¿Podría Lula ser el vicepresidente de Dilma Rousseff?
Crece la hipótesis de que el expresidente irá a las elecciones de segundo de la actual dirigente
El expresidente Lula da Silva ha repetido estas semanas que no será candidato a las presidenciales del año próximo a pesar de que los sondeos lo presentan como al único que ganaría en la primera vuelta. Lo acaba de repetir en una reciente entrevista a este diario.
¿Y si lo fuera de verdad, pero como vicepresidente de Dilma Rousseff? Esa es la novedad que empieza a circular y que podría ser una solución, dicen, para que esa parte del empresariado que no se siente del todo cómoda con la presidenta Rousseff, a la que consideran más intervencionista que él, se quedara más tranquila.
Lula como vicepresidente de la República, una figura que ha sido más bien representativa, podría ser un vicepresidente diferente y resolvería más de un problema. Podría ser el mejor intermediario entre la Presidencia y los partidos aliados y entre la Presidencia y el Congreso, dos nervios hoy en carne viva, debido al carácter fuerte y de alguna forma intransigente de la mandataria a la que culturalmente le cuesta aceptar ciertos viejos juegos de “toma y daca”.
Dicen que Lula, por carácter y por su pasado de sindicalista, tiene más cintura para el diálogo y las negociaciones, y que es más pragmático y menos ideologizado. De alguna forma, Lula es más proclive a los acuerdos y compromisos clásicos de la política de coalición.
Lula sería una baza para Rousseff en la relación con los empresarios y en la búsqueda de acuerdos políticos
La idea de Lula como vicepresidente remarca una rareza de estas presidenciales: los supuestos vicepresidentes o segundos la lista presentan en las encuestas más consenso que los titulares.
Lula, que estos cuatro años de presidencia de Rousseff ha actuado como si fuese un vicepresidente de confianza, tendría más votos que ella; Marina Silva, que oficialmente es, hasta el momento, la vicepresidenta de Campos, también atrae más que su socio. Y Aecio Neves, el candidato opositor al que le gustaría tener como vicepresidente al veterano José Serra, que ya disputó dos presidenciales, aparece en los sondeos con menos votos que él.
Una anomalía que hace aún más inciertos si cabe los pronósticos sobre las elecciones. Es difícil saber si la solución de Lula como vicepresidente es algo que corre sólo como rumor en los pasillos de la política o si es algo que él haya confiado a alguien como posible.
Lo cierto es que con Lula en el tiquet electoral, la reelección de Rousseff, según los estrategas políticos, estaría asegurada sin tener que disputar una segunda vuelta, como hoy le pronostican las encuestas si se presenta sola ante el peligro.
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