El Servicio Secreto de EE UU no tiene un problema de conducta generalizado
Un informe concluye que el escándalo de prostitución en Cartagena de Indias (Colombia) y los escoltas de Obama fue un episodio aislado
El Servicio Secreto de Estados Unidos no tiene un problema de conducta incorrecta e inapropiada de connotación sexual cuando sus agentes están de servicio, según concluye un estudio elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional entre más de 2.000 agentes y publicado este jueves por The Washington Post. "Además, no hay evidencia de que el liderazgo de la agencia haya fomentado este tipo de comportamientos", se añade en el documento.
Los resultados llegan un año y medio después de que 13 escoltas del presidente de EE UU, Barack Obama, se vieran involucrados en un escándalo tras acudir a una fiesta con prostitutas en un hotel de Cartagena de Indias (Colombia). El episodio sucedió 24 horas antes de que el mandatario acudiera a la Cumbre de las Américas, que tuvo lugar entre el 13 y el 15 de abril de 2012.
El Servicio Secreto de EE UU lleva bajo vigilancia desde entonces, ya que el escándalo ha sido uno de los más dañinos de la historia para esta agencia. De los 13 agentes implicados en el suceso, tres volvieron a su puesto de trabajo, seis se retiraron o renunciaron y cuatro tienen sus permisos revocados, según el documento.
Para la elaboración de este informe se recogieron datos de forma anónima y mediante cuestionarios. El estudio fue completado por más de 2.500 agentes de los 6.500 que conforman el Servicio Secreto de EE UU. El 83% de los encuestados reconoció no "estar al tanto de lo sucedido en Cartagena", añade el texto.
El incidente de Cartagena de Indias no es el único que se menciona en el documento. En 2010, un agente fue descubierto con una prostituta y regresó al trabajo tras días de ausencia, oliendo a alcohol, según sus compañeros de trabajo. "En ambas ocasiones, los afectados tenían que ocuparse de la seguridad del presidente", continúa el informe. "Lo que respalda el informe del general a cargo de la investigación es que la mala conducta de la agencia se produce en accidentes aislados", dijo Ed Donovan, portavoz del Servicio Secreto.
El Congreso pidió acelerar la investigación de estos casos después de que varios funcionarios de la agencia testificaran que dicha conducta era aberrante, y que existía una falta de control por parte de la institución.
El documento concluye que ha habido casos aislados de mala conducta y, por ello, recomienda al Servicio Secreto que establezca unas 14 nuevas directrices para sus trabajadores a este respecto. Aunque también alerta de que "se debe vigilar y abordar el abuso de alcohol y la conducta individual de sus trabajadores".
La propia directora del organismo federal, Julia Pierson, primera mujer en el cargo, dijo hace un mes estar preocupaba por la manera en la que los investigadores están recopilando la información. "La Agencia ya ha implantado una serie de medidas estándar antes, incluso, de que los investigadores lo recomendaran -los cambios incluyen entrenamiento en ética, un nuevo cargo para vigilar la integridad de la agencia y una serie de castigos y multas a los agentes que tengan un mal comportamiento-".
La investigación está firmada por Carlton Mann, que sustituye a Charles Edwards que renunció a su cargo el pasado lunes acusado de ocultar información que podía avergonzar al Servicio Secreto y a la Administración de Obama. Edwards habría obviado varios incidentes en 17 países en los que varios agentes habrían contratado prostitutas, visitado burdeles o mantenido relaciones sexuales con gente del país estando de servicio. La situación se encuentra en plena investigación por parte de un comité del Senado.
"El informe hace entrever que existe cierta cultura relacionada con un comportamiento de riesgo dentro del Servicio Secreto y que puede poner en peligro la propia misión de este organismo y la seguridad nacional", ha expresado Susan Collins, senadora republicana por el Estado de Maine, en un comunicado. "Lo que muestra es que el comportamiento de unos pocos puede oscurecer la integridad y el honor de compañeros", añade Collins en el texto.
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