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Un hombre ebrio se cuela en el avión vacío de Merkel

La facilidad de un asalto al avión de la canciller pone en solfa la seguridad de Merkel en la campaña electoral

Angela Merkel brinda con cerveza en un mitin cerca de Munich.
Angela Merkel brinda con cerveza en un mitin cerca de Munich.MICHAEL DALDER (REUTERS)

Las fuerzas de seguridad alemanas investigan cómo un hombre de 24 años pudo meterse en el avión oficial de la canciller Angela Merkel, donde bailó en calzoncillos bajo los efectos de la marihuana y las pastillas de éxtasis que llevaba consigo. Una vez dentro, el espontáneo huésped de “la mujer más poderosa del mundo” se desnudó casi por completo, vació un extintor de espuma en la cabina de pasajeros y bailó a su antojo, hasta sobre el fuselaje las alas del Airbus 319CJ de la canciller. El avión se encontraba aparcado en un sector militar y precintado por las Fuerzas Armadas (Bundeswehr) en el aeropuerto de Colonia.

Todo indica que el asaltante intentó despegar con la aeronave. Accionó varios botones y movió palancas en la cabina de mando. Por suerte para él, que carece de formación de piloto y además estaba demasiado embriagado para llevar un avión tanta envergadura, los circuitos electrónicos que arrancan las turbinas estaban desconectados. Los depósitos contenían toneladas de combustible que hacían del avión una potente bomba con alas. En su afán por levantar el vuelo, Volkan T. puso en marcha a las 8:40 de la tarde un sistema de alarma que terminó por delatarlo y por revelar así la pasmosa incompetencia de los servicios de protección de la canciller federal de Alemania. Lo detuvieron pasadas las 12 la noche del 25 de julio.

Todo indica que el asaltante intentó despegar con la aeronave

La Policía Federal (Bundespolizei), responsable de la seguridad en los aeropuertos, ha filtrado estos días un informe que ha devuelto la atención pública al incidente y renovado el debate sobre la seguridad de la canciller. Merkel, ahora inmersa en la campaña electoral para las generales del 22 de septiembre, empezaba en julio sus vacaciones asistiendo en Baviera a la ópera de Richard Wagner Der fliegende Holländer (El holandés errante). Esta semana, la jefa de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) ha cancelado un acto electoral en la localidad bávara de Ingolstadt por una toma de rehenes incruenta en su ayuntamiento. Las medidas de seguridad en torno a los líderes políticos alemanes son comparativamente laxas, pero la cancelación del mitin en Ingolstadt sugiere que están ampliando las precauciones en los muchos desplazamientos electorales de Merkel. La Luftwaffe (Fuerza Aérea alemana) dice que han revisado las normas de seguridad para los aviones oficiales.

El diario regional de Bonn General-Anzeiger cita el informe de la Bundespolizei, según el cual el asaltante de su avión se hizo fuerte en la cabina de los pilotos. Tardaron cuatro horas en sacarlo, más de dos de las cuales se invirtieron en desmotar la puerta de seguridad de la cabina. Las autoridades se llevaron a Volkan T. a un centro psiquiátrico, donde después explicaría que no recuerda nada de lo que pasó ni cómo había abordado el avión de Merkel. Presentaba dos heridas leves en las piernas por los mordiscos de un pero policía. El detenido había consumido gran cantidad de estupefacientes después de discutir con su novia la tarde anterior. También ha trascendido que es aficionado a los deportes de musculación. Sigue internado.

El joven alemán de ascendencia turca pasó los controles de seguridad del aeropuerto explicando a los guardas que estaba invitado a una boda que se celebraba junto a los edificios militares. Después, relata la web del semanario Der Spiegel, trepó una cerca de espino, cruzó tranquilamente la pista de aterrizaje y se encaramó al ala de la aeronave de la canciller. Se metió por una de las puertas de emergencia de la cabina de pasajeros. La del piloto estaba abierta.

Los daños, incluido el cambio de la moqueta, el repintado del ala y la sustitución de la puerta de emergencia, ascienden a 100.000 euros. La aeronave ya ha superado los primeros vuelos de prueba tras el asalto. Es uno de los dos aeroplanos de alcance medio adquiridos por el Gobierno federal hace tres años del fabricante europeo Airbus. También lo usa el jefe del Estado, actualmente Joachim Gauck. Cuenta con un despacho de trabajo y una sala de reuniones para 12 personas.

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