Las remesas hacia México se frenan por la desaceleración en Estados Unidos
Cada fin de mes Pedro (de quien solo usaremos su primer nombre) va a la sucursal de su banco en Oaxaca para retirar el dinero que le envían sus familiares desde Estados Unidos.
No está solo. Millones de “Pedros” repiten esta escena desde México hasta Argentina en una actividad que se ha convertido en fuente vital y creciente de ingresos para muchos países de América Latina.
Como parte crítica de la economía de la región, se calcula que las remesas alcanzarán 61.000 millones de dólares en 2013. Una gran parte -unos 22.000 millones de dólares– se destinarán solo a México. Esto le coloca en el cuarto lugar después de la India, China y las Filipinas en una clasificación global de remesas, según un nuevo informe del Banco Mundial.
Aunque México sigue siendo, de lejos, el país de la región que recibe la mayor cantidad de remesas, la lenta recuperación económica de EE UU ha causado un fuerte impacto en el envío de dinero al país, tanto en la cantidad enviada como el valor de la misma.
Según el estudio, México es el único de los grandes países a nivel mundial que ha registrado un retroceso en la recepción de remesas este año. El flujo también se ha visto afectado por las nuevas regulaciones estadounidenses que refuerzan los controles para evitar la fuga ilegal de dinero del país.
Tales restricciones ya están provocando el cierre de cuentas de proveedores del servicio de remesas, y que los bancos mexicanos aún activos impongan nuevas comisiones para retirar el dinero, lo que encarecerá el costo a los receptores de los fondos.
“Un aspecto ingrato durante los últimos meses es la imposición, por parte de los bancos, de cargos por recibir o retirar transferencias. Este ‘cargo de retiro’ es otro ejemplo de la falta de transparencia en los costos de enviar que prevalece en la industria de las remesas”, dice el estudio.
Las remesas en América Latina
Hoy en día se calcula que 26 millones de latinoamericanos trabajan fuera de sus países, con una mayoría en Estados Unidos. Por esta razón, tres cuartas partes del dinero enviado hacia América Latina proviene de EE UU, que por cercanía geográfica le convierte en uno de los corredores de remesas menos costosos.
Pero ¿quién recibe las remesas y para qué las usan?
En la República Dominicana, Wendy (quien pidió solo ser identificada por su nombre de pila) es una de millones de dominicanos para quienes las remesas representan un sustento vital. Con dos hijos y su madre jubilada a la que mantener, la suma mensual que recibe de su padre en Miami le ayuda a hacer frente a los gastos de la casa: luz, comida y la educación de sus hijos. La gran mayoría –un 70% - de los dominicanos tienen al menos un familiar al exterior, y un 40% ya reciben remesas.
Las remesas en El Salvador han facilitado en los últimos años el acceso a familias pobres a nuevos servicios financieros. Representando un 17% del PIB del país, estos envíos regulares han permitido a miles de salvadoreños abrir cuentas de ahorro y solicitar créditos --subiendo entre 11% y un 16% la probabilidad de que ahora un hogar salvadoreño tenga este tipo de cuenta.
Para Jamaica, otro gran imán de remesas en el Caribe, los envíos han apoyado en gran medida la economía de la isla, salvándola de una posible implosión. Pero como se vio en otras partes de la región, las remesas se redujeron sustancialmente durante la crisis global como consecuencia de las nuevas presiones económicas sobre la diáspora.
Para muchos latinoamericanos, las remesas representan un sustento vital y se prevé que seguirán creciendo a medida que la economía estadounidense se recupere. Sin embargo, el aumento de las comisiones para retirar dinero, y un refuerzo de los controles sobre las transferencias al exterior, representan fuertes retos a superar en el futuro para Pedro y los millones de mexicanos que dependen en esas sumas mensuales para vivir.
El estudio concluye destacando ese rol vital de los envíos de dinero. “A nivel global las remesas suman casi tres veces el total de la asistencia oficial para el desarrollo. Superan las reservas de divisas en al menos 15 países en vías de desarrollo y son equivalentes a por lo menos la mitad de las reservas en más de 50 países en desarrollo”, señala el informe.
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