando al Gobierno de Veracruz que ponga todos sus esfuerzos en encontrarlo lo antes posibles. “Hemos hablado con el gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa y con el procurador (fiscal) Amadeo Flores Espinosa. Ya hay una gran movilización policíaca y de la Marina. Nos han informado que se investigan varias líneas de investigación y confiamos en que todo esto tenga un buen término", escribieron sus compañeros en una nota que colgaron en la página web del periódico. En ese comunicado se recalca que el reportero es "honesto y trabajador". No son palabras huecas. Las investigaciones policiales, en este tipo de casos, suelen encaminarse en involucrar a la víctima para justificar ante la opinión pública lo que le ha ocurrido.

Jiménez es descrito por sus familiares como un reportero que tenía mucho cuidado con los temas que cubría. No quería poner en riesgo a sus hijos. En la última semana, no obstante, había escrito sobre "un hecho de violencia que implicaba a una persona muy conocido del barrio en el que vivía". Sus compañeros de profesión, al enterarse de su desapareción a través de las redes sociales, se reunieron para protestar por las amenazas que reciben. Duarte, el gobernador, recibió el año pasado un reconocimiento "a sus esfuerzos en defensa de los periodistas" de la mano de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos.