En alza los jóvenes latinoamericanos que ni estudian ni trabajan
En México constituyen 25% de la población en edad de finalizar la secundaria, ir a la universidad o buscar su primer empleo
Tienen entre 15 y 29 años y ni trabajan ni estudian. Son los llamados NiNis, un sector de la población que crece en Latinoamérica y que representa un gran desafío para los planes creación de empleo y de desarrollo de la región.
En México son 8 millones –o la cuarta parte de la población en edad de finalizar la secundaria, ir a la universidad o buscar su primer empleo, pero que no hace ninguna de esas actividades, según las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE.
De hecho, entre de los países que integran la OCDE, México ocupa el tercer lugar en porcentaje de NiNis.
Las razones de este fenómeno son múltiples de acuerdo a los expertos.
“Hay una enorme heterogeneidad: desde chicos con graves problemas de drogas, otros que no tienen las capacidades básicas necesarias para conseguir un empleo, hasta aquellos que, por responsabilidades familiares, no pueden salir al mercado de trabajo”, afirma Rafael Rofman, experto en Protección Social del Banco Mundial.
Tal es el caso de Celenne Ramírez, graduada de Ingeniería Industrial. Hace meses que intenta encontrar empleo después de un fracasado intento por echar adelante un proyecto propio.
“Puedes encontrar trabajo cerca, pero poco pagado, y puedes encontrar lejos y más o menos la paga está regular”, dice Ramírez.
El de los NiNis es de hecho un problema global como se vio en la reciente Cumbre de la Juventud, en la que participaron jóvenes de África, Europa y América Latina, y donde el principal tema de discusión fue la búsqueda de soluciones al desempleo juvenil.
Astrid Estefanía Garibay Soto, de 21 años, participó en la Cumbre vía videoconferencia desde la Ciudad de México y planteó que aparte de la escasez de oportunidades adecuadas, los jóvenes también son víctimas de un problema de percepción: “la gente piensa en ‘joven’ y cuando dicen ‘NiNis’, dicen adicciones, dicen relajo”, comenta.
El problema no es sólo individual. Implica que estos ocho millones de jóvenes mexicanos no están aprendiendo nuevas habilidades y no están contribuyendo a la economía del país.
Otro nombre el mismo problema
En otros países de la región se vive una situación parecida. En Uruguay, por ejemplo, casi cuatro de cada 10 jóvenes que no estudian ni trabajan no buscan empleo activamente. A estos se suma un 25% de mujeres que se definen a sí mismas como “amas de casa” y tampoco buscan empleo porque muchas abandonaron sus estudios al convertirse en madres.
Un estudio del Banco Mundial que analiza el caso uruguayo revela que una de las principales características de los NiNis en Uruguay, es que están un estado de alta vulnerabilidad social y viven en áreas marginales urbanas. Conforman el 17,1% de los jóvenes urbanos y de este porcentaje casi 8 de cada 10 se encuentran en la franja del 40% más pobre del país.
El estudio reconoce los progresos de Uruguay en protección social, especialmente en áreas como pensiones y asignaciones familiares, pero recomienda un esquema que proteja mejor a los jóvenes desempleados y provea estímulos a sus empleadores potenciales.
Recomendaciones o ideas muy parecidas, por cierto, a las que hicieron en México los participantes de la Cumbre Mundial de la Juventud. Cuando se les pidió expresar en pocas palabras las ideas para superar el desempleo juvenil, las más repetidas fueron “Educación”, “Emprendedores”, “Jóvenes aportando ideas”, “Diálogos” y “Oportunidades de Crecimiento”.
Isabelle Schaefer es Productora Online del Banco Mundial.
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